I Convención de Islas Turísticas Europeas

Medir las emisiones y compensarlas son la llave contra el impacto turístico

Los territorios insulares buscan una alianza ante los problemas específicos que

les genera la industria alojativa | Castilla destaca la «fragilidad» del territorio

Aspecto que presentaba ayer el auditorio de Expomeloneras durante la sesión inaugural de la convención. | | E.D.

Aspecto que presentaba ayer el auditorio de Expomeloneras durante la sesión inaugural de la convención. | | E.D. / Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

Julio Gutiérrez

Sin medirla no puede reducirse la huella de carbono que genera la industria turística. Además, los avances tecnológicos permiten atenuarla, pero todavía no eliminarla por completo. Sin embargo, en esos rincones a los que de momento no puede llegarse, también puede contribuirse a la mejora de las sostenibilidad. ¿Cómo? Compensando el impacto con actuaciones contrapuestas como, por ejemplo, la reforestación.

Es una de las conclusiones que arrojó la primera jornada de la I Convención de Islas Turísticas Europeas, que se celebra hasta hoy en Expomeloneras. «Somos conscientes de que el turismo insular europeo, que defendemos como instrumento de creación de riqueza y empleo, se desarrolla en territorios frágiles, vulnerables y limitados, además de alejados, en mayor o menor medida, de sus mercados naturales de origen», subrayó la consejera de Turismo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias, Yaiza Castilla.

«Crear un espacio común nunca ha sido tan pertinente», destaca la consejera regional de Turismo

Todo eso genera un impacto medioambiental. La alojativa es una actividad que demanda «grandes cantidades de energía y genera gran cantidad de residuos», reconoció el director de Operaciones, Procesos y Desarrollo de Grupo Lopesan, Pablo Lorenzo. Y como se trata de «un grave problema», con previsión de un incremento del «60% de las emisiones en 25 años» en caso de no hacer nada, hay que actuar.

Valorizar esos residuos es una de las fórmula, pero aquí aparece el segundo problema y la razón de ser de la celebración de esta convención. Las islas son territorios pequeños sobre los que la presión de esa basura es grande. Sin embargo, para su tratamiento y conversión en productos aprovechables se necesitan grandes volúmenes que no llegan a alcanzarse.

Escasez de volumen

Una planta de tratamiento peninsular puede reunir los residuos de, por ejemplo, Andalucía, Murcia, Extremadura y Castilla-La Mancha. La cantidad de población garantiza la rentabilidad. «Aquí tenemos que encontrar el modo de valorizarlos de manera insular», incidió Lorenzo. Porque son impensables barcos de la basura que recojan la de todas las islas para alcanzar la cantidad que se necesita para garantizarse un lugar por encima del umbral de rentabilidad.

Esta es una de la particularidades evidentes de los destinos turísticos insulares y que generará mayor atención de entidades superiores en la medida en que sean capaces de generar alianzas. «Crear un espacio común de colaboración entre quienes tanto compartimos nunca ha sido tan pertinente como ahora, cuando la crisis climática y energética ponen en cuestión los fundamentos propios de nuestra industria», expuso Yaiza Castilla.

Mientras se camina en ese sentido, «hay mucho hueco para mejorar», como destacó el director gerente de Turismo de Islas Canarias, José Juan Lorenzo. Desde el pasado año, la empresa pública que comanda decidió medir el impacto que generaba la participación canaria en las diferentes ferias turística internacionales. La conclusión fue precisamente, que había mucho espacio para la mejora y capacidad para lograrla.

Si en la World Travel Market de Londres de 2021 se emplearon seis tráileres, en la celebrada el pasado mes de noviembre, «solo cinco». Hasta en el apilamiento del material para el stand puede mejorarse. «Medir [las emisiones] te da conciencia de dónde estamos», expuso José Juan Lorenzo, y todas las acciones que pueden acometerse para reducir el daño medioambiental que se produce.

«Si se pierde la calidad de un destino, no habrá destino», subrayó Ireni Mikelis, directora de Proyectos de la Red de Cámaras de Comercio Insulares de Europa (Insuleur). La griega incidió en la «enseñanza» que dejó la pandemia sobre la necesidad de «diversificar» las economías y de huir del «turismo de masas».

«Conocer el volumen de emisiones te da conciencia de dónde estamos», señala José Juan Lorenzo

«Hablamos de territorios altamente vulnerables y el único camino posible es el de ser conscientes de nuestra huella de carbono», afirmó el director de Atos Consulting Canarias, José Manuel Rodríguez. La buena noticia es que, en su opinión, el Archipiélago es hoy líder en descarbonización, siempre con la tecnología como base. Como ejemplo puso la primera calculadora de huella de carbono que se pondrá al servicio de todo el ecosistema turístico canario.

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Durante la inauguración, el presidente de la Asociación para la Investigación, el Estudio y la Excelencia del Sector Turístico en las Islas Canarias (Excelcan), Santiago de Armas, instó a los participantes a iniciar un plan de acción conjunto que podrá desarrollarse en posteriores ediciones. «No queremos quedarnos en el furgón de cola, sino liderar el cambio histórico que se va a producir en Europa», aseguró.

También el presidente de la Comisión Especial de Insularidad del Parlamento de Cerdeña, Michele Cossa, manifestó su deseo de que esta reunión de destinos turísticos isleños sirva para que se reconozca «la singularidad de las islas y reforzar su posición en el conjunto de la UE».

Cossa recordó que el Parlamento europeo aprobó en junio el Pacto para las Islas, «que contiene todos aquellos principios por los que se trabaja desde hace mucho tiempo». El representante de Cerdeña se mostró convencido de que el encuentro «liderado por Canarias permitirá encontrar las sinergias necesarias para avanzar por esta senda ya abierta. A fecha de hoy, ya existen las condiciones oportunas para fomentar la sensibilidad necesaria en Europa y que las islas tengan las mismas condiciones de competitividad territorial que el continente», aseguró.

De Armas recordó que la pandemia y la guerra en Europa han dañado las economías europeas y más aún las que dependen del turismo, por lo que se hace más necesario que nunca «transformar la industria turística y hacerla más sostenible, acelerando las medidas y fijando objetivos más ambiciosos de cara a 2030».

El presidente de Excelcan explicó la necesidad de que las islas turísticas europeas planteen «un plan de acción conjunto que sirva para enfrentar los graves desafíos actuales», motivo por el que nace la convención, que cuenta con dos ejes centrales.

Por su parte, Agustín Cárdenas, director de Transformación de Negocio de Empresas en Telefónica, que moderó uno de los paneles programados, advirtió de que sin transición digital no hay transición verde. «El turismo digital implica dotar a las islas turísticas de capacidades de gestión inteligentes, integrando la componente turística en la gestión local para anticipar escenarios adversos», explicó.

Hoy se celebra la segunda y última jornada con la conectividad y la estrategia política como temas centrales.

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