Fue iniciar sus movimientos el Banco Central Europeo (BCE) y hacer lo propio las entidades financieras españolas. Estas últimas, en búsqueda de una mayor rentabilidad a futuro, han empezado a promover entre sus clientes las hipotecas a tipo variable, que les suele aportar más beneficios, en perjuicio de las fijas, que hasta hace pocos meses eran su producto estrella en el mercado de la vivienda.

El contexto era el de un precio del dinero en el cero por ciento y un euríbor, la principal referencia hipotecaria, en negativo. Para garantizarse unos mayores ingresos, la banca promocionaba los contratos a tipo fijo, más onerosos para los clientes pero con una cuota garantizada a lo largo de la vida del crédito.

Sin embargo, el pasado mes de julio, con la intención de tratar de poner freno al alza de la inflación en la eurozona, el BCE cambió su política y empezó a subir los tipos. Aquel mes, lo hizo en medio punto. Tras dos actuaciones de sendos 0,75 puntos en septiembre y octubre, el precio del dinero está ya en el 2% y con tendencia a seguir esa línea. La consecuencia principal es que el euríbor ha pasado a terreno positivo y ha alcanzado, al finalizar octubre, el 2,6%.

Los bancos han empezado a encarecer las hipotecas a tipo fijo

En esa tesitura, los bancos no han tardado en promover las hipotecas variables, ahora mucho más rentables para sus cuentas de resultados, a costa de encarecer las fijas para ahuyentar a los clientes de ese producto. Los primeros datos conocidos muestran que lo están consiguiendo. Así, la Asociación Hipotecaria Española (AHE), de la que forman parte las principales entidades financieras del país, constata cómo el porcentaje de contratos variables al cierre del pasado agosto, es decir un mes después de la primera subida de tipos decidida por el BCE, había subido en más de siete puntos desde junio.

Subida

Estas hipotecas representaban en agosto el 26,2%, cuando dos meses antes eran el 19,1%. Todo ello en detrimento de las fijas, que pasaron en el mismo período del 66,9% al 60,5%. En 2016, cuando en marzo de aquel año el BCE situó el precio del dinero en el cero por ciento, las variables representaban el 46,3%, pero es que dos años antes, cuanto los tipos eran del 0,05%, este tipo de contratos alcanzaban el 64,5%, mientras que las hipotecas fijas que superaban los diez años representaban el 0,8%.

Un empleado de una inmobiliaria cambia los precios de las viviendas. Fernando Bustamante

La política de los bancos queda clara con los tipos de interés que aplican a las nuevos préstamos a la vivienda. El tipo medio ponderado en las variables es del 2,03% en agosto y la media de los ocho primeros meses del año se queda en el 1,65%, mientras que en las hipotecas fijas se sitúa respectivamente en el 2,11% y el 1,51%. En consecuencia, son más baratas en el conjunto del año, cuando la mayoría de los meses no estaban penalizados por la subida de tipos del BCE de julio, pero son más caras en agosto, un mes después del citado incremento.

Contexto

Todo ello en un contexto en el que la demanda residencial seguía mostrando una gran fortaleza, como pone de relieve el hecho de que el número de transacciones inmobiliaria en la Comunitat Valenciana aumentara un 24,2% en el primer semestre de este 2022, el más elevado tras el 50% que registró Canarias, aunque se trata de una subida que se sustancia fundamentalmente en la vivienda de ocasión, dado que la nueva experimentó en el mismo período un decenso de 5,3%.