La gran patronal CEOE ha reclamado públicamente al Gobierno que despliegue agentes de la policía para minimizar los efectos del paro de transportistas convocado a partir de la madrugada del domingo para el lunes. Así lo ha manifestado este miércoles en un comunicado, en el que ha pedido evitar los piquetes violentos que tuvieron lugar en la anterior protesta de marzo. Los empresarios se han mostrado preocupados por los posibles efectos de una nueva ola de protestas, una vez hace seis meses la Plataforma en Defensa del Transporte convocante consiguió tensionar las cadenas de suministros del noroeste y centro de España. Por aquel entonces el Ministerio del Interior desplegó más de 20.000 guardias civiles y policías por las carreteras españolas.

A partir del domingo por la noche los transportistas autónomos y empresarios del sector están llamados a parar sus vehículos y no repartir más de manera indefinida. A ello les convocó la Plataforma en Defensa del Transporte por Carretera, una organización de transportistas sin representación formal en los órganos de interlocución con el Gobierno. De hecho, todas las patronales del gremio salieron en bloque el mismo día a manifestar su rechazo a las protestas e instaron a sus asociados a no sumarse.

Este mismo miércoles Fenadismer, la segunda organización con mayor representatividad y que hace seis meses acabó sumándose a las protestas, ha votado en asamblea no apoyar en esta ocasión las protestas. La organización ha explicado en un comunicado que las medidas legislativas, tanto estructurales como económicas, aprobadas en el último año "no justifican en la actualidad llevar a cabo esta medida de presión límite", según ha expresado en un comunicado. El argumento principal de los descontentos para convocar el paro es obligar al Gobierno -no a las empresas del sector- a reforzar la ley para evitar que el encarecimiento del combustible y la reducción de márgenes empresariales fuerce a los conductores a "trabajar a pérdidas".

La nueva convocatoria de paros coincide con las semanas previas al Black Friday y el consecuente arranque de la campaña de Navidad. Y una especial incidencia de las protestas podría complicar la logística para esas fechas. Hace seis meses los 20 días consecutivos que duró el paro consiguieron generar desabastecimientos de determinados productos -no generales- en mercados mayoristas y algunos supermercados de parte de España. En Catalunya su repercusión fue limitada, pero en el conjunto de España la CEOE llegó a calificar la cuestión como una "amenaza" que podía derivar en "una gran crisis económica y social".