Los responsables del Banco Sabadell no comparten los pronósticos más agoreros y rechazan que la economía española pueda entrar en recesión el próximo año, como consecuencia de la inflación y de las subidas de tipos para contenerla. Es más, si se ciñen a lo que ven en sus oficinas, desde la entidad con sede en Alicante aseguran que ni siquiera han empezado a percibir la caída de actividad que muchos auguraban tras el verano y que tanto en septiembre, como en lo que llevamos de octubre, la demanda de hipotecas y de otro tipo de créditos se mantiene en niveles elevados.

Así lo han señalado este jueves el consejero delegado de la entidad, César González-Bueno, y el director financiero, Leopoldo Alvear, durante la presentación de resultados del tercer trimestre, que el banco ha cerrado con un beneficio de 709 millones de euros, un 92% más que en el mismo periodo de 2021. Una subida de beneficios que, a su juicio, no justifica el nuevo impuesto a la banca que quiere aplicar el Gobierno, frente a lo que ha afirmado unas horas antes la vicepresidenta Nadia Calviño, ya que insisten que el sector ya paga muchos tributos y que sigue sin alcanzar el coste de capital, es decir, la rentabilidad que exigen los mercados.

"De momento no vemos signos de debilidad en la economía. Evidentemente la inflación plantea dudas sobre el futuro, pero solo podemos constatar los resultados que tenemos. Y lo cierto es que, cuando nos fuimos en verano esperábamos que después de vacaciones hubiera una caída de actividad, pero no se ha producido ni en septiembre ni en octubre", ha insistido González-Bueno, que también ha rechazado la posibilidad de una recesión para el próximo año y ha recordado que todos los organismos nacionales e internacionales apuntan a un crecimiento del PIB español de entre el 1% y el 2%.

En la misma línea, el director financiero del Sabadell ha señalado que la inflación supondrá una merma del poder adquisitivo, pero que no es comparable con los efectos de una fuerte subida del paro y, de momento, los indicadores de empleo siguen robustos.

La sede social del Sabadell en Alicante. EP

En cualquier caso, desde el banco ven positivas las posibles medidas para ayudar a los colectivos más vulnerables que negocian el Gobierno y las patronales del sector, aunque creen que en su caso serán pocos los clientes que puedan tener problemas. Sobre todo porque, según ha explicado González-Bueno, más de la mitad de la cartera hipotecaria del banco es a tipo fijo, y de la otra mitad, la mayoría son créditos que ya tienen más de diez años de antigüedad, por lo que el capital pendiente de amortizar es más bajo y notarán menos el impacto de la subida de tipos.

Aún así, el ejecutivo ha insistido en que "a las entidades lo que les interesa es que los clientes pueden pagar", por lo que buscarán las soluciones que sean necesarias con esos clientes.

Como era de esperar, los directivos del Sabadell también se han referido al nuevo impuesto temporal a la banca que se tramita en estos momentos en el Congreso y que prevé un tipo impositivo del 4,8% sobre el margen de los intereses y las comisiones que cobran las entidades. Una medida que se aplicará a los bancos que en 2019 hubieran superado los 800 millones de ingresos por estos conceptos.

Anormalidad

Frente a lo que ha defendido Nadia Calviño en Bruselas, el consejero delegado del Sabadell no cree que el aumento de beneficios del sector justifique este impuesto. Así, como ya hizo en la anterior presentación de resultados, ha asegurado que las entidades ya pagan unos tributos más elevados que la mayoría de sectores y ha puesto el ejemplo del propio Sabadell, que el año pasado pagó más de 800 millones en impuestos, cuando su beneficio final fue de 530 millones. "Es una anormalidad pagar más de lo que ganas en impuestos y esto lo que hace es incrementarse con este nuevo impuesto", ha asegurado.

Por su parte, Leopoldo Alvear ha recordado que la rentabilidad del banco –que se sitúa en el 8% en términos ROTE- sigue muy alejado del coste de capital, es decir, de lo que reclaman los inversores en los mercados para invertir, y que supera los dos dígitos. Una circunstancia que, según recuerda, supone más dificultades para las entidades a la hora de financiarse en los mercados y, por tanto, también para conceder préstamos a sus clientes. Así, ha recalcado que la situación que no era normal es la que se ha producido en los últimos años, con tipos negativos y un rendimiento muy bajo del sector financiero.

En cualquier caso, César González-Bueno ha señalado que, en caso de aprobarse, como todo indica que ocurrirá, el impuesto debe ser temporal y, sobre todo, respetar el principio de "neutralidad" para no influir en la competencia. Así, ha reclamado que se aplique por igual a todas las entidades que operan en el mercado español y que se tengan en cuenta más criterios, además de los ingresos en comisiones y por intereses.

Por otro lado, desde el Sabadell no prevén que se produzca a corto plazo una "guerra del pasivo". Una lucha de ofertas entre las entidades para captar el ahorro de los clientes ofreciendo mayores remuneraciones ya que, como han apuntado sus responsables, en estos momentos la mayoría de bancos tienen liquidez de sobra.

Salarios

En cuanto a las subidas de salarios o alguna posible compensación a la plantilla para mitigar el efecto de la inflación, González-Bueno ha dejado claro que la prima abonada a los trabajadores de su filial británica, el TSB, es un hecho circunscrito a las características del mercado laboral en el Reino Unido y que no hay previsto nada similar en España. En este sentido, ha reclamado moderación y ha señalado que una subida excesiva podría anular el efecto de mejora de la rentabilidad que se logró con los últimos recortes de plantilla, que, como ha recordado, supusieron la salida del 22% del personal que tenía el banco.