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Círculos concéntricos

Ibex y Estado: relaciones eternas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lanzado ataques contra el oculto poder económico | Un poder donde los ex políticos están más que presentes

Un panel del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa de Madrid. EP

La empresa de biotecnología PharmaMar, con un valor de mil millones de euros, es la más pequeña del Ibex 35. Fundada en 1986 por José María Fernández-Sousa, éste sigue siendo el presidente decano de la gran empresa española. Lleva 36 años en el cargo. En su consejo de Administración forman parte quienes fueron dos pesos pesados de la política española. Uno, procedente del PSOE, el extodopoderoso ministro de Industria, luego de Economía, Carlos Solchaga; el otro, quien fuera ministro de Defensa con el Gobierno de José María Aznar, Eduardo Serra.

La presencia de expolíticos en las empresas españolas sigue siendo habitual. Proceden de casi todos los colores. Gas Natural, antes de convertirse en Naturgy, tuvo en su consejo al expresidente del Gobierno, Felipe González (2010-2015), que coincidió con su exvicepresidente Narcís Serra. En la energética Iberdrola coinciden otro exministro aznarista, Ángel Acebes, con una exministra del gobierno de Mariano Rajoy, Isabel García Tejerina.

Otro exministro socialista y hoy responsable de la política exterior de la Unión EuropeaJosep Borrell, fue consejero de Abengoa de 2009 a 2016, antes de su quiebra. En esta compañía también ejerció de consejero de 2017 hasta enero de 2021 otro exministro de Asuntos Exteriores, además de Industria, Josep Piqué que, entre otros cargos fue presidente de Vueling, presidente de la constructora OHL y consejero de EADS/Airbus. Quien fue hombre fuerte de CiU en los años ochenta y primera mitad de los noventa en Madrid, fundador de un bufete con sus apellidos, Miquel Roca i Junyent, es consejero de ACS, presidida por Florentino Pérez, amén de secretario del consejo de Banco Sabadell. En este banco es consejero un exsecretario de Estado de Economía con el gobierno Zapatero, David Vegara. También trabajaba en Sabadell Maurici Lucena, exdiputado y portavoz del PSC en el parlamento catalán, antes de ser nombrado presidente de Aena. Belén Romana, que ocupó altos cargos en el ministerio de Economía con Rodrigo Rato, es hoy consejera de Banco Santander. Javier de Paz, exsecretario general de las Juventudes Socialistas (1984-1993), consejero de Telefónica desde diciembre de 2007, siempre ha tenido una larga carrera como consejero de empresas. Desde Tabacalera hasta Panrico.

Son algunos ejemplos. Las relaciones e implicaciones entre el poder político español y las grandes empresas han sido siempre muy estrechas. Del desarrollo industrial de los años ochenta hasta las privatizaciones de los grandes grupos estatales de la década siguiente. "Las puertas giratorias son necesarias entre política y empresa siempre que las capacidades de estos consejeros esté por delante de las experiencias. Hay sectores donde la agenda es muy importante", explica Santiago Tarín Puig, socio director general de Master Consulting. "Tener un político con buena preparación en un consejo es positivo. Saben cómo funcionan las administraciones, el Gobierno, tienen muy buenos niveles de relación", agrega Consuelo Castilla, presidenta y socia de la firma de cazatalentos Adqualis.

A estos expolíticos que, en teoría, tienen el Estado en la cabeza, se les une la presencia de otros expolíticos que se han ido colocando a dedo, como ejecutivos o consejeros independientes, en las empresas del Ibex 35 donde el Estado aún mantiene una participación. Son cinco, cuyo valor de mercado sumado supera los 16.000 millones de euros. La joya de la corona es el gestor aeroportuario Aena. Su presidente, Lucena, incluso llegó a ser mencionado como posible consejero de Economía de la Generalitat caso de que Salvador Illa, ganador de las últimas elecciones catalanas, hubiera podido formar Govern. Su nombre también siempre ha sonado como ministrable. En Aena se sienta como consejero independiente el expolítico de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, hombre fuerte del nacionalismo catalán en Madrid antes de la deriva independentista.

Tres exministros (uno expresidente de la Generalitat), Ana Palacio (PP), José Blanco (PSOE) y José Montilla (PSOE), son consejeros de Enagás, la red que controla la distribución de gas en España. Enagás está presidida desde 2007 por Antoni Llardén. Este inició su carrera en el PSC y fue subsecretario de Obras Públicas con Josep Borrell de ministro antes de incorporarse al sector privado en Gas Natural. Llardén ha aguantado en la presidencia de Enagás bajo gobiernos del PP y del PSOE. 

Beatriz Corredor, exministra socialista con José Luis Rodríguez Zapatero y registradora de la propiedad, preside Redeia, propietaria de la distribuidora de electricidad Red Eléctrica y de la operadora de satélites Hispasat, presidida por el exalcalde socialista de Barcelona, Jordi Hereu. Corredor sustituyó en ese cargo a otro exministro del PSOE, Jordi Sevilla, en febrero de 2021. En CaixaBank, la presencia como accionista del Estado a través del Frob es producto de la compra de Bankia. La consejera Cristina Garmendia, ex ministra de Ciencia e Investigación con Zapatero, ocupaba el cargo con anterioridad.

La última tormenta protagonizada por el Estado en una empresa del Ibex ha sido en Indra. El nombramiento en mayo de 2021 de Marc Murtra, exsocio del grupo inversor Closa, como presidente de Indra propuesto por la Sepi, sirvió para recordar su paso como exjefe de gabinete de otro antiguo alcalde de Barcelona, Joan Clos. Tras la tempestuosa salida de cinco consejeros independientes, el comité de nombramientos del consejo de Indra ha propuesto tras un descarte realizado por la firma de cazatalentos Korn Ferry a seis potenciales consejeros, que están pendientes de ser analizados y aprobados. Mientras tanto, el fondo Amber Capital, primer accionista de Prisa, editora de El País, con un 29,7% del capital, elevará su participación en Indra al 9,99%.

¿Poder económico oculto? Mientras haya transparencia, nada que temer.

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