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La fiebre por lo rural dispara la venta de fincas con diez operaciones al día

El ‘boom’ de la compra de terrenos rústicos en las Islas eleva los datos a máximos de hace 15 años | Las transacciones están un 20% por encima de las del ‘Año I’ de la pandemia

Terraza de una vivienda en una zona rural. María Pisaca

Vuelta a lo rural. Esto es lo que deben haber pensado muchos compradores en Canarias que tras la pandemia se lanzaron a la búsqueda de fincas rústicas, elevando las ventas en este mercado a números que no se veían desde hace 15 años en el Archipiélago. En todo 2021 cambiaron de manos en las Islas 2.923 de estas propiedades, lo que supone un 19,4% más que en 2020, una cifra que también es superior al dato anual inmediatamente anterior a la pandemia. Pero es que los registros de este año tampoco han dejado de crecer y las compraventas que se han producido en el primer semestre son ya mayores que en este mismo periodo de 2021. Un auténtico boom en un mercado que ha pasado de estar de capa caída en los últimos años a cerrar hasta diez operaciones al día de media en Canarias.

«Hay mucha demanda, estamos buscando suelo y terrenos de este perfil», reconoce Isidro Martín, delegado de la de la Asociación de Expertos Inmobiliarios en Canarias (Apei), quien señala que los tipos de compradores que se interesan por estas operaciones son muy variados. «De los cuatro clientes que tengo ahora mismo para la adquisición de fincas uno es belga, otro francés, también hay un canario y un joven de Centroamérica».

Un creciente interés que el experto inmobiliario achaca sobre todo al efecto que causó la pandemia y el confinamiento en el mercado inmobiliario. La necesidad de volver al campo para tener más espacio al aire libre fue algo de lo que se dieron cuenta muchas personas durante las semanas de encierro. Otro factor puede ser la apuesta por lo ecológico. «Muchos quieren plantar para tener sus propios productos y saber de dónde proceden», recalca.

Entre los nuevos compradores el delegado de la Apei en Canarias identifica también a los inversores, sobre todo extranjeros, que no adquieren las propiedades para darles un uso inmediato sino como un valor refugio para parte de sus fondos.

Eso si, Martín detalla que sobre todo se buscan propiedades en las que ya haya viviendas o casas cuevas que estén ya prescritas o cuenten con licencia y avisa a los interesados de que «hay que tener cuidado y comprar sobre seguro», ya que advierte que en mucho terreno rústico «no se puede hacer nada». «El suelo tiene un uso y ese es el que debe tener por lo que hay que tener muy en cuenta la calificación, no todo vale», insiste.

Una alta demanda que también está provocando un alza en los precios. «Podemos hablar de entre un 10 y un 15% de subida generada en todas las medianías del Archipiélago por el creciente interés de los compradores» en este tipo de productos, indica, aunque esta encarecimiento depende de la zona y el tipo de propiedad.

Martín considera muy positivo que este tipo de terrenos y propiedades estén en auge ya que pueden volver a coger el valor que perdieron en su momento. «Se está volviendo a las medianías y es importante porque esto reparte el valor entre las diferentes zonas de las Islas», valora.

Pero el boom de compraventas de fincas rústicas no se está produciendo solo en Canarias sino que se extiende a nivel nacional. Solo durante los seis primeros meses de 2022 en España se han registrado 85.502 transacciones de este tipo de propiedades, lo que supone la mejor cifra en los últimos 14 años, según los datos recopilados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Aunque estas operaciones son un segmento minoritario en el conjunto de las transmisiones de propiedades, el repunte pone en evidencia el momento dulce que atraviesa este mercado también en el resto del país. Andalucía es la comunidad autónoma que lidera este tipo de compraventas a nivel nacional seguida de Castilla y León y Castilla La Mancha.

Grandes inversores cambian el ladrillo por el campo

Detrás del importante aumento del número de operaciones de compraventa de fincas y terrenos rústicos en toda España se esconde también el interés que están teniendo en este tipo de productos grandes fondos de inversión que en los últimos tiempos cada vez se fijan más en estos activos en detrimento del tradicional sector inmobiliario. Una tendencia que lleva años experimentándose en otros países como Estados Unidos (EEUU), donde las grandes fortunas y los fondos han adquirido ya ingentes cantidades de terrenos agrícolas. Entre los magnates que se han lanzado a la compra de este tipos de activos se encuentran el fundador de Microsoft, Bill Gates, o el de Amazon, Jeff Bezos, que concentran más de 100.000 y 150.000 hectáreas de terreno respectivamente. Ahora, la mirada de muchos grandes inversores está puesta en España, cuarto país exportador agrícola dentro de la Unión Europea (UE) y séptimo a nivel mundial, con una gran cantidad de suelo agrícola, un clima benévolo y unos precios que están muy por debajo de los que pueden encontrarse en otras zonas del mundo. Este tipo de compras se están produciendo sobre todo en regiones con grandes extensiones de terreno agrícola, pero en Canarias, aunque sea a pequeña escala, también se han registrado este tipo de movimientos. Así lo asegura Isidro Martín, delegado de Apei. «Sí que hay grandes compradores y ha habido movimientos en las escasas grandes fincas que hay en el Archipiélago», explica. Una de las últimas ha sido la adquisición por parte de una gran cadena de supermercados de un amplio terreno en el norte de Tenerife y «también hay ojeadores de alguna otra cadena». «A pequeña escala se mueve aquí también y dentro de las limitaciones también hay compras de grandes inversionistas», detalla.

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