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Ahorro energético

La crisis energética multiplica por cuatro la demanda de leña como fuente de calor

Los pedidos desbordan a las empresas debido a la escasez de mano de obra | La importación de carbón está frenada a raíz de la guerra de Ucrania

Reservas de madera en la nave de Catasós de Leña Galicia. | // BERNABÉ/ JAVIER LALÍN

Se aproxima el invierno, y a pesar de que nos encontramos en pleno mes de agosto muchos ya piensan en cómo calentarán sus hogares cuando llegue el frío. Una de las alternativas que se ha popularizado más en las últimas semanas es la compra de leña y de pellets. Este auge ha provocado que la demanda en las comarcas de Deza y Tabeirós-Montes haya crecido exponencialmente estos meses.

Los vendedores de madera para leña afirman que su venta se ha disparado como medida de prevención ante los posibles cortes de gas por parte de Rusia y la subida de los precios de la luz y el gas a causa de la inflación. Por tanto, se pone de manifiesto que el uso de la madera en la actualidad es el recurso más económico para las familias.

Aumento de precios

Aún así, el coste de este producto también se ha encarecido. La empresa de Dozón Leña Galicia afirma que, a pesar de ser el artículo más rentable, su precio se ha incrementado alrededor de un 15%. Se ha podido comprobar que en las últimas semanas su demanda se ha llegado a cuadriplicar y, debido a esto, las empresas no dan abasto para satisfacer a todos los clientes. En parte esto se debe también a una escasez en la mano de obra en los bosques, de forma que, las empresas carecen de personal que los puedan ayudar a preparar la leña. Este es un factor que influye directamente en el precio ya que encarece el coste de origen.

Además de la madera, existen otras alternativas por las que la gente se decanta como fuente de calor. Los pellets son otra de las opciones que en los últimos meses también ha cobrado mucha relevancia, llegando incluso a ser la elección escogida por varios hogares frente a la calefacción de gas. Aún así, a pesar de la gran popularidad adquirida, los vendedores de la comarca destacan que hay escasez de este material, cosa insólita si se tiene en cuenta que en nuestro país se produce la misma cantidad que se consume. Sin embargo, este desabastecimiento se debe a que el producto es enviado a otros países lo que conlleva a una carencia de existencias generalizada. Además, la subida de la inflación también le ha pasado factura, incrementando el doble el precio en comparación con meses pasados.

Cabe destacar que el aumento de los precios de los combustibles fósiles el año pasado propició ya un aumento en las ventas tanto de estufas como de calderas de pellets en todo el continente europeo en comparación con el año anterior. Los datos muestran un crecimiento del 44% en toda España. Por otra parte, los principales proveedores de pellets industriales y de uso doméstico eran Rusia y Bielorrusia, que exportaban cerca de 3 millones de toneladas cada año a Europa, pero desde julio de 2022 ya no se cuenta con ellos debido a la sanción que prohíbe adquirir madera y derivados en dichos países.

Otra de las alternativas a las que recurren los consumidores es el carbón, una fuente de energía también muy demandada pero que está bajo mínimos en la actualidad como consecuencia de la escasez de existencias, de nuevo debido ala prohibición de importar este combustible fósil de Moscú.

Empresarios de Deza manifiestan que esto se debe a que el carbón que es extraído de Extremadura es enviado a otros países europeos como Alemania, donde este material es mejor remunerado. A pesar de que esta no es la única fuente de este material, el que es importado de países como Cuba también está experimentando problemas debido a los transportes. Todo esto provoca que por mucho que los clientes quieran hacerse con él no puedan porque no hay existencias. Asimismo, es un producto que se ha visto encarecido. Según afirman muchos de los comerciantes, es el artículo que ha experimentado una mayor subida en los últimos tiempos, elevando su coste un 40%.

En conclusión, queda patente que las familias están optando por la forma más económica de calentar sus hogares de cara al próximo invierno, aunque ello implique gastar un poco más en un producto que hace meses costaba bastante menos. Queda de esta forma reflejado que existe una preocupación social ante el futuro que incluso lleva al desabastecimiento de alguno de los productos. Ante esto, lo que debemos hacer es tirar de responsabilidad colectiva y aprovisionarnos en base a las necesidades individuales y de las familias.

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