Anfaco y Conxemar se unen frente a un enemigo común. Ambas asociaciones, que ayer tildaban el comunicado conjunto enviado de histórico (no es nada habitual), creen que es momento de juntar esfuerzos. Y no es para menos. Como adelantó Faro de Vigo en su edición del pasado 8 de julio, la industria del mar (empresas de elaboración de pescado y marisco, conserveras, depuradoras...) se ha quedado fuera del PERTE Agroalimentario impulsado por el Gobierno y, en general, de los fondos Next Generation.

Una normativa comunitaria que define la compatibilidad de ayudas en el mercado interior y que excluye al sector de la pesca y acuicultura tiene la culpa y por eso la patronales negocian lograr una “excepción” para no quedarse atrás y poder entrar en las convocatorias. De lo contrario, advierten, las inversiones previstas en materia de digitalización, ahorro energético, reducción de la huella medioambiental o, en general, la actualización de factorías, quedarán en muchos casos paralizadas. “El PERTE tiene un efecto incentivador y si no lo tienes tu planteamiento inversor se ve alterado, tanto en alcance como en efectividad”, lamenta el secretario general de Anfaco, Roberto C. Alonso, corroborado por el presidente de Conxemar, Eloy García: “No se puede dejar fuera las inversiones en sostenibilidad a todo un sector; no lo entendemos”.

Los representantes de la industria son conocedores de la problemática desde hace semanas. Ya entonces desde Anfaco se pusieron en contacto con los ministerios de Agricultura, Pesca y Alimentación y el de Industria, Comercio y Turismo. Fue este último el que confirmó que las empresas de la cadena mar-industria no podrían optar a ayudas para nuevas inversiones y sí solo a las que tienen que ver con el I+D, es decir, las que ya venían disfrutando con otros programas ya existentes.

La publicación en el BOE este lunes, 1 de agosto, de las bases reguladoras que establecen los requisitos para la concesión de las primeras ayudas del PERTE Agroalimentario, con un presupuesto de 500 millones, fue ya la gota que colmó el vaso. “Se ha confirmado la no elegibilidad del sector mar-industria español para su programa de inversiones”, censuraron Anfaco y Conxemar sobre ello.

La patronal conservera y la de la industria transformadora y del congelado creen que existe “la necesidad de encontrar una solución jurídica a esta situación” ya que se verían excluidos “de un programa tractor de transformación y resiliencia de la economía española”.

Desde Industria confirmaron entonces que el origen de esta exclusión radica en el Reglamento (UE) 651/2014, de la Comisión, del 17 de junio de 2014, que define la compatibilidad de ayudas en el mercado interior y que deja fuera a la pesca y acuicultura. Ayer ambas asociaciones aludieron a ello para pedir una “excepción”. “Anfaco y Conxemar transmiten la máxima colaboración a la Administración española a fin de solicitar una excepción a Europa, que permita de oficio una compatibilidad de ayudas, y puedan convocarse convocatorias antes del cierre de 2022 con elegibilidad para el sector mar-industria”, resumieron.

Tanto Alonso como García, que llevan unas semanas en sus respectivos cargos tras coger el relevo de veteranos como Juan Vieites y José Luis Freire, definen la situación como “gravísima”. “Ha habido llamadas de socios porque hay empresas que tenían en marcha proyectos importantes”, explica el presidente de Conxemar, que entiende que esta situación “lógicamente lleva a paralizar inversiones”. “Nadie se podía imaginar esto”, resume. Lo mismo dice el secretario general de Anfaco. “Con esto los planteamientos inversores cambian”, avisa, “se pueden paralizar o dilatar en el tiempo”.

De esta forma, y al igual que sucedió con el del Vehículo Eléctrico y Conectaco (PERTE VEC), el PERTE Agroalimentario pasó de generar ilusión tras su anuncio a crear inquietud entre las empresas. Cuenta con un presupuesto de inversión pública inicial de 1.000 millones de euros hasta 2023, y otros 800 millones adicionales. Por el momento, la industria del mar no verá prácticamente ni un euro.