Ryanair vuelve a beneficios, aunque nada que ver con los registros que tenía antes de la pandemia. En el primer trimestre de su ejercicio fiscal --de abril a junio-- la aerolínea irlandesa ganó 170 millones de euros, frente a las pérdidas de 273 millones de euros del mismo periodo de 2021, pero lejos de los 243 millones de euros que la 'low cost' consiguió en el mismo periodo de 2019. Pero recupera el precio de los billetes, que entre los meses de julio y septiembre se sitúa "por encima del pico del verano de 2019 en un porcentaje de doble dígito bajo", es decir, superior al 10%.

Así lo explica la primera aerolínea por número de pasajeros en España en su presentación de resultados en la que desvela unos ingresos de 2.601 millones de euros, seis veces más que los de 2021 y un 12% superiores a los del último año antes de la pandemia (2019). Este logro lo consiguió al transportar a 45,5 millones de pasajeros (un 93% de ocupación) frente a los 8,1 millones de un año antes. En este sentido, la aerolínea reconoce que la invasión de Ucrania impactó negativamente en las reservas y tarifas de Semana Santa.

La tarifas bajaron en el trimestre un 4%, respecto al mismo periodo de hace un año, mientras los ingresos por servicios complementarios (maleta, embarque prioritario, etc.) siguen funcionando con fuerza a medida que aumenta el tráfico generando más de 22,50 euros por pasajero. Destaca el aumento de los costes por combustible que ya alcanzan los1.000 millones de euros. La compañía tiene cubierto el 60% del combustible para este año y el 30% del próximo.

Una de las principales diferencias respecto de 2019 para Ryanair radica en los gastos por combustible, que se dispararon un 30% y ya superan los mil millones de euros. La compañía tiene asegurado el precio del 80% de combustible que usará a lo largo de su ejercicio fiscal, que terminará en marzo de 2023, y el 30% del siguiente.

El consejero delegado de la aerolínea, Michael O'Leary, reconoce una "recuperación muy fuerte pero aún frágil" marcada por eventos "inesperados" más allá del control de la aerolínea, como la guerra de Ucrania y su impacto, de forma que prevé una "visibilidad limitada" sobre lo que pueda ocurrir en el segundo trimestre del año y "nula" para el resto pese a los "signos claros de demanda acumulada" y a que "las reservas se mantienen más cerca de lo normal (preCovid) en esta época del año". Pero mantiene sus previsiones de incrementar el número de pasajeros a 165 millones en el conjunto del año, un 11% más que antes de la pandemia, dentro de sus planes de alcanzar los 225 millones de pasajeros en un plazo de cinco años.

La compañía reduce su deuda en 400.000 euros hasta dejarla en 1.450 millones y espera reducirla a cero en el plazo de dos años de nuestro balance asegura que el grupo está bien posicionado para explotar las muchas oportunidades de crecimiento que existen en una Europa post-Covid", dice la aerolínea que se encuentra inmersa en plena huelga en España convocada por los sindicatos USO y Sitcpla, que representan a los tripulantes de cabina (TCP), sobre la que no hace ninguna mención.

Ryanair sí dice que ha llegado a acuerdos con sindicatos que representan más del 80% de sus pilotos y aproximadamente el 70% de sus 'azafatos' en toda Europa para "restaurar" sus salarios precovid y, añade, que espera "concluir acuerdos con el resto en un futuro próximo". La aerolínea anuncia, además, que prevé crear crear 6.000 puestos de trabajo hasta 2026 e invertir más de 100 millones de euros en dos instalaciones de formación de alta cualificación, una de ellas en la Península Ibérica.