España se prepara para rearmar su seguridad de suministro y busca fórmulas para ayudar a blindar los sistemas energéticos del resto de países de Europa en caso de que la crisis energética se agrave por la amenaza de Vladímir Putin de cortar el suministro de gas en pleno choque por la guerra en Ucrania. La tensión va creciendo por el miedo a que Rusia aproveche la parada técnica de 10 días para labores de mantenimiento en el gran gasoducto Nord Stream I, que arrancó este lunes, y decida no reabrirlo.

La Comisión Europea presentará la próxima semana una propuesta de plan de contingencia con medidas para hacer frente una eventual interrupción brusca de la llegada de gas de Rusia, pero el Gobierno español ya se ha lanzado a diseñar un mapa de riesgos en el suministros de luz, gas y combustibles para conocer la capacidad de resistencia de los sectores energéticos y su potencial para ser solidario con otros países europeos.

El Ministerio para la Transición Ecológica ha encargado informes en los que planteen los diferentes escenarios de riesgos a Red Eléctrica de España -operador del sistema eléctrico-, a Enagás -gestor técnico del sistema gasista- y a la Corporación de Reservas Estratégicas, Cores -encargado de garantizar la seguridad de suministro de hidrocarburos-, según confirman a El Periódico de España fuentes conocedoras de la elaboración de los estudios.

El objetivo del Gobierno es realizar una suerte de test de estrés para calibrar cómo puede verse afectado el funcionamiento los mercados de luz, de gas y de combustibles y la capacidad de los diferentes sistemas energéticos españoles para ayudar a otros países europeos facilitando la exportación de más suministros, singularmente de gas y de productos derivados del petróleo.

Red Eléctrica de España, como gestor del sistema eléctrico nacional, está elaborando un estudio con diferentes escenarios sobre las necesidades de disponibilidad de plantas de producción eléctrica. Es en el marco de este informe general sobre el sistema eléctrico integral en el que el Ministerio para la Transición Ecológica ha solicitado a REE conocer si la central de carbón de As Pontes (A Coruña), de Endesa, puede cerrar definitivamente como se esperaba de manera inminente o debe retrasar su clausura por si fuera necesario tenerla preparada en caso de requerir su producción de electricidad, como ha trascendido en los últimos días.

Reventa de gas a Europa

Europa tiembla ante la posibilidad de graves problemas de suministro de gas si Rusia decide cortar el grifo (hasta ahora, origen de en torno a un 40% del gas que consumen los países europeos). Frente a la enorme dependencia del gas ruso que tienen algunos países del centro y el norte de Europa, España cuenta con una situación privilegiada por su baja exposición a la compra de gas ruso y por contar con seis plantas regasificadoras en las que se concentra un tercio de la capacidad de regasificación de la UE y un 44% del almacenamiento del gas natural licuado (GNL), el que viene en barco.

España tiene capacidad para disparar la reexportación de gas a Europa en caso de ser necesario. Según las cifras que maneja Enagás, el sistema gasista español puede exportar al continente 7 millones de metros cúbicos de gas (7 bcm) al año a través de los dos gasoductos con Francia y actualmente también tiene capacidad para mandar otros 4 bcm por barco desde las plantas de regasificación. Pero si se ponen las regasificadoras a máximo rendimiento, se pueden sumar casi otros 10 bcm adicionales y elevar la cantidad redirigida a otros países europeos hasta los 20 bcm cada año (aproximadamente un 13% del volumen de gas que compra Europa a Rusia).

La Unión Europea ha puesto en marcha una estrategia para ir reduciendo su dependencia del gas ruso y está levantando un escudo para paliar el impacto de que el Kremlin decida cerrar el grifo, que incluye la obligación para los estados miembros de ir llenando sus almacenes de gas para blindar su consumo. España está haciendo los deberes y ya supera los niveles de almacenaje marcados por la UE.

El plan comunitario contempla llegar al 1 de agosto los almacenes de gas de cada país por encima del 71% de su capacidad y llegar al 1 de noviembre con un 80%. Los tres almacenes subterráneos españoles guardan ya gas equivalente a más de un 73% de su capacidad total, hasta casi los 25.900 gigavatios hora (GWh) almacenado, según los registros de Enagás.

Además de los almacenes subterráneos, el sistema gasista español también cuenta con seis plantas de regasificación operativas con posibilidad de almacenamiento adicional. Las seis plantas guardan actualmente otros más de 19.000 GWh de gas, el equivalente al 84% de su capacidad y el mayor registro de los últimos cinco veranos. En total, España cuenta actualmente con gas almacenado para cubrir las necesidades de consumo para 40 días de todo el país, según confirman fuentes de Enagás.

Reuniones con los sectores

Con este mismo objetivo de armar un plan de contingencia nacional, la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha mantenido este jueves reuniones con las patronales de eléctricas (Aelec), gasistas (Sedigás) y petroleras (AOP) que se han centrado en la petición de propuestas a las compañías energéticas sobre fórmulas para reducir el consumo de energía y vías para garantizar la solidaridad con Europa en caso de ser necesario.

Las asociaciones sectoriales se han comprometido a hacer llegar sus propuestas en los próximos días, con el objetivo de alimentar la propuesta de plan de contingencia que llevará el Gobierno a la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros de Energía de la UE que se celebrará el próximo 26 de julio.

Desde el Gobierno y el propio sector energético se subraya que para España no hay riesgo de seguridad de suministro por baja dependencia del gas ruso y por la diversificación de los países de origen de las importaciones. Pero incluso con el suministro garantizado, tanto Ejecutivo como grandes grupos energéticos alertan del golpe que supondría para la economía española un corte del gas ruso a través de una nueva espiral de subida de los precios energéticos.

El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya advirtió explícitamente en el debate sobre el estado de la nación del riesgo de que Vladimir Putin utilice como “otra arma de guerra” un corte de suministro de gas hacia Europa y de las enormes consecuencias económicas que tendría. El Gobierno reconoció ya entonces que pretende lanzar un plan de ahorro energético en los próximos meses para prevenir este impacto económico, en el que se incluirán medidas de impulso del teletrabajo, de fomento del transporte público u otras como “bajar un poco la temperatura de la calefacción o subirla en el aire acondicionado”, así como acelerar el despliegue de renovables y del autoconsumo en edificios. “Debemos hacerlo y lo vamos a hacer”, sentenció el presidente.