eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Empresas

Travis Kalanick, el tiránico padre de Uber, en el centro de un escándalo global

El cofundador de la bestia negra del taxi fue forzado a abandonar la dirección de la compañía tras silenciar casos de acoso sexual y por imponer una cultura de trabajo tóxica, explotadora y machista

Travis Kalanick. Reuters

En marzo del 2009, las ciudades de medio mundo empezaron a cambiar para siempre. Fue entonces cuando se fundó Uber, gigante que ha transformado la movilidad al permitir a sus usuarios reservar trayectos en coche similares al taxi. Detrás de esa idea estuvo el emprendedor canadiense Garrett Camp, pero fue el empresario estadounidense Travis Kalanick quien entre 2010 y 2017 comandó la expansión global de la compañía. Una conquista de más de 10.500 ciudades de 72 países que, como ha destapado una investigación periodística, se perpetró a base de engaños, presiones políticas y elusión de las leyes nacionales.

Este lunes se publicó la citada investigación, trabajo coordinado por 'The Guardian' y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), que ha analizado más de 124.000 documentos internos de Uber que revelan que, bajo el mandato de Kalanick, la compañía forzó su desembarco por todo el mundo actuando –como señalaron propios directivos— de forma “jodidamente ilegal”: infringiendo las leyes, las regulaciones de los taxis y presionando a gobiernos, multimillonarios y medios de comunicación, ganándose el favor de poderosos aliados como Emmanuel Macron, entonces ministro francés de Economía.

En el centro del escándalo está Kalanick. Los archivos filtrados señalan que el entonces director ejecutivo de Uber incluso trató de aprovechar los ataques producidos contra conductores de la compañía –que no considera como trabajadores— durante las protestas del sector del taxi en 2016 para presionar a los gobiernos para que cambiasen las leyes que obstaculizaban la expansión de Uber. “La violencia garantiza el éxito”, escribió Kalanick a otros ejecutivos en una estrategia para capitalizar la polémica en las calles causada por el impacto social de la empresa.

Misógino

Experto en ingeniería informática y economía empresarial, Kalanick hizo una fortuna tras fundar y vender la compañía de compartición de archivos digitales Red Swoosh, en la que ya vivió problemas tras recurrir a métodos de deducción fiscal cercanas al fraude. En 2009 cofundó Uber junto a Camp y pronto tomó gran parte del control de la compañía para hacer “lo que yo quiera” –como le confesó a Tim Cook, director ejecutivo de Apple—, convirtiéndola en una de las más influyentes y poderosas de Silicon Valley a pesar de que jamás ha logrado ganar dinero y ha resistido a base de inversiones de fondos como el del banco japonés SoftBank o de Google.

Aunque su equipo ha negado las informaciones publicadas, no es la primera vez que Kalanick está en el ojo del huracán. Además de las tácticas desplegadas para asegurar la expansión internacional de Uber, su cocreador fue acusado de imponer una cultura de trabajo explotadora y sin horarios, así como machista y misógina, donde las visitas a clubs de 'striptease' y las bromas sobre mujeres eran habituales. Kalanick también fue señalado por proteger a empleados acusados de acoso sexual y discriminación.

La presión de los inversores por ese escándalo llevó a una batalla legal de más de dos años que forzó su dimisión en 2017 como director ejecutivo y miembro de la junta. La venta de sus acciones en Uber le convirtió en una de las mayores fortunas del planeta, con un valor de 2.800 millones de dólares.

Compartir el artículo

stats