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Rafael Doménech Responsable de análisis económico de BBVA Research

«Podemos tener trimestres negativos, pero la recesión es evitable»

«Un corte total de gas perjudicaría mucho a Europa, pero todavía mucho más a la propia Rusia». asegura el responsable de análisis económico de BBVA Research

El responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Doménech, ayer en Las Palmas de Gran Canaria. Andrés Cruz

La incertidumbre existe y ha alimentado una corriente que da ya por segura una nueva recesión de la economía. Sin embargo, el responsable de Análisis Económico de BBVA Research, Rafael Doménech, sostiene que la caída no es inevitable. En Canarias, el margen de mejora del turismo y la llegada de los fondos Next Generation permiten mantener sin correcciones apreciables el 8,7% de crecimiento previsto para este año

¿De cabeza a una nueva recesión o hay esperanza?

Es evitable. Hay dos escenarios, uno de aterrizaje suave y el otro que, efectivamente, conduce a la recesión, y la intensa incertidumbre no permite visualizar bien cuál prevalecerá. Es cierto que existe una probabilidad elevada de que veamos trimestres con crecimiento negativo, pero eso no significa que en el conjunto del año, me refiero a 2023 porque 2022 está ya prácticamente hecho, tengamos una tasa de crecimiento negativa. No es ese el escenario que manejan los bancos centrales.

¿Cómo llegan a esa conclusión los reguladores?

Ellos se van a dotar de toda la flexibilidad que sea necesaria, van a subir los tipos de interés de manera gradual y, sobre todo, condicionada a la información que vayan teniendo. Irán viendo en cada momento a qué ritmo tienen que incrementarlos para evitar precisamente los escenarios más disruptivos para la economía.

En Canarias, con el margen que dejó para crecer la enorme caída por la pandemia, ¿por dónde pasaría una recesión?

Para que se produzca tendrían que materializarse todos los riesgos. El principal para Alemania y las economías que tiene alrededor es un corte de suministro de gas por parte de Rusia. Aun así, si llega y esos países se ven abocados a una recesión, veríamos aumentos moderados de la tasa de paro, porque la economía alemana ajusta mucho antes horas que empleos. Habría una caída de la renta disponible de las familias y, por tanto, la posibilidad de que menos turistas vengan aquí.

¿Sin paliativos?

Compensa el ahorro que esas mismas familias han alcanzado en los dos últimos años.

Pero hablamos de alemanes, muy de parar todo gasto en cuanto atisban la primera nube.

Precisamente en un entorno de inflación y dada la competitividad del turismo canario, venir no les supone un aumento muy considerable del coste de vida. Su decisión está entre consumir en su casa a precios más elevados o hacerlo en Canarias a otros más bajos. Si cuentan con ese ahorro, no es una decisión tan irracional coger el avión. Claro, necesitan algo de certidumbre, al menos saber que los peores vaticinios, de cumplirse, están acotados en el tiempo. Insisto en que la recesión no tiene por qué producirse. A nada que se vea que impera un poco de racionalidad económica y que Alemania se mantiene, tendríamos una campaña turística positiva durante los próximos meses.

¿Cortará del todo Rusia el suministro de gas a Europa?

No lo contemplamos. Es un escenario de riesgo que perjudica, y mucho, a Europa, pero aún mucho más a Rusia, que tiene en el gas una fuente de ingresos sumamente importante. Las economías europeas ya han dicho que quieren reducir de manera paulatina la dependencia y algún día dejarán de necesitar gas ruso. Si pudieran, ya habrían dejado de comprar. Alemania es la principal interesada en adquirirlo y Moscú, que ha obtenido unos ingresos récord con estos precios tan elevados aun vendiendo menos, lo sabe. El deterioro de la balanza energética de los países europeos, España incluida, es proporcional al superávit de Rusia, se autolesionan si cortan el suministro.

¿Por qué entonces lo consideran un riesgo posible?

Porque en geopolítica no siempre prevalecen los intereses económicos. No obstante, sabemos que está ahí pero lo lógico es que el corte no se produzca. Otra cosa es que existan disrupciones puntuales que ya hemos visto en las últimas semanas. Los gasoductos requieren mantenimiento, servicios de asistencia por parte de empresas, muchas de ellas multinacionales europeas, y repuestos. Hasta que todo ese servicio esté sujeto a sanciones, veremos esos cortes. La exportación de gas ruso a Europa irá disminuyendo paulatinamente hasta dejar de consumirlo en 2025.

¿Qué podemos esperar de los precios energéticos?

Tenemos dos fuerzas contrapuestas que introducen mucha volatilidad en los mercados de futuros. Están los de demanda, que traen la buena noticia de que se incrementa por la recuperación y la mala de que presionan los precios de los combustibles. Sin embargo, si existe una ralentización o recesión, ocurrirá al contrario. En las últimas semanas el precio del petróleo ha tocado mínimos que no veíamos hacía meses por el miedo a la recesión en países como EEUU. Por el lado de la oferta, con las sanciones impuestas a Rusia poco podemos hacer más que esperar a que los precios se estabilicen y la inflación deje de crecer.

¿Qué nos cuenta la Historia sobre estos contextos?

Que la velocidad de la bajada, del ajuste de la inflación, ha sido tan rápida como la subida. La incógnita es saber cuándo se alcanzará el punto de inflexión, si las bajadas de los últimos días lo son o aún no hemos visto el pico.

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