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Pugna empresarial

Freixenet y Codorniu resucitan su rivalidad histórica

Las elecciones al Consejo Regulador avivan la tensión y la bodega que era de los Raventós apoya a los viticultores y agricultores

Imagen del recinto de Codorniu. EPC

Renace la guerra del cava. Tras varios años de calma entre Codorniu y Freixenet, los dos grandes grupos del sector, cuyos accionariados han variado desde su pugna de los años 90, ha vuelto la tensión y se refleja ante las elecciones al Consejo Regulador que se celebrarán el próximo 6 de julio.

Codorníu, cuyo principal accionista es en la actualidad Carlyle, con un 64% del capital y cuenta con miembros de la familia Raventós como minoritarios; y ‘Viticultors del Cava’, la candidatura conjunta de Unió de Pagesos; Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya; y l’Associació de Viticultors del Penedès se han unido para impulsar medidas que contribuyan a la valorización de la denominación de origen (DO) Cava. Es una alianza entre distintos agentes del sector que carece de precedentes.

Valor y calidad

Sergi Fuster, consejero delegado de Codorniu, rechaza la idea de pugna respecto a la gran rival. "El mundo del cava debería unido. Para mí, el competidor es el champán", asegura en declaraciones a EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, medio del grupo Prensa Ibérica al que también pertenece este diario. En todo caso afirma que su compañía apuesta por "el valor y la calidad en toda la cadena. Y-agrega-, se pueden estar abriendo dos caminos en la denominación de origen (DO) cava". Y or ello apoya esta candidatura.

Por el sistema que funciona en estas elecciones, Codorniu ha reducido su volumen de producción y, por tanto, queda fuera de los órganos de gobierno del Consejo Regulador por primera vez. Fuster asegura que su apoyo con la candidatura de los viticultores no está directamente vinculada con las elecciones, si bien refleja una forma distinta de ver la DO. El consejo regulador en los últimos años ha perdido a algunos de sus socios que crearon la marca conjunta Corpinnat.

Esta unión se ha producido a raíz de conocerse la voluntad de Freixenet, en la que comparten titularidad la familia Ferrer y los alemanes de Henkell, de flexibilizar las normas del cava. Eso va en dirección opuesta lo que defiende su gran bodega rival. Y, a una semana de las elecciones, la bodega que era propiedad de los Raventós y la coalición de viticultores han acordado "impulsar las principales medidas que defiende la candidatura".

El objetivo es "contribuir a poner las bases para asegurar la sostenibilidad de las explotaciones de la zona, "creando valor en el territorio y contribuyendo a garantizar si futuro". Tanto Codorníu como ‘Viticultors del Cava’ comparten la voluntad de "velar por preservar la reputación y la calidad de la marca cava y, a la vez, proteger los colectivos que la integran". Entre sus objetivos destacan el desarrollo de un estudio de los costes de producción de la uva, que asiente las bases del precio por hectárea para la elaboración de cava.

Contratos plurianuales

Otra de las medidas que se proponen consiste en un compromiso voluntario entre las empresas elaboradoras y los agricultores y un sello que certifique, para las bodegas que lo demuestren, que pagan por encima de los precios del estudio de costes validado. También defienden fomentar contratos plurianuales entre las bodegas y los viticultores, tal como hizo Codorniu en 2019 para garantizar la sostenibilidad de las explotaciones.

La candidatura conjunta, que lleva el nombre ‘Futur, Preu, Valor’, apuesta por medidas en esta línea. Fuster subraya que este año, el 100% de la uva recogida por Codorniu "ya será ecológica fruto de los contratos plurianuales firmados con familias de viticultores de la zona". Estos contratos establecen un precio mínimo de 44 céntimos, pero la uva superior y ecológica, por ejemplo subirá este ejercicio un 15%, a 51 céntimos.

Codorniu asegura que es pionera desde 2019 en los acuerdos estables a cinco años vista con productores de uva ecológica. Este año ofrecerá nuevos contratos plurianuales a 100 familias de viticultores del Penedès (400 hectáreas). En total, estas bodegas estiman que aportarán este año al territorio del Penedès 9,6 millones de facturación, el 15% más que en 2021, repartidos entre 300 familias de viticultores de la zona.

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