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Torres pide permiso a Bruselas para inyectar 9 millones más a la ganadería

El incremento de las ayudas a la leche en polvo y la carne refrigerada se alejan del REA | El campo vuelve a exigir que se cumpla la Ley de Cadena Alimentaria

Una vaca en una explotación ganadera de la comunidad. / ÁNGEL DE CASTRO

El Gobierno de Canarias solicitará a Bruselas la inmediata utilización de parte del paquete de ayudas contenido en el Posei adicional como máscara de oxígeno para la ganadería canaria. En la reunión mantenida este miércoles por el presidente regional, Ángel Víctor Torres, los productores de las Islas volvieron a exigir el cumplimiento de la Ley de Cadena Alimentaria, que prohíbe vender –leche y carne en este caso– a precios que estén por debajo de los costes de producción.

Según Torres, la luz verde de Europa supondría hacer «llegar al sector ganadero entre 8 y 9 millones de euros», que se sumarían a los «16,4 millones» de dinero público que ya se han inyectado este año. El sector limita la nueva inyección a entre 6 y 7 millones de euros. En cifras redondas, crecen «un 20% las ayudas del Posei», detalló el presidente de COAG-Canarias, Rafael Hernández.

Por su parte, el presidente de la Cooperativa de Ganaderos de Gran Canaria, Nicolás Pérez, señaló que el objetivo también está puesto en conseguir ampliar el tope de ayudas públicas por año desde los 290.000 euros de la actualidad hasta entre 500.000 y 600.000 euros. «Con el límite actual, las ganaderías grandes se quedan fuera», afirmó Pérez.

Al final del mes próximo, el Archipiélago debe tener perfilados sus documentos sobre el Posei –ayudas a la lejanía para el sector primario– y el Régimen Específico de Abastecimiento (REA) para 2023. En este último se contemplaba inicialmente el «aumento, de 700 euros por tonelada a 820 euros, de las ayudas para la importación de leche en polvo», explicó el presidente de la Cooperativa de Ganaderos de Gran Canaria. 

Los productores quieren que el límite anual de ayudas se sitúe entre 500.000 y 600.000 euros

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Ese producto hace competencia a los ganaderos locales, porque se utiliza en la fabricación de yogures, por lo que «el presidente lo tiene parado; esperamos que tampoco suba la ayuda a la carne refrigerada», añadió Nicolás Pérez. Cerrar una propuesta será el motivo de los encuentros que se producirán entre las partes a lo largo del mes de julio. Ahora bien, el presidente de Canarias advirtió de que también la industria tendrá voz a la hora de hallar consensos.

Como ocurre con la práctica totalidad del tejido productivo, la ganadería no escapa al sostenido incremento de precios que empujan la energía y las materias primas. Una tensión inflacionista que en casos como el del forraje o el pienso para la alimentación de los animales llega hasta el 50%. 

Así las cosas, los ganaderos dieron la voz de alarma: el precio al que se les paga el litro de leche no da para costear los insumos propios de la actividad. Invocaron entonces la Ley de Cadena Alimentaria, que obliga a los intermediarios a pagar un precio superior al coste de producción, y Torres se ofreció a mediar con la industria quesera y las cadenas de alimentación para hacerles ver la necesidad de que paguen más.

El presidente señala que la industria también tendrá voz al perfilar el Régimen de Abastecimiento

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Lo único que se ha conseguido hasta el momento es que los ganaderos reciban 50 céntimos por litro en lugar de 48. «Hay que caminar, porque eso está aún lejos de las demandas», admitió este miércoles Torres. La consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno autonómico, Alicia Vanoostende, llego incluso a hablar el mes pasado de sanciones, precisamente por incumplir la Ley de Cadena Alimentaria. «De eso no ha habido nada», aseguró Pérez. 

En cualquier caso, los productores se muestran satisfechos con la implicación del presidente. «Hasta ahora ninguno se había sentado con nosotros», expuso Pérez. Este gobierno está haciendo «los máximos esfuerzos», añadió Torres. Sintonía total que no evita el agravamiento de la situación.

Funanbulismo económico

Al principio del mes pasado, el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, sentó a una misma mesa a ganaderos, industria láctea y cadenas de alimentación. El objetivo eran que los dos últimos pagaran a los primeros un precio mínimo que garantizara el cumplimiento de la Ley de Cadena Alimentaria, creara para que el sector primario nunca pudiera percibir por su trabajo un precio inferior al de los costes que soporta. La leche se vendía entonces a 47 céntimos y a los ganaderos les costaba producirla 57, por lo que demandaban un incremento hasta los 60 céntimos. Aquel encuentro que fue percibido por algunos como la luz al final del túnel no se ha traducido más que en una subida de dos céntimos, insuficiente según explicó este miércoles el propio Torres. A pesar de lo clara que está la cuestión, incluso con un régimen normativo sancionador para los incumplidores, el presidente prefiere mantener abierta la vía del diálogo; sabe que apretar más las tuercas significaría trasladar el problema a otra punto del tejido productivo y, en último extremo, a los consumidores. | J. G. H.

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