Después de doce años, la Cámara de Comercio de Gran Canaria ha logrado renovar su plenario. Al frente, como presidente, se sitúa ahora Luis Padrón (Las Palmas de Gran Canaria, 1957), que tiene ante sí el reto de devolver el protagonismo a una institución zarandeada por la crisis de 2008, pero decidida a consolidar el hueco que ya ha conseguido hacerse en la gestión y a reclamar un papel en la toma de decisiones.

¿Cuándo decide ser presidente de la Cámara?

Mi predecesor, José Sánchez Tinoco, tenía pensado repetir y dábamos por hecho que la suya sería una candidatura única. Sin embargo, hace unos tres meses me llamó y me comunicó que tras doce años en el cargo veía conveniente un relevo y que quería dedicarse más a su familia y negocios. En su opinión, las cámaras deben estar cada vez más profesionalizadas y me hizo llegar que esa reflexión la compartía buena parte de las institución. En ese contexto me transmite que me ve como un buen candidato.

¿Ni se lo pensó?

Claro que lo hice. Además de agradecerle su apuesta, puse como condición la existencia de un consenso. He sido muchos años secretario general de la Cámara y no podía someterme a una contienda con otros candidatos.

¿Hubo ese consenso?

Unánime no. Es muy difícil gustar a todos, pero sí había una corriente convergente mayoritaria que entendía que el futuro pasaba por que yo diera un paso al frente. Lo vi claro, tenga en cuenta que yo tenía que adoptar una serie de decisiones como solicitar una excedencia voluntaria o pasar varios meses sin cobrar de la institución.

"Vivo de esto, a nadie se le oculta, pero no quiero cobrar ni un euro más que cuando era secretario general"

Luis Padrón - Presidente de la Cámara de Comercio de Gran Canaria

Y garantizarse el futuro.

Por supuesto. A nadie se le oculta que vivo de esto. Ahora, no quiero cobrar como presidente ejecutivo ni un euro más que cuando era secretario general.

¿El consenso hubo que trabajarlo o estaba hecho?

Cuando él me lo plantea y empieza las consultas, comprueba que hay una aceptación amplia.

Este relato no concuerda con la enmienda in voce que se añadió en 2019 a la Ley de Cámaras de Canarias para que los empleados pudieran optar al cargo de presidente.

En aquel momento yo salía de Casa África [fue director general entre enero de 2014 y febrero de 2019]. Hubo una posibilidad de ser presidente entonces, pero desde la perspectiva de ahora, considero que era remota.

Viajemos cuatro años al futuro. ¿Con qué escenario se daría por satisfecho?

Solo puedo hablar bien del anterior pleno, al que le tocó la etapa más difícil de la historia de las cámaras. Es decir, no planteo ninguna mejora como una carencia generada en el pasado, sino como la lógica aspiración de crecimiento. Me gustaría conseguir un acercamiento empresarial a la Cámara de Comercio, que sean conscientes de su utilidad. Hemos trabajado mucho, pero lo que no se ve no existe. Queremos dar mucha visibilidad a nuestra actividad, desde el autónomo que viene a la ventanilla única hasta al ejercer como órgano de propuesta de la Administración Pública.

¿A qué se refiere con esto?

Las administraciones tienen que atender el día a día y muchas veces carecen del tiempo necesario para mirar en perspectiva. Podemos dar sugerencias y hacer recomendaciones. Enlazo aquí con la necesidad de la alianza público-privada. Siempre es importante, pero en el momento presente, llegando los fondos europeos, no es una opción, sino una obligación.

¿Ahí es donde quiere ganar capacidad de influencia?

Decidí en mi discurso de investidura utilizar esta frase: el futuro de las cámaras pasa por ser influyentes. No por bonita o acertada, es que es así, tenemos que serlo y, además parecerlo.

"Agradecemos que nos elijan para gestionar, pero nos gustaría estar en las mesas de decisión"

Luis Padrón - Presidente de la Cámara de Comercio de Gran Canaria

¿Cómo se logra?

Con seriedad, dando confianza y siendo profesional para demostrar fiabilidad ante la Administración. Lo hicimos con la gestión de las subvenciones covid a empresas y autónomos. Por otro lado, queremos ser un órgano de promoción y de propuesta, en buena lid, sin ánimo de querer hacer lo que ya hacen otros.

¿Cómo se da ese salto de la gestoría a la consultoría?

Estamos encantados y agradecidos porque nos elijan para gestionar, pero también nos gustaría estar en las mesas de decisión de los proyectos. Que nos den la ejecución está bien, pero aspiramos a estar en la cocina, participar con otras estructuras en la definición de los proyectos que consideramos importantes.

¿Y cuáles lo son?

Entiendo que los fondos públicos deben utilizarse principalmente en infraestructuras de futuro. Si no, quedarán como un asunto coyuntural.

¿Se han movido en ese sentido? Los Next Generation y otros fondos están en camino.

Hasta hace poco más de un mes nos reuníamos con los empresarios que tenían proyectos en el ámbito turístico y terminábamos de darles forma para evitar que buenas ideas encallaran en el papeleo de la Unión Europea (UE). Les ofrecimos hacerlo nosotros y, además, dotarlos de volumen intentando, y lo conseguimos en varios casos, unir proyectos que de manera individual, por su escaso tamaño, no se habrían tenido en cuenta. A esto me refiero cuando hablo de saltar a la consultoría.

Sus predecesores se encontraron con el cierre sobrevenido de la vía de ingresos. El trance se ha superado. ¿Y ahora qué? ¿De qué van a vivir?

Muchas cámaras no han podido aguantar el tránsito. Ahora somos más pobres y tenemos que tirar en una parte de la Administración. La asignación del Gobierno de Canarias cubre el 10% de nuestro presupuesto, el otro 90% viene por la gestión de proyectos, programas, concursos o subvenciones. Tenemos una nómina de 28 empleados y evidentemente tenemos que ser los mejores. Nuestro mejor activo es poder atender de inmediato, en 48 horas, una encomienda de gestión, una agilidad imbatible. La Administración está colapsada, hay reticencia ante cuestiones novedosas y complicadas..., somos el mejor brazo armado del que disponen.

"No es fácil ser amigo de Argelia y Marruecos a la vez, pero lo habían logrado muchos gobiernos"

Luis Padrón - Presidente de la Cámara de Comercio de Gran Canaria

Me habla de poner en valor el trabajo que realizan. ¿También ante sus iguales?

Evidentemente. Tenemos que prestarnos colaboración mutua. Recientemente hemos recibido a los presidentes, secretarios y directores de las cinco cámaras de la Comunidad Valenciana. Querían conocer cómo logramos gestionar esas ayudas covid, porque pretenden planteárselo a su administración regional, y nosotros queríamos que conocieran la realidad socioeconómica de las Islas. Estuvimos con la consejera de Economía [Elena Máñez], nos vimos con la Autoridad Portuaría, con la Sociedad de Promoción Económica de Gran Canaria, desconocían la ZEC y que tenemos la mejor fiscalidad de Europa... Pretendemos repetirlo con otras cámaras. Es una labor de captación de inversión foránea. Y siempre digo que lo mejor de los eventos no es el ponente, sino las relaciones personales que se entablan. Ya nos han dicho que quieren venir dos empresas valencianas a explorar la posibilidad de instalarse.

¿La agenda de contactos creada en Casa África le va a servir en esta etapa?

El tiempo juega en mi contra, los cargos van cambiando y quien era ministro ya no lo es. Tengo un gran empeño en un encuentro entre las cámaras de comercio españolas y de la costa occidental africana. Quiero que se visibilice que los negocios con África se hacen en Canarias. Si podemos, este mismo año. Lo que sí es seguro es que el 1 y 2 de diciembre tenemos aquí la Asamblea General de la Red de Cámaras Insulares de la UE: nosotros, Madeira, Azores, Cerdeña, Córcega, las islas griegas, Malta Chipre, Islandia como invitada... 

¿Cómo puede afectar el cambio de paso con Marruecos y Argelia del Gobierno español? 

El símil es el de la manta corta. La sensación es que no hemos tenido mucha información sobre la decisión y da la sensación de que no se han calibrado del todo las consecuencias. Ser amigo de quienes son enemigos entre sí no es fácil, aunque lo han conseguido gobiernos de distinto signo durante muchos años. Ninguno se colocó en una situación de cara o cruz.