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Las renuncias a herencias marcan un récord histórico en el ‘Año II’ del covid

Las personas que rechazan un legado se triplican respecto al peor año de la crisis financiera | Casi 2.000 canarios no aceptan el patrimonio de sus fallecidos

Dos hombres adecentan un nicho en un cementerio de las Islas MARIA PISACA

Los notarios lo advirtieron y finalmente se han cumplido sus previsiones: en 2021 las renuncias a herencias marcaron un récord histórico en el Archipiélago. Más de 1.900 personas en Canarias rechazaron el legado de sus familiares o allegados fallecidos, o lo que es lo mismo, cinco isleños renuncian cada día a su herencia, en su mayoría por no poder hacer frente a las deudas y los gastos aparejados. Una cifra nunca vista desde 2007, año en el que arranca la estadística del Consejo General del Notariado. La mala situación económica provocada por la pandemia, que arrebató a muchos canarios su empleo o les abocó a verse afectados por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) con la incertidumbre que esto conlleva, es la que está detrás de este gran número de rechazos. Pero es que los datos de 2021 han sido incluso peores que los del Año I del coronavirus. De hecho, el año pasado se incrementaron casi un 25% respecto a 2020. 

Nunca antes tantos canarios habían desistido de recibir el patrimonio de sus fallecidos. Ni siquiera durante los peores años de la crisis financiera que se inició en 2007. De hecho, las renuncias registradas por los notarios el año pasado casi triplican a las que se produjeron en 2011, uno de los ejercicios más duros de la anterior recesión. 

La mala situación económica y el miedo a endeudarse, principales razones para el rechazo

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Pero, ¿qué lleva a una persona a renunciar al legado que le han dejado sus fallecidos? Aceptar una herencia supone para quien la recibe hacerse cargo no solo de las propiedades y el efectivo que haya dejado el difunto, sino también de las deudas que haya contraído, muchas de ellas en forma de préstamos hipotecarios o créditos personales. El heredero tiene que hacerse cargo incluso del aval que el fallecido haya podido aportar, por ejemplo, a alguno de sus hijos para adquirir una vivienda. En el caso de que las deudas contraídas sean superiores a la cantidad a heredar, quien acepta el legado accede también hacerse cargo de ellas incluso aportando su propio patrimonio.  

Una circunstancia que puede echar para atrás a muchos posibles herederos, que prefieren desestimar el recibimiento del patrimonio para evitar tener que hacer frente a las deudas aparejadas, sobre todo en los casos en los que la herencia proviene de un familiar lejano o con el que apenas se tiene contacto. Eso si, se debe tener claro que una vez que se formaliza la renuncia ante notario esta es irrevocable y no se podrá aceptar más adelante. 

Aunque los herederos pueden acogerse también a la figura llamada «beneficio de inventario», con la que solo se respondería a las deudas con los bienes de la propia herencia y no con los particulares. Pero se trata de una opción no muy extendida en España y tan solo 1.367 personas se acogieron a ella en todo el país el año pasado. 

Tras una grave crisis como la que ha provocado el coronavirus puede ser más habitual que antes encontrarse con legados en los que el pasivo es mayor que el activo, ante la necesidad de endeudamiento que han tenido muchas familias y negocios para poder obtener algo de liquidez para salir adelante. Lo que puede estar detrás del alto número de renuncias. 

Gastos aparejados

Otra de las posibles causas que está detrás de las renuncias son los problemas familiares o la intención de beneficiar a otro allegado. Pero tras el miedo al endeudamiento, la otra gran razón que lleva a rechazar una herencia son los costes asociados a su tramitación. Hay que tener en cuenta que se trata de un proceso que lleva aparejado unos gastos como pueden ser los honorarios del notario, la minuta del abogado y las tasas del registro de propiedad o mercantil en el caso de que se tengan que inscribir inmuebles o sociedades. Unos gastos a los que no todo el mundo puede hacer frente, sobre todo si la herencia a la que se opta no cuenta con efectivo o propiedades que puedan ser vendidas para sufragarlos. 

Los desistimientos aumentan en Canarias un 25% respecto al primer año de la pandemia

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El otro gran gasto aparejado es el vinculado al impuesto de Sucesiones y Donaciones. Muchas veces los herederos no pueden asumirlo y prefieren renunciar, sobre todo en casos de legados que provienen de parientes lejanos, ya que el gravamen es más alto cuando menor sea el parentesco que se tiene con la persona fallecida. 

Se trata de un impuesto al que siempre se le achaca ser una de las causas del importante alza de las renuncias. En Canarias, el Gobierno regional lo suprimió en 2016, bonificándolo en un 99,9%, y lo recuperó en 2019, justo antes de la pandemia siendo ya presidente Ángel Víctor Torres. Sin embargo, este tributo no es la razón principal de que hayan aumentado de forma tan significativa las renuncias en el Archipiélago, ya que a pesar de haberlo recuperado, el impuesto no grava en las Islas a las herencias más modestas, que son la gran mayoría. En concreto, continúan exentas de esta tasa aquellas que sean de menos de 300.000 euros y las que están entre esa cantidad y 350.

La pandemia dispara los testamentos

Los testamentos marcaron cifras récord en Canarias en el segundo año de pandemia. A lo largo de todo el ejercicio se registraron 27.829 en las notarías de todo el Archipiélago. Una cifra que nunca se había producido en las Islas, al menos hasta 2007, momento en el que se inicia la estadística del Consejo General del Notariado. Las razones deben buscarse en la preocupación que se ha instalado en la sociedad ante la incertidumbre generada por la crisis sanitaria. Aunque también se debe tener en cuenta que durante varios meses de 2020 este tipo de formalizaciones se vieron paralizadas por el confinamiento y las restricciones, por lo que ahora se estarían registrando muchas que se retrasaron en aquel momento. Aunque 2021 haya sido un año en máximos históricos en este tipo de procesos, lo cierto es que la tendencia ya iba al alza desde hace más de una década. La ruptura del modelo de familia tradicional puede estar detrás de este incremento, ya que ahora existen más variables que el testador debe tener en cuenta. | D.G.

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