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Pesca

La ONU emplaza a las armadoras a asumir todo el coste de comida e internet a bordo

La Organización Internacional del Trabajo someterá estas enmiendas a votación este mes para que se apliquen en 2024 | Los enfermos deberán ser atendidos de forma inmediata

Arrastrero congelador, durante maniobras de pesca en alta mar. FDV

La mejora de las condiciones de vida a bordo de la flota pesquera, adicionalmente a las económicas, es una de las palancas que han de ayudar a paliar la falta de relevo generacional en el sector. La mayor parte de los afiliados por el régimen del mar en Galicia están en el umbral de los 50 años, próximos por tanto –a excepción de colectivos, de momento, como del marisqueo– a su jubilación. Y la mayor parte de los jóvenes titulados rehúyen del oficio, atraídos por trabajos en tierra o en segmentos de actividad como la marina mercante. Es un reto al que la industria trata de ponerle soluciones, con la construcción de nuevas unidades y reformas, y para el que la Organización Mundial del Trabajo (OIT), adscrito a las Naciones Unidas, ha aportado sus propias directrices. Y de forma colegiada, en el seno de la cuarta reunión del Comité Tripartito Especial del Convenio sobre Trabajo Marítimo, elaborado en 2006. Entre las enmiendas aprobadas figura la obligatoriedad para las armadoras de dar de comer y beber a sus tripulantes sin coste para ellos, y de proveerles asimismo de acceso a internet.

En este comité están presentes administraciones, sindicatos y empresas del sector. Será este mes de junio, durante la Conferencia Internacional del Trabajo, en la que deberán adoptarse de forma definitiva. En concreto, la propuesta alcanzada establece lo siguiente en cuanto a la alimentación: “Habida cuenta del número de marinos a bordo, de sus exigencias religiosas y prácticas culturales en relación con los alimentos, y de la duración y naturaleza de la travesía, el abastecimiento de víveres y agua potable deberá ser adecuado en cuanto a su cantidad, valor nutritivo, calidad y variedad, y deberá ser gratuito durante el periodo de contratación”.

En la redacción original no se establecía esa gratuidad de los alimentos. Es habitual que en flotas como las de Gran Sol los marineros tengan que abonar una parte en concepto de las comidas, pero no en gran altura. Aun así, como publicó FARO, a marineros del malogrado Villa de Pitanxo sí se les detraía de la nómina una cantidad (hasta 240 euros) en concepto de “víveres”. “ La organización y el equipo del servicio de fonda permitirán suministrar a la gente de mar comidas adecuadas, variadas, equilibradas y nutritivas, preparadas y servidas en condiciones higiénicas”, abunda la misma enmienda.

Otro de los puntos relevantes es la incorporación de este párrafo al Convenio sobre Trabajo Marítimo, en este caso en el capítulo de “instalaciones y servicios de bienestar”. “Los Miembros deberían proporcionar, en la medida que sea razonablemente factible, a la gente de mar a bordo de los buques en sus puertos y fondeaderos asociados, acceso a Internet, con tarifas, cuando las haya, a un precio razonable”. De igual modo, establece que los tripulantes que necesiten atención médica inmediata deberán ser desembarcados “inmediatamente” para que “tengan acceso a instalaciones médicas en tierra” que le proporcionen un tratamiento adecuado a su dolencia. Se considera que un marinero requiere atención médica “inmediata” ante lesiones o enfermedades graves, enfermedades transmisibles a otros tripulantes, fracturas de huesos o hemorragias o ante un riesgo de suicidio.

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