Tres meses después de que Vladímir Putin decidiera invadir Ucrania y tras prácticamente un año de que el IPC iniciara su escalada, el mercado laboral español sigue lanzado. España sumó en mayo su cuarto mes consecutivo con el empleo al alza, fue su mejor mayo de los últimos cuatro años y consolida holgadamente la cuota de los 20 millones de trabajadores en activo. La inminente temporada turística bufa a favor y el resto de incertidumbres no desaceleran, por ahora, la marcha del mercado laboral español, según los datos publicados este jueves por los Ministerios de Seguridad Social y Trabajo. Lo que ha permitido que, por desgaste y varios meses de creación de empleo, el paro haya bajado de los tres millones de personas por primera vez desde 2008.

Pese a que los organismos internacionales y el propio Gobierno han tenido que rebajar sus previsiones de crecimiento del PIB por la inesperadamente larga inflación y el conflicto bélico en Ucrania, de momento esa rebaja de expectativas no se está plasmando en los datos de empleo. Resta la incógnita de si dicha rebaja llegará con retraso -no sería la primera vez que las contrataciones van un paso por detrás- o simplemente no llegará y la resiliencia del mercado laboral español aguantará el chaparrón.

De momento la estadística lo que muestra es que este mayo cerró con casi 100.000 personas menos apuntadas al SEPE, dejando la cifra total de desempleados en 2,92 millones de personas. Es una cifra muy alta, de las más altas de toda la Unión Europea, pero simbólicamente ha conseguido romper con la cota de los tres millones de desempleados. Hay que retrotraerse al estallido de la burbuja inmobiliaria y el derrumbe de Lehman Brothers para encontrar una fecha en la que no hubiere un número parejo de desempleados en España.

El camino ha sido largo, pues de esa hecatombe social y económica el paro se enfiló y se enfiló mientras resonaban los eres y los cierres de empresas, hasta llegar a superar en 2013 los cinco millones de parados en toda España. Doce años ha tardado en recuperarse, demostrando que el mercado laboral español es mucho más eficaz reenganchando a personas que alternan meses de paro y de empleo o atrayendo trabajadores de fuera que recuperando a un grueso importante de gente que hace 12 años perdió su empleo y desde entonces no ha conseguido volver a trabajar.

No obstante, ese hito de bajar de los tres millones de parados esconde un cierto sesgo desfavorable hacia las mujeres. Pues el paro ha bajado sustancialmente más entre ellos que entre ellas y si bien los hombres sí han vuelto a niveles del 2008, las mujeres están todavía en 2009.

La hostelería recupera el empleo

La hostelería ha recuperado este mes de mayo los niveles de empleo que tenía antes de la pandemia. Era el último gran sector que todavía tenía menos ocupados que en el 2019 y tras el tirón de los últimos meses ya puede decir que ha dejado atrás la crisis del coronavirus. Cercanía de la campaña de verano, buen tiempo, cero restricciones pese al repunte de casos de covid y parte del ahorro embalsado de los años pasados que todavía empuja a muchos hogares al bar o el restaurante.

Solo hay dos grandes ramos de actividad que emplean a menos gente que hace dos años. Por un lado, está la banca, inmersa en un proceso generalizado de eres para ahorrarse costes laborales y adaptarse a los cambios tecnológicos. Y, por otro, las trabajadoras del hogar, muchas de ellas fueron despedidas cuando se decretó el primer confinamiento y no han vuelto a ser contratadas en muchos de los hogares donde operaban. En el resto de gremios trabaja más gente que antes del covid y ello explica que España haya consolidado la cota de los 20 millones de afiliados a la Seguridad Social. Nunca antes había habido tanta gente trabajando a la vez en el país y resta la incógnita si podrá retener dicha cota tras los meses de invierno, tradicionalmente menos efusivos en cuanto a empleo.