La historia de Bernardo’s Mermeladas se remonta a los años 80 y 90 del siglo pasado, cuando Don Bernardo fue dueño de varios restaurantes en Lanzarote, donde comenzó a desarrollar una confitura de tuno indio. Al principio solo se producía en muy pequeñas cantidades, para su venta como un souvenir gastronómico. Dada la propia calidad del restaurante, fue un requisito primordial que estas confituras conservaran en su tarro ese buen hacer.
Poco a poco algunas tiendas y pequeños supermercados se interesarían por los productos y en 1995 se fundaría la sociedad productora y comercializadora que experimentaría un crecimiento sostenible, ampliando el surtido y su equipo humano, creando una marca sólida, todo un referente de calidad entre clientes y consumidores.
Los inicios nunca son fáciles, pero en este caso se da el handicap de realizar una actividad empresarial desde una isla donde la industria es escasa y donde cuesta más la importación de maquinaria, tarros, azúcar o etiquetas. «Desde Bernardo´s Mermeladas tenemos como premisa de negocio el abastecimiento con producciones locales, por lo que la casi totalidad de nuestras materias primas son producidas en Canarias. Todo nuestro proceso productivo se basa en la economía de cercanía y tratamos de impulsar el desarrollo de las explotaciones agrícolas de las cuales nos abastecemos», afirman desde la empresa, comprometida con la sociedad canaria. «La innovación permanente, el desarrollo de nuevos productos de calidad y cercanía son la columna vertebral de Bernardo´s Mermeladas. Son muchos los proyectos que tenemos nuevamente en marcha, como la incorporación de producciones ecológicas, la implantación de sistemas estandarizados de calidad que nos faciliten el proceso exportador, el desarrollo de nuevos productos y la mejora en el proceso productivo para satisfacer las necesidades del sector de la restauración y hostelería», concluyen.
