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Quesos Valsequillo rechaza ahora subir el precio de la leche a más de 50 céntimos

Los ganaderos anuncian movilizaciones junto a la fábrica y no descartan más actuaciones | El sector espera volver a reunirse con el presidente Torres en junio

Un ganadero ordeña una vaca en una granja de Tenerife. | | MARÍA PISACA

El «acuerdo» entre ganaderos, queseros y cadenas de distribución para subir el precio de la leche empieza a tambalearse. A principios de mayo el Gobierno autonómico logró que las industrias y los supermercados se comprometieran a pagar más a los productores por la leche para que estos pudieran, cómo mínimo, cubrir sus gastos. Se pagaba a 48 céntimos y se pactó un incremento progresivo de entre 12 y 15 céntimos de forma que los granjeros recuperaron la esperanza. Un mes después la leche solo ha subido solo un par de céntimos y se paga a 50, pero el coste de producción está en 60. Y lo que más preocupa a los ganaderos es que Francisco Martel, el mayor quesero de Gran Canaria ya que compra el 70% de la leche que se produce en la isla, no está dispuesto a seguir pagando más a los productores «a la fuerza» porque es el «mercado el que marca el ritmo de las subidas». Lo que ha llevado a los ganaderos a anunciar manifestaciones a las puertas de su fábrica.

Según el empresario es la administración pública la que debe «hacerse responsable» de los sobrecostes que tienen los granjeros como consecuencia del conflicto en el este de Europa y no el sector industrial. La alimentación, los forrajes y los fletes se han encarecido más de un 50%. «Somos una empresa privada, si vendo los productos más caros la gente no me los va a comprar», afirma Martel, quien asegura que en el encuentro con el presidente del Ejecutivo autonómico, Ángel Víctor Torres, «jamás» se acordó que la leche llegaría a los 60 céntimos. «Todavía hay clientes que están aceptando las subidas que hemos ido haciendo en los últimos meses, no podemos poner el precio que nos da la gana del golpe», explica el quesero, que insiste en que las «manifestaciones y las quejas deberían trasladarse a los edificios de las administraciones».

En la mesa de diálogo en la que el Ejecutivo regional actuó de mediador las industrias queseras y las cadenas de distribución no solo se comprometieron a cumplir con la petición de los ganaderos, sino que además acordaron hacerlo sin repercutir en el bolsillo de los consumidores, es decir, reduciendo sus márgenes de beneficio. Incluso llegó a plantearse que la subida de 12 céntimos se dividiera a partes iguales entre queseros y supermercados pero parece que esa fórmula solo acabó convenciendo a los productores.

Ante la parálisis de la situación el gerente de la Sociedad Cooperativa de Ganaderos de Gran Canaria, Nicolás Pérez, ha convocado a todos los ganaderos que le venden leche a Martel para manifestarse en la puerta de la fábrica en Valsequillo a modo de «queja» a pesar de que el empresario está actualmente fuera de la isla. «No está cumpliendo con lo que nos prometieron y ya no podemos seguir asumiendo costes», afirma Pérez, quien asegura que si no hay mejoras de los precios «el sector seguirá tomando medidas». La situación ya ha llegado a tal punto que algunos ganaderos han tenido que sacrificar a las vacas con baja producción.

Lo cierto es que con los precio actuales se sigue incumpliendo la ley de cadena alimentaria que impide que ningún eslabón venda por debajo de lo que ha pagado. La consejera de Agricultura del Gobierno de Canarias, Alicia Vanoostende, ya anunció la semana pasada que Canarias empezará a aplicar la ley de cadena alimentaria el próximo mes, por lo que se empezará a sancionar a aquellos que no cumplan con la cadena. La destrucción de valor de la cadena está tipificada como una falta «grave» y supone una multa de entre 3.001 euros y 100.000 euros. Para los reincidentes la cantidad podría alcanzar el millón de euros. Aunque los ganaderos no confían en la palabra de la consejera. «Si no se ha hecho hasta ahora no creo que empieza a ponerse serios ahora», lamenta Pérez.

A principio del mes de junio los ganaderos esperan que el presidente vuelva a convocar una reunión con todos los implicados para «controlar que se cumple con lo acordado», pero Martel asegura que por el momento no ha recibido ninguna invitación. Parece que las promesas y las buenas intenciones que protagonizaron el primer encuentro se han esfumado y ahora toca esperar el próximo movimiento del Ejecutivo canario que tiene entre sus manos a un sector que si antes tenía el agua al cuello ahora ya la tiene cubriéndole la nariz.

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