eldia.es

eldia.es

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Santiago Niño Becerra: "Sánchez y Feijóo no pintan nada en el mundo"

El economista pronostica cuándo acabará la crisis y quién mandará en el futuro

Entrevista al economista Santiago Niño Becerra.

Cuando le echan en cara su querencia por los presagios negros, Santiago Niño Becerra (Barcelona, 1951) suele responder por Serrat: “No es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”, dice tarareando la letra de ‘Sinceramente tuyo’. Ya quisiera él poder analizar tiempos más boyantes, confiesa, pero empezó a explicar las cosas del parné en los medios de comunicación cuando estalló la crisis de 2008 y desde entonces el panorama no se ha librado de los nubarrones. El venidero no pinta mejor. En su último libro, ‘Futuro, ¿qué futuro?’ (Ariel), el economista dibuja el mundo que emergerá tras la pandemia y, como era de esperar, su pronóstico no invita a la fiesta.  

Tenemos 9,8 puntos de subida de IPC. ¿Hemos vuelto a los años 80? 

Hay dos tipos de inflación. La de demanda se produce cuando el consumo crece salvajemente y se arregla fácilmente subiendo los tipos de interés. Pero hay otra, provocada por la falta de oferta, que es más difícil de corregir porque es estructural. Es la que sufrimos ahora. 

¿Qué la ha causado? 

La guerra de Ucrania, no. La pandemia paró en seco las cadenas logísticas, que trabajaban sin stock, y cuando las empresas reanudaron la actividad se encontraron sin chips, ni aluminio, ni forma de transportarlos. Añadamos a esto la especulación que se ha desatado en el mercado de las materias primas y la energía. Cuando hay demanda y no hay oferta, los precios se disparan, pero esto no se corrige en dos meses. 

¿De cuánto tiempo hablamos? 

El Banco Central Europeo prevé que los precios seguirán altos hasta finales de 2023. No me extrañaría acabar el año con el IPC en el 12%. Nos esperan meses difíciles porque el poder adquisitivo de los consumidores mermará y esto tendrá un efecto psicológico en la población que incrementará su impacto. Esta inflación no se corregirá sin dolor.  

¿Cómo se hará? 

Solo hay dos formas de bajar una inflación desbocada: o subiendo los tipos de interés al 20% como hizo EEUU en los 70, que es algo que no volverá, o reduciendo el consumo a base de impuestos y bajadas de gasto público para que gastemos menos y los precios se frenen. En el camino, todos seremos más pobres. Ya lo somos. Una inflación del 10% equivale a tener un 10% menos de dinero en el bolsillo.

"Solo hay un camino para frenar la inflación: apretarnos el cinturón y reducir el consumo hasta que los precios bajen"

decoration

¿Qué efecto tendría subir los salarios para compensar esa pérdida de poder adquisitivo? 

Elevaría aún más la inflación. Los salarios deben estar vinculados a la productividad. Solo pueden subirlos las empresas que ganan dinero, como hizo Mercadona el año pasado. Tampoco tiene sentido topar los precios en una economía de libre mercado ni limitar la venta de determinados productos. ¿Qué es eso de que yo solo puedo comprar una lechuga en el súper? 

¿Qué le parece la subvención de 20 céntimos que aplicará el Gobierno al combustible? 

No servirá para nada, porque esos 20 céntimos los vamos a pagar entre todos y en breve volverán a añadirse al precio de la gasolina. Reducir los impuestos sí habría tenido un efecto inmediato, pero el Gobierno no puede bajarlos porque necesita recaudar para pagar todas las ayudas que está poniendo sobre la mesa. Solo hay un camino: apretarnos el cinturón y reducir el consumo hasta que los precios bajen. 

Llevamos unos años terribles. ¿Cómo se contarán en los libros de historia? 

Como los de una crisis sistémica que estalló en 2007 y acabó en 2025 poniendo fin al modelo que se implantó tras la Segunda Guerra Mundial y dio paso a otro muy diferente. La pandemia ha acelerado un proceso que ya estaba en marcha. 

"Hay que olvidarse del trabajo fijo y la seguridad. Vamos hacia modelos de contratación a la carta y bajo demanda. Trabajaremos en función de las necesidades de los proyectos empresariales"

decoration

¿Cómo es ese nuevo modelo que vendrá? 

Los países pintarán poco y el poder lo ostentarán unos cuantos oligopolios. Seguirá habiendo estados, pero solo servirán para ponerle rostro a las decisiones que tomen las grandes corporaciones. Y olvídese de aquello del trabajo fijo y la seguridad. Vamos hacia modelos de contratación a la carta y bajo demanda. Trabajaremos en función de las necesidades de los proyectos empresariales.  

Suena inquietante. 

Eso lo dice usted, que ha conocido el modelo anterior y tiene esa referencia, pero a la generación T, con t de ‘touch’, formada por los nacidos entre 2008 y 2025, le parecerá lo más normal del mundo porque va a crecer con un patrón mental muy distinto. Para ellos, conceptos como seguridad, privacidad o propiedad no tendrán sentido. Ellos pagarán por usar, no por tener, y serán menos consumistas, más flexibles y más colaboradores que usted y que yo.  

Y para los que no se adapten, en su libro propone lo que llama el “trinomio social”: renta básica, ocio gratis y marihuana legal. ¿La alternativa es fumarse un porro viendo series y vivir de una paga? 

Debemos ser conscientes de que cada vez va a haber más población innecesaria para generar PIB. Se trata de que tengan su tiempo ocupado en algo. No hablo de un futuro lejano. Le pongo un ejemplo: los camioneros. Su verdadero problema no es el precio de la gasolina por el que se han movilizado, sino que hoy ya funciona una línea regular de camiones sin conductor en Arizona. Es cuestión de tiempo que eso se extienda por el mundo y en otros sectores ocurrirá lo mismo.  

Su presagio debe sonar a música celestial en los oídos de un liberal. 

La política no existe, todo es economía. BlackRock tiene hoy 25.000 millones de deuda pública española. ¿Quién manda de verdad, Pedro Sánchez o el fondo de inversión? Cuando Nissan cerró, el Gobierno y la Generalitat trataron de mediar, pero los japoneses dijeron adiós y se fueron, igual que Delphi se había ido antes de Cádiz. Frente a las grandes corporaciones, los gobiernos pueden hacer poco, y en el futuro podrán menos.  

"BlackRock tiene hoy 25.000 millones de deuda pública española. ¿Quién manda de verdad, Pedro Sánchez o el fondo de inversión?"

decoration

Dice que la política no cuenta y que todo es economía. A ver si es que la economía es de derechas y no lo queremos ver. 

La economía no tiene ideología, ni rostro, ni bandera, está por encima de la política. En el pasado fue la ciencia que administraba la abundancia; a partir de ahora administrará la escasez. Lo de "es catalán el que vive y trabaja en Cataluña" se ha quedado desfasado. Usted es ciudadano del mundo porque vive en el mundo. El nacionalismo cumplió su papel en la historia, pero su tiempo ya pasó. 

Si pudiera pasar una tarde con Sánchez y Feijóo, ¿qué medida les sugeriría para mejorar el futuro de España? 

Por favor, invíteme a pasar esa tarde con Warren Buffet, George Soros o Ray Dalio, y que venga también Mario Draghi, pero no por ser primer ministro de Italia, sino por haber presidido el BCE y haber sido un alto cargo de Goldman Sachs. Ellos sí toman decisiones importantes, pero Sánchez y Feijóo no pintan nada en el mundo. 

Tengo un hijo de 12 años, pura Generación T. ¿Qué le digo? 

Que estudie, lea, vea Youtube y se forme por su cuenta más allá de los títulos académicos. Fíjese: para desarrollar Tesla, Elon Musk contrató a un equipo de programadores, pero no les exigió ningún título, solo les planteó un problema y les pidió un programa para solucionarlo. Sobre todo, dígale que se dedique a lo que le guste. A un pintor de paredes enamorado de su trabajo le irá mejor que a un abogado amargado con su oficio. Pero eso sí: tendrá que ser un buen pintor de paredes.

Compartir el artículo

stats