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Negocios

La revolución de los comercios sostenibles

Empresas de Alicante son rentables utilizando materiales reciclados, textiles orgánicos o proveedores locales | Aseguran que el consumidor está cada vez más concienciado con el medio ambiente

Mario Guindel, cofundador de La Cosmonauta, estampa una camiseta de algodón orgánico. Pilar Cortés

Una mochila fabricada con componentes de proveedores asiáticos recorre más de 15.000 kilómetros hasta llegar a la tienda en que se compra, sumando todos los componentes de la misma. Una comprada en un establecimiento cuyos proveedores son locales, apenas suma 135. Es el caso de 'Fet a la Terreta': "Mi proveedor más lejano está en Quart de Poblet, a las afueras de Valencia", afirma José Carlos de la Morena, el fundador de esta tienda de regalos con motivos locales. El objetivo es que los productos sean "realmente sostenibles", asegura, basándose en tres pilares: el medioambiental, el económico y el social: "La producción tiene que ser de la provincia o de la Comunidad Valenciana, el producto tiene que ser rentable y las familias que están en la cadena de producción tienen que conseguir una vida digna".

Varios trabajadores de Fet a la Terreta toman medidas de uno de sus diseños.

Varios trabajadores de Fet a la Terreta toman medidas de uno de sus diseños. PILAR CORTÉS

Estos objetivos varían en función de la empresa y de las personas que están detrás, pero todas coinciden en una idea: "Cada vez tiramos más basura al planeta", como afirma Sonia Zález, impulsora de Be Bonico, una empresa textil que se dedica a hacer reciclaje creativo, la conocida como moda upcycling. "Es economía circular pura y dura, una rueda que puede ser inacabable", comenta Zález, quien asegura que "el textil es una de las materias que más se puede reutilizar".

Sónia Zález, fundadora de Be Bonico, realiza un arreglo a una prenda.

Sónia Zález, fundadora de Be Bonico, realiza un arreglo a una prenda. PILAR CORTÉS

"No se puede ser talibán, hay que poder abrir al día siguiente".

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La sostenibilidad no aplica solo a la cercanía de los productos, también al proceso de creación de los mismos. "Para hacer un vaquero se necesita mucha agua y además se vierte veneno al propio agua en el proceso", añade Zález. Un punto en el que coinciden Pilar Pedrosa y Mario Guindel, cofundadores de La Cosmonauta, una empresa de serigrafía y diseño que trata de ser lo más respetuosa posible con el medio ambiente: "No usamos disolventes ni ningún tipo de químicos". Sin embargo, son conscientes de que es difícil ser totalmente ecológicos: "En las tintas utilizamos las más ligeras que hay, hemos tratado de usar algunas orgánicas como la de vino, pero no se quedan bien aún". Su forma de trabajar tiene clara una premisa: "No se puede ser talibán, hay que poder abrir al día siguiente. En nuestro campo hay muchas opciones más baratas que no son ecológicas. A veces realizamos encargos que no son sostenibles y miran al precio".

Muchas de las empresas sostenibles acaban colaborando entre sí. La Cosmonauta es proveedora de Aitana Bikes, una empresa que hace ropa de moda ciclista con materiales sostenibles: "Los integrantes trabajamos en multinacionales y estamos acostumbrados al trato con Asia. Algunos proveedores empezaron a sacar productos reciclados de plásticos PET y vimos nuestra oportunidad de aportar nuestro pequeño granito de arena al mundo", asegura Álex Martínez, cofundador de la empresa.

Álex Martínez y Sergio de Juan, cofundadores de Aitana Bikes.

Álex Martínez y Sergio de Juan, cofundadores de Aitana Bikes. PILAR CORTÉS

"Cuando entra a la tienda un cliente extranjero se nota en seguida, pero soy optimista, pienso que la gente es cada vez más cómplice de las tiendas de barrio".

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La pandemia fue el catalizador para que muchos de estos proyectos salieran adelante. Fet a la Terreta surgió tras el despido de De la Morena de su anterior empresa, y Sonia Zález guardaba la idea de Be Bonico desde hace 15 años. La concienciación de la gente, además, va en aumento: "No estamos como en Suecia, Noruega o Alemania, pero tengo la sensación de cada día va a más", asegura Martínez, de Aitana Bikes. En La Cosmonauta apuntan a la concienciación de los jóvenes como factor clave: "Son los chavales los que escriben a las marcas para pedir que sus materiales sean más orgánicos". Sin embargo, las diferencias culturales con países más concienciados aún se notan: "Cuando entra a la tienda un cliente extranjero se nota en seguida, pero soy optimista, pienso que la gente es cada vez más cómplice de las tiendas de barrio", asegura Zález.

En La Cosmonauta creen que también hace falta que el cambio venga desde las instituciones: "Falta mucha implicación política. Es costoso desarrollar algo ecológico. Más que ayudas es necesaria la concienciación de la sociedad, pero tiene que empezar desde arriba". En Aitana Bikes son optimistas porque las directrices de la Unión Europea en sus objetivos 2050 apuntan a dos objetivos: la digitalización y la sostenibilidad. De la Morena considera que hay que poner en valor a la provincia, porque aunque la gente crea que todo se hace fuera, hay "un tejido industrial muy fuerte".

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