A expensas de si las cúpulas de patronal y sindicatos consiguen cerrar un nuevo acuerdo salarial para los próximos años, sector a sector los negociadores van cerrando nuevos convenios colectivos en los que el impacto de la escalada inflacionista ya es manifiesto. Según los datos publicados este jueves por el Ministerio de Trabajo, los convenios firmados hasta febrero acumulaban un incremento salarial medio del 2,3%. En apenas tres meses dicho porcentaje ha escalado ocho décimas, pues en diciembre cerraba el año en el 1,5%. Pese al incremento registrado en estos últimos meses, la tónica mayoritaria es que los trabajadores siguen perdiendo poder adquisitivo. Concretamente, ocho de cada 10 trabajadores cubiertos por convenio tuvieron una subida salarial por debajo de los actuales niveles del IPC, actualmente en el 7,4% y subiendo.

La pandemia, primero, y la escalada inflacionista, después, están lastrando la negociación colectiva en España. A datos de febrero de este año se han renovado convenios que cubren a un total de 4,3 millones de trabajadores. En el mismo mes del 2019 dicha cifra ascendía a 6,2 millones de personas. La falta de un acuerdo marco que guíe las conversaciones sector a sector y empresa a empresa provoca que cueste más cerrar acuerdos y el actual contexto inflacionista dificulta todavía más ese entente. Pues los sindicatos parten de cifras para no perder poder adquisitivo y las empresas habitualmente no están dispuestas a llegar hasta tanto y se enrocan, dejando sin renovar el convenio.

La mayoría de convenios se están cerrando con unas horquillas de entre el 1 y el 2%, unos incrementos sustancialmente por debajo del IPC y que afectan a siete de cada 10 trabajadores. Solo el 17% de los pliegos tiene un incremento por encima del 3%. Uno de estos acuerdos más recientes es el de los mataderos de aves y conejos, donde esta semana patronal y sindicatos cerraron una revisión salarial del 8’1% para 2021 y un incremento de un 4’25% para 2022. Pese a que es uno de los incrementos más elevados entre los que se han conocido en las últimas semanas, no alcanza a los actuales niveles de la inflación.

Una de las fórmulas que históricamente han blindado ese poder adquisitivo son las cláusulas de revisión salarial, que obligan a las compañías a compensar a posteriori la diferencia con el IPC. Firmas como Mercadona, por ejemplo, la tienen por convenio y ello provocó que en enero subieran el sueldo a sus trabajadores hasta el 6,5%. No obstante, la existencia de dichas cláusulas no está exento de polémica y en otros convenios, como el del metal o el de metalográficas de Barcelona, las compañías están oponiendo resistencias para aplicar los incrementos de manera inmediata dada la escalda de los últimos meses del IPC. Ambos ejemplos están en vías judiciales tras la denuncia de los sindicatos. En España, según cálculos del Ministerio de Trabajo, el 16% de los trabajadores cubiertos por convenio lo están por uno que incorpora cláusulas de revisión salarial.