La crisis de abastecimiento de componentes en el sector del automóvil, sobre todo de chips semiconductores, no solo significa que los compradores deben esperar más para poder conducir sus nuevos vehículos, en ocasiones períodos superiores a los seis meses, sino también que deberán pagar más por ellos. Según a respondido el Gobierno a Isidro Martínez Oblanca, diputado de Foro Asturias, hay alrededor de 250.000 vehículos que, pese a ser comprados en 2021, serán entregados a sus propietarios en 2022 y que, por tanto, recaerá sobre ellos la subida del Impuesto de Matriculación producida el pasado 1 de enero.

Martínez Oblanca preguntó en el Congreso de los Diputados sobre si los nuevos tramos del gravamen recaerían sobre los vehículos comprados el año pasado pero que, por diferentes circunstancias, no se pudieron entregar el año pasado. Según la respuesta del ejecutivo nacional, el Impuesto de Matriculación se aplicará sobre los vehículos entregados este mismo año, independientemente del año de formalización del pedido. Según los cálculos del Gobierno, serán aproximadamente 250.000 los afectados por la subida del tributo.

Cabe recordar que el Impuesto de Matriculación subió realmente en enero de 2021, cuando entró en vigor la normativa de homologación de emisiones WLTP, más precisa que la permisiva NEDC, la que sustituyó. Bajo la nueva normativa, muchos vehículos nuevos saltaron de tramo impositivo, pasando a pagar cuanto antes no tenían que hacerlo o a pagar más de lo que pagaban antes. 

Ante la presión del sector del automóvil, que alegaba que los nuevos importes estaban castigando al mercado, mermado por el Covid-19 y por la incipiente crisis de abastecimiento de componentes, el Senado decidió congelarlo en junio hasta el 31 de diciembre, adecuando los tramos impositivos para volver a los valores de 2020. Hasta junio, la recaudación del gravamen subió un 113% en comparación con el mismo período del año anterior, mientras que según la patronal Anfac se perdieron un tercio de las ventas respecto al primer semestre de 2019. Todo aquel que compró un coche antes de la congelación del tributo, pagó entre 600 y 1.000 euros más de media, cifra que pagarán de más ahora estos 250.000 compradores que se apresuraron a comprar sus coches en 2021 antes de la subida del tributo pero que no han podido recibirlos antes de cerrar el año.

Desde el 1 de enero, los tramos impositivos del gravamen son los siguientes: se exime de pago a los vehículos de menos de 120 gramos, gravando un 4,75% entre los 120 y los 160 gramos, un 9,75% entre los 160 y los 200 gramos y un 14,75% al superar los 200 gramos. El pasado mes de enero, la media de emisiones de los vehículos vendidos en España fue de 118 gramos de CO2 por kilómetro. Según la patronal de concesionarios, Faconauto, la subida del tributo podría significar la pérdida de hasta 100.000 unidades en el conjunto del año.