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Las bajas por la ómicron confinan a 35.000 asalariados y autónomos canarios

La incidencia de la enfermedad es mayor en el comercio, la restauración y los supermercados

Un camarero atiende a los clientes de una terraza de Santa Cruz de Tenerife. Andrés Gutiérrez

Entre un diez y un 15% de los asalariados del Archipiélago canario está de baja por la covid-19. Son entre 15.000 y 20.000 personas, según los cálculos de la patronal. Y a estas se suman 15.000 trabajadores autónomos. Un total de 35.000.

La irrupción de la variante ómicron afecta de manera especial a las actividades de restauración y comercio, sobre todo a los supermercados e hipermercados de las grandes superficies. En el comercio alimentario están haciendo encaje de bolillos para cubrir las vacantes temporales en puestos como, por ejemplo, los de pescadero o carnicero. No en vano se trata de tareas que exigen una serie de requisitos (de entrada tener el carné de manipulador de alimentos) y que, por tanto, no son fáciles de cubrir de un día para otro.

Aunque de momento no es posible saber con total exactitud cuántos trabajadores están de baja por la nueva variante del coronavirus, tanto en la gran patronal del Archipiélago como en las patronales sectoriales coinciden en que la cifra está por encima del 10%. «Incluso diría entre un diez y un 15%, y seguramente más cerca del 15 que del 10%», explica el secretario general de la Asociación Canaria de Medianas y Grandes Empresas de Distribución (Asodiscan), Alfredo Medina. Medina agrega que este notable incremento de las bajas laborales afecta al sector servicios, en general, y a la actividad comercial, en particular. No obstante, es una situación que causa mayores trastornos en ámbitos como el de la alimentación, donde el «grado de sustituibilidad», es decir, la mayor o menor disponibilidad en el mercado laboral de perfiles adecuados para sustituir a los empleados de baja, es muy pequeño para tareas como las de pescadería o charcutería. El representante de Asodiscan expone que, de hecho, las empresas están haciendo auténticas «filigranas» para cuadrar turnos hasta que la ómicron dé un respiro. Y si esto ocurre en las grandes firmas de la distribución, tres cuartos de lo mismo pasa en los supermercados.

«Uno de nuestros mayores socios cuenta con unos 7.000 trabajadores, y puede tener de baja alrededor de 500», detalla el secretario general de la Asociación de Supermercados de las Islas Canarias (Asuican), Alonso Fernández. Fue precisamente Asuican la primera organización sectorial que dio la voz de alarma por los problemas causados por este aluvión de bajas laborales. Hasta el punto, asegura Fernández, de que en algunos supermercados se han visto en dificultades para poder abrir. Las empresas asociadas a Asuican dan trabajo a 13.000 personas, de las que unas 1.300 («en torno al 10%», precisa Fernández) están de baja. «Las plantillas no son tan elásticas como para no vernos en problemas ante una situación así», subraya el portavoz de Asuican, quien aunque en los últimos días ha percibido cierto alivio en las empresas por la tramitación telefónica de las bajas de los asalariados menores de 45 años, cree que aún hay margen para actuar. Por ejemplo en los casos de quienes no pueden acogerse a ese trámite automático (básicamente por tener más de 45 años), casos en los que la baja debería activarse en el momento en que la persona es atendida por el médico, no antes, ya que de lo contrario las bajas se alargan en ocasiones sin razón de ser.

También hay preocupación por la avalancha de bajas a causa de la ómicron en el pequeño comercio y restauración. El presidente de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias (Fauca), Abbas Moujir, pone énfasis en que si una empresa de mediano o gran tamaño se ve en dificultades para cuadrar los turnos con tantas bajas, ni que decir tiene lo mal que lo pasan los bares, las cafeterías o los pequeños comercios. Es más, Moujir afirma que en el caso de la restauración, es muy probable que el porcentaje de bajas esté más cerca del 20 e incluso del 25% que de ese 10-15%. En cualquier caso son cifras extraordinarias. Tanto el secretario general de la CEOE-Tenerife, Pedro Alfonso, como su homólogo de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), José Cristóbal García, corroboran los datos de las patronales sectoriales. «Siendo cautelosos, son entre 15.000 y 20.000 bajas, hasta 25.000 si contamos las de la Administración, según los datos del propio Gobierno de Canarias», precisa Alfonso. El representante de la gran patronal de la provincia de Santa Cruz de Tenerife recuerda que el porcentaje de absentismo laboral en las empresas isleñas (empresas propiamente dichas, esto es, con asalariados) es de entre un dos y un 2,5%, con lo que se ha cuadruplicado por la variante ómicron pero no solo por la variante ómicron. En este sentido, Alfonso hace hincapié en la tardanza del Gobierno a la hora de tomar medidas para atajar el caos administrativo y aliviar la situación de las empresas.

Y a todo lo anterior hay que añadir los entre 15.000 y 17.000 trabajadores por cuenta propia que también están afectados por la ómicron, según los cálculos de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) en Canarias, cuyo presidente, Juan Carlos Arricivita, califica la situación de «caótica».

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