El Gobierno ha decidido mantener parte de las medidas del plan de choque con el que hizo frente a la subida del recibo de la luz de hogares y empresas . El Ejecutivo ha aprobado una prolongación durante los primeros meses del nuevo año de las rebajas de impuestos para amortiguar el impacto en la factura eléctrica del encarecimiento de los costes energéticos que se venían aplicado desde el pasado verano.

El Consejo de Ministros aprobó en diciembre mantener hasta el próximo 30 de abril la rebaja del 21 al 10% del IVA que se aplica al recibo de luz y del recorte del impuesto especial de la electricidad hasta el mínimo que permite Bruselas (pasando del 5,1% al 0,5%). Y también decidió prolongar hasta el 31 de marzo la suspensión del cobro el impuesto del 7% a la producción de electricidad. Todas las rebajas se venían aplicando ya desde el pasado verano, unas desde julio y otras desde septiembre, para contener la subida de la luz.

La rebaja fiscal, cuyo impacto en las cuentas públicas el Gobierno cifra en 2.000 millones de euros que dejaran de pagar los clientes, es temporal y el Ministerio de Hacienda decidió prolongarla sólo durante el primer cuatrimestre del año (primer trimestre el caso del impuesto de producción de electricidad) alegando que las previsiones de organismos internacionales y analistas apuntaban a que sería entonces cuando empezarían a mitigarse las descontroladas subidas de los mercados de luz y de gas.

Con los mercados mayoristas de electricidad y de gas aún descontrolados y con los inversores augurando que seguirán las subidas, el Gobierno ya da por hecho que los precios altos de la energía se alargarán más allá del plazo de las medidas impositivas adoptadas para controlar sus efectos durante los primeros compases de 2022.

En una entrevista con la Cadena SER, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anticipó este lunes que las nuevas previsiones ahora apuntan a que el punto de inflexión en la subida de precios no llegará hasta mitad de año. Esto es, unos meses después que de concluya la rebaja fiscal en el recibo de luz tal y como está diseñada en la actualidad. Para entonces Moncloa espera que se produzca una “reducción significativa” del coste de la energía, que serviría también para contener la inflación.

El peligro de la inflación

Sánchez subrayó que el Gobierno ya ha adoptado medidas para amortiguar la subida, en referencia a las rebajas de impuestos aplicadas para los primeros meses de este año y que sólo sirve para reducir el impacto en el recibo de luz que paga el consumidor final. El presidente insistió en que es necesario ir más allá y volvió a reclamar a la Unión Europea que emprenda una reforma del sistema de fijación de precios de los mercados mayoristas de la electricidad. La Comisión Europea ya ha cerrado la puerta a la reforma que países como España o Francia reclaman en el sistema marginalista del mercado mayorista, por el cual la tecnología de producción más cara que se utiliza cada día para generar electricidad es la que marca el precio para todas las demás.

Con los costes energéticos desbocados, la inflación amenaza con convertirse en un obstáculo para consolidar el crecimiento económico. Durante los últimos meses de 2021, el IPC ha marcado los registros mensuales más altos de las últimas tres décadas. El Gobierno y los organismos internacionales confían en que el alza de la inflación sea un fenómeno coyuntural y temporal, consecuencia de la rápida recuperación económica y de la demanda tras el desplome de los precios provocado por la pandemia.

“Lo que tenemos que hacer es evitar lo que los economistas llaman el efecto de segunda vuelta, es decir, que ese alza de los precios acabe impregnando al resto de la economía", apuntó Pedro Sánchez, en referencia al temor a una traslación del alza de los costes energéticos al resto de bienes y servicios y a los salarios, lo que implicaría una inflación aún mayor.

Los mercados auguran más subidas

2021 ha sido el año con el precio de electricidad más caro de la historia en el mercado mayorista (también conocido como pool), con una media de 111,9 euros por megavatio hora (MWh), el triple que el año anterior, como consecuencia del encarecimiento del gas y de los derechos de emisión de CO2. Con el nuevo año, la presión alcista continúa y este martes el pool ha escalado hasta los 223 euros por MWh, el mayor registro desde que arrancó el año, pero aún lejos del récord histórico de más de 383 euros alcanzado a finales de diciembre.

Los mercados de futuros -donde las eléctricas y los 'traders' compran y venden electricidad con entrega en un plazo establecido y sirven para anticipar los precios esperados por el sector para semanas y meses posteriores- auguran que los precios altos persistirán durante todo el año. De hecho, las cotizaciones actuales hacen temer que el precio medio del mercado mayorista español puede acabar este año prácticamente duplicando el precio de 2021.

Los precios a los que están cerrando sus operaciones los inversores actualmente anticipan una senda cercana a los 200 euros por megavatio hora durante todo el ejercicio. Los futuros para febrero y marzo se sitúan en 220 y 204 euros, respectivamente. Los inversores, que tratan de cubrirse frente a los riesgos ante la incertidumbre y la volatilidad del mercado, auguran con sus contratos precios de 185 euros por MWh para el segundo trimestre, de 201 euros para el tercer trimestre y de 193 euros para el último cuarto del año.