Iberdrola trata de resucitar una de sus grandes operaciones corporativas en el exterior tras el revés sufrido hace un mes. La eléctrica lanza la batalla legal para tumbar el veto del regulador de Nuevo México (Estados Unidos) a la compra de la eléctrica PNM, que rechazó la adquisición por parte de Avangrid -filial estadounidense de Iberdrola- en una operación valorada en unos 8.300 millones de dólares (unos 7.000 millones de euros).

Iberdrola y PNM han decidido presentado ante el Tribunal Supremo de Nuevo México un recurso contra la resolución de los reguladores del estado norteamericano del pasado de 8 de diciembre de rechazar su fusión. La New Mexico Public Regulation Commission vetó la operación por unanimidad alegando, entre otras cuestiones, los problemas de calidad de servicio de Avangrid en otros estados y el problema reputacional que supone la presunta implicación de la cúpula de Iberdrola en el denominado ‘caso Villarejo’, por la contratación por parte de la compañía de los servicios del excomisario.

Avangrid y PNM se dan más tiempo para tratar de resucitar la operación y han decidido extender su acuerdo de fusión hasta el 20 de abril de 2023, con la opción de prorrogarlo otros tres meses más bajo ciertas circunstancias si ambas partes lo pactan, según ha comunicado la eléctrica española a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

La compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán trata de defender una operación estratégica para seguir creciendo en Estados Unidos. La adquisición de PNM por Avangrid permitirá la creación de una de las mayores compañías del sector eléctrrico norteamericano, con diez eléctricas reguladas en seis estados (Nueva York, Connecticut, Maine, Massachusetts, Nuevo México y Texas) y el tercer mayor operador de renovables del país, con una presencia total en 24 estados.