Desde marzo de 2020, la humanidad ha tenido que enfrentarse a una crisis sin precedentes en la historia reciente, para la que no teníamos manual de instrucciones.

La ambiciosa y decidida respuesta a nivel nacional, europeo y global, en los planos sanitario, económico y social, ha permitido amortiguar el impacto negativo y preservar una base sólida para la recuperación.

Protegiendo el tejido productivo, el empleo y las rentas de las familias, hemos logrado alcanzar en sólo 15 meses los niveles de actividad diaria previos a la pandemia, con una recuperación rápida, rica en creación de empleo e inversión, que contrasta intensamente con la anterior crisis financiera.

Todos los indicadores apuntan a una aceleración del crecimiento desde la primavera que se mantiene en este cuarto trimestre, a pesar del impacto negativo de las nuevas variantes del virus, el alza en los precios de la energía en los mercados mundiales y los cuellos de botella en las cadenas de suministro globales.

Con las cautelas derivadas de la incertidumbre actual, para 2022 todos los organismos y analistas prevén que el ahorro acumulado por los hogares seguirá alimentando la recuperación del consumo, el turismo se irá aproximando a los niveles record de 2019 y la inversión privada cobrará impulso, apoyada de forma creciente por el Plan de Recuperación.

Ahora se trata de lograr que, más allá de un rebote pasajero, se inicie un nuevo ciclo económico, con una recuperación fuerte, sostenida en el tiempo, que permita impulsar un proceso de modernización y refuerce el crecimiento a largo plazo y el Estado de bienestar, pensando en las generaciones más jóvenes.

Con la misma determinación de la respuesta al shock generado por la pandemia, estamos ahora haciendo realidad la gran oportunidad que brinda el Plan de Recuperación, que permitirá movilizar inversiones públicas por hasta 140.000 millones de euros y abordar una ambiciosa agenda de reformas estructurales, mirando al futuro.

Para permitir alcanzar la velocidad de crucero con las inversiones del Plan, los Presupuestos Generales del Estado para 2022 prevén una dotación de 26.900 millones de euros con cargo a los fondos europeos, para invertir en ámbitos tan importantes como la movilidad sostenible, la digitalización, la conservación y restauración de ecosistemas o el despliegue de infraestructuras energéticas renovables.

Con el fin de que todo ese potencial se materialice en un ciclo verdaderamente transformador, seguiremos impulsando el proceso de reformas, adoptando los proyectos normativos pendientes, por ejemplo, en el ámbito de la ciencia y la universidad, y finalizando el proceso normativo de los que ya están en el Parlamento, como el Proyecto de Ley de Creación y Crecimiento Empresarial, el de Startups, los de Comunicación Audiovisual y de Telecomunicaciones, y la reforma concursal.

Es un reto sin precedentes. También una oportunidad histórica y un proyecto ilusionante para nuestro país que, como en ocasiones anteriores, vamos a aprovechar. Trabajando juntos, con confianza y determinación, para lograr una recuperación justa.