«El sector turístico es prioritario». Ante la expansión de la variante ómicron, el Gobierno ha dejado claro que su intención es seguir blindando una de las principales ramas de actividad del país. Y que la estrategia continúa siendo hacerlo a golpe de inyección económica: el Consejo de Ministros aprobó ayer una nueva línea de ayudas al turismo por valor de 720 millones de euros.
El paquete se dirigirá en su mayoría a proyectos que mejoren la competitividad del sector, y el resto serán subvenciones a comunidades y ayuntamientos para la rehabilitación del patrimonio turístico (109 millones), así como ayudas dirigidas a mejorar destinos relacionados con el Camino de Santiago (45 millones).
De este modo, la primera dotación son unos 560 millones de euros que van directos al Fondo para la Competitividad de las Empresas Turísticas (FOCIT) y que tiene como principal misión otorgar préstamos a empresas y autónomos con proyectos que modernicen el sector. En concreto, esta línea está especialmente pensada para planes de digitalización, economía circular y eficiencia energética.
El Gobierno despliega estos fondos en un momento en el que sector en Canarias espera un nuevo revés en las reservas debido al aumento de los contagios y del avance de la nueva variante ómicron. El aumento de las restricciones para viajar impuestas por el Reino Unido –que desde ayer solicita a todos los viajeros que entren en el país un test negativo aunque tengan la pauta completa de vacunación– de momento no ha tenido incidencia en la conectividad aérea entre Canarias y el país británico, pero la industria da por hecho que la decisión del Gobierno de Boris Johnson tendrá un coste para la actividad turística en las Islas, ya que los británicos son mayoría entre los visitantes que llegan a Canarias a pasar sus vacaciones, sobre todo en la temporada de invierno, la más importante para el sector en el Archipiélago.
