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«Nosotros estamos pagando la crisis»

En Canarias se firman menos hipotecas en lo que va de 2021 que en el ‘año I’ de la pandemia

«El problema principal es el cambio de la ley hipotecaria y los problemas para conseguir financiación». Almudena Delgado, una joven tinerfeña en busca de vivienda –de momento sin suerte–, resume así uno de los obstáculos fundamentales que se encuentran quienes están en su situación. Hay que ahorrar el 20% del valor de la casa o el piso para que te concedan la hipoteca –un 10% si se negocia con algunos bancos pero a cambio de mayores intereses– y en muchos casos hay que suscribir contratos de arras o de reserva, es decir, hay que adelantar una determinada cantidad solo para que la oferta por la vivienda sea escuchada. Si se tiene en cuenta la peor situación socioeconómica que atraviesa el Archipiélago –salarios más bajos que en el resto del país, mayores índices de temporalidad y precariedad laboral, menores oportunidades después de la pandemia...–, no sorprende que el mercado inmobiliario apenas está desperezándose cuando en España ha tomado ya carrerilla. «Nosotros estamos pagando la burbuja», explica Almudena en alusión a las mayores exigencias y condiciones para el acceso al crédito que se aplican desde la crisis financiera. En Canarias ni siquiera un trabajo estable y razonablemente retribuido, como el que tiene Delgado, es garantía de acceso al préstamo bancario.

Esa es también la situación de la grancanaria María Castro y de la tinerfeña Patricia Prieto. Ambas tienen empleo e ingresos fijos, pero tratan de ahorrar lo máximo posible ya no solo para llegar a ese 20% que piden los bancos antes de dar la hipoteca, sino también en espera de que los precios bajen. «Los pisos son muy muy caros, y no hay muchos que se oferten en alquiler con opción a compra», asegura Patricia. «Con un sueldo medio no puedes pagar sin apuros ni un alquiler ni una hipoteca, y si te vas de alquiler ya no puedes ahorrar, lo cual te obliga a estar en casa de tus padres hasta los 40 años», agrega María, quien con su pareja busca una vivienda en condiciones ya que se han visto obligados a residir en una casa familiar justamente para poder ahorrar.

Lo anterior da pistas del por qué de las diferencias entre los mercados hipotecario regional y nacional. Ocurre como con las compraventas, entre otras cosas porque el mayor o menor número de hipotecas concedidas determina en gran medida el mayor o menor número de compraventas de casas y pisos. En los ocho primeros meses de este año se firmaron en todo el país 269.580 hipotecas sobre viviendas, la cifra más alta desde las 302.592 que se suscribieron de enero a agosto de 2011. Es decir, la cifra más alta de los últimos diez años. Mientras, en Canarias se firmaron 8.143 hipotecas. ¿Son muchas o pocas? Más bien poquísimas. Tan es así, que son menos de las que se suscribieron en el mismo período de 2020, en el mismo período del año del confinamiento y la paralización de la economía, cuando a estas alturas sumaban 8.503. De modo que en España no se cerraban tantas hipotecas desde 2011, mientras que en el Archipiélago no se cerraban tan pocas desde 2015, cuando hasta agosto solo se habían firmado 7.409.

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