La burocracia expulsa de Canarias una inversión de 275 millones en acuicultura
Los promotores trasladan la idea a las costas de Almería después de la negativa del Gobierno canario | Pesca asegura que el proyecto tenía «muchas deficiencias»

Ejemplar de medragal, especie en la que se basaba el proyecto. / E. D.
Julio Gutiérrez
El proyecto para convertir a las Islas, Arinaga en concreto, en epicentro de la cría de medregal (seriola) se marcha a Andalucía. La empresa promotora, ThreeTimes, con sede en Dordrecht (Países Bajos) y financiada con capital noruego, neerlandés y danés, acaba de trasladar la iniciativa a las costas próximas a Almería ante la negativa del Gobierno de Canarias para avanzar en la tramitación administrativa. La Dirección General de Pesca autonómica asegura que el plan que les presentaron tenía «muchas deficiencias». La inversión anunciada por los promotores era de 275 millones de euros que servirían para crear 175 puestos de trabajo directos.
«Ya habíamos dicho que no era el único sitio que barajábamos», sostiene el coordinador de Three Times en España, Juan Fernández Aldana. Los inversores continúan creyendo que el Archipiélago es un enclave ideal, pero entienden que «no merece la pena» seguir batallando con la Administración. «Con toda humildad», asegura Fernández Aldana, «cambiamos de lugar».
El director general de Pesca del Gobierno de Canarias, Carmelo Dorta, reconoce que en principio «parecía un buen proyecto». Sin embargo, la empresa no respondió a los requerimientos que se le hicieron para poder continuar con la tramitación. «Nunca llegaron a definir la zona concreta y tenían mucha prisa», explica Dorta, mientras que la envergadura de la idea hacía necesario «un estudio en profundidad que no se termina de un año para otro».
El responsable en España de la compañía neerlandesa pone por delante el «absoluto respeto» por la opinión que ha manifestado el Ejecutivo autonómico. «Hemos interpuesto un recurso, pero no vamos a pleitear; el inversor no va a estar esperando al final de un proceso como ese», detalla Fernández Aldana. «No vamos a convencer a alguien de lo que no quiere», remata. La demora, además, supondría quedarse fuera de la posibilidad de acceder a los fondos habilitados por la Unión Europea (UE) para la recuperación de las economías de los países miembros tras la pandemia.
La solicitud se presentó de conformidad con la Ley de Pesca de Canarias, ya que el área en la que se pretendían instalar los criaderos de medregal queda fuera de las designadas en el Plan Regional de Ordenación de Acuicultura (Proac). En este plan se incluyen las ZIA (Zona de Interés Acuícola). «Dejarlo dentro habría sido más sencillo, porque cuando defines una ZIA, es porque ya se ha realizado un estudio exhaustivo de los fondos», expone Carmelo Dorta sobre la determinación de los enclaves del litoral de las Islas en los que la acuicultura tiene menor impacto ecológico.
En la consejería que dirige Alicia Vanoostende se multiplicaron las dudas sobre la posibilidad de que la idea pudiera concretarse. Entre otras cuestiones, «porque no hay ninguna empresa capaz de producir cinco millones de alevines anuales», expone el director general del Pesca. Tampoco las jaulas propuestas «están homologadas por la UE. No podemos dar luz verde a un proyecto del que desconocemos cómo va a afectar a nuestros fondos marinos», continúa Dorta.
Bajo el impulso de Three Times, en febrero de este mismo año se creó Ocean Aquaculture Canarias (OAC), que presentó credenciales para afincarse en la Zona Especial Canaria (ZEC) y beneficiarse así de la baja tributación que esta proporciona. Precisamente en el Régimen Económico y Fiscal (REF) se contempla como un instrumento para atraer la inversión. Los administradores mancomunados de OAC son Johannes Voogt y José Luis Guersi, presidente del Centro Tecnológico de Ciencias Marinas y gran conocedor del sector de la acuicultura.
La intención de los inversores tras convencer a las autoridades canarias era concurrir al preceptivo concurso que habría de convocarse para concretar el uso de un espacio público. «Nos han denegado esta solicitud y por nuestra parte», insiste el coordinador de Three Times en España, «no hay ningún problema, porque aunque seguimos pensando que Canarias es el lugar ideal, ya teníamos previstas otras posibilidades».
Desde la Dirección General de Pesca, Carmelo Dorta explica que se detallaron las cuestiones a solventar, pero los promotores anunciaron que se «marcharían a Marruecos, aunque parece que lo han presentado en Almería; por nuestra parte solo nos queda desearles suerte».
Tampoco la Junta de Andalucía tendrá todo en su mano para garantizar la concreción del proyecto. Tocar la lámina de agua, el mar, requiere de un informe del Ministerio para la Transición Ecológica, algo que no parece retraer a Three Times, que se declara segura de la posibilidad de llevar adelante un proyecto que entienden como sólido.
Todo lo contrario, «inconsistente», por las grietas que no se lograron cerrar, le pareció al Gobierno de Canarias, que optó por rechazarlo a pesar de la fuerte apuesta inversora y el impulso que podría haber dado a la diversificación de la economía de las Islas. «En un principio, Gobierno y Cabildo nos dijeron que era un proyecto prioritario», lamenta Fernández Aldana.
El proyecto tiene por objetivo alcanzar las 15.000 toneladas anuales de medregal (Seriola dumerili) para la comercialización de productos elaborados y ultracongelados en los mercados europeo y asiático. Para la cría se contempla la utilización de cuatro plataformas semisumergibles de 150 metros de diámetro y medio millón de metros cúbicos de capacidad que se iban a situar frente a las costas del Sureste de Gran Canaria. Se preveía la construcción y ensamblaje de todas ellas en el Puerto de La Luz y de Las Palmas. La jaula (hatchery) para el desarrollo de los ejemplares más pequeños –5.000.000 alevines cada año– se iba a instalar en Arinaga. Además, en el recinto portuario capitalino iba a edificarse una planta para procesar el pescado y una fábrica para elaborar el pienso con el que se alimentaría a los medregales. A todo ello, se sumaba la construcción de un barco de 80 metros de eslora que se ocupará del transporte desde tierra a la granja y viceversa. Los promotores presentaron la solicitud de licencia ante la Dirección General de Pesca el pasado 11 de marzo y se daban un año para saber si cuentan con el beneplácito de las autoridades. Sin embargo, la negativa de la Administración canaria les ha llevado a decidir un cambio de aires. La acuicultura no es una industria nueva, pero la proliferación de granjas comienza a generar problemas de espacio cerca de las costas. En ese contexto, la acuicultura off shore se presenta como una solución.
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