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La inflación enmaraña todavía más la negociación de los convenios

La patronal avala tomar como referencia el IPC que excluye la escalada de

la luz | Los sindicatos se oponen a arriesgarse a perder poder adquisitivo

Supermercado de Hiperdino. Andrés Cruz

La inflación, cuya tasa anual nacional se situó en octubre en un 5,5% que no se veía desde hace tres décadas, extiende su onda expansiva. Y lo hace hasta la negociación colectiva, amenazando con enconar y distanciar las posiciones entre los agentes sociales más de lo que ya lo están. En este contexto, el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, sugiere tomar como referencia para los futuros convenios la inflación subyacente, es decir, la que no tiene en cuenta ni la energía (el recibo de la luz, por ejemplo) ni los alimentos no elaborados, los componentes más volátiles y que en la actualidad se encuentra en el 1,4%. La misma cifra a la que están subiendo los convenios colectivos firmados en lo que va de año, según el Ministerio de Trabajo.

Es una propuesta destinada a evitar la endiablada espiral precios-salarios, que las patronales, con significativos matices, han cazado al vuelo mientras que los sindicatos rechazan de plano. Lo cierto es que la escalada de precios de la energía tiene paralizadas la gran mayoría de mesas donde patronales y sindicatos negocian salarios. Las empresas no quieren asumir aumentos de la magnitud que marca actualmente el IPC y los trabajadores no están dispuestos a aceptar cifras que les hagan perder poder adquisitivo. En medio de esta parálisis negociadora, Guindos ha puesto encima de la mesa esta propuesta sobre la inflación subyacente que distancia posiciones.

En una entrevista en Onda Cero, el que fuera ministro de Economía con el PP insistió en la naturaleza transitoria de los factores detrás del actual aumento de los precios, asegurando que estos irán desapareciendo, con lo que la inflación comenzará a reducirse el año próximo. Ese es el mensaje que reitera el BCE, pero que a nadie acaba de convencer porque la inflación no solo está subiendo por el coste de la energía sino por la escasez de suministros y, más temprano que tarde, las empresas repercuten estos costes para evitar que se erosionen sus márgenes. «Es importante que no se produzcan efectos de segunda ronda (...) Lo que habría que hacer es tener en cuenta en la negociación salarial que la inflación es temporal y evolucionar los salarios de acuerdo con una inflación más permanente», afirmó el vicepresidente del BCE. De Guindos acepta las pretensiones de los trabajadores de que suban los salarios, pero pide una referencia más estable.

«A los trabajadores no les descuentan de las facturas la subida del precio de la luz. Si aceptamos incrementos según el IPC subyacente, lo que nos propone el señor De Guindos es que perdamos poder adquisitivo», afirman desde UGT Nuria Gilgado. «Solo puede proponer algo así quien no se sienta a las mesas de negociación. Es una barbaridad para los intereses de los trabajadores», coincide desde CCOO Cristina Torre.

«Un buen indicador»

El rechazo sindical contrasta con los buenos ojos que le ponen las patronales a la idea, pues ven en ella un escudo ante la incierta volatilidad de ligar los sueldos a un IPC que no saben cuánto tiempo permanecerá disparado. «La fórmula de la inflación subyacente es positiva en momentos de alta turbulencia, como el actual. Podría ser un buen indicador que poner encima de la mesa», apunta la patronal cuyo punto de vista, de todas formas, no es homogéneo. Y es que sirve para atenuar las subidas, pero no resuelve el problema por que con los actuales niveles de inflación a los trabajadores no se les puede negar la subida de sueldo. Los empresarios plantean en ese sentido que la subida debería estar vinculada a otros indicadores, como la productividad o el crecimiento del PIB.

Como sea, lo cierto es que la extraordinaria subida del coste de vida, sobre todo por el aún más extraordinario incremento del recibo de la luz, está mermando el poder adquisitivo de los 80.760 trabajadores canarios que han estrenado este año un nuevo convenio colectivo. Pese a que los convenios que han entrado en vigor en las empresas del Archipiélago en 2021 suponen una subida salarial media del 2% –de las más altas del país–, la elevada inflación desluce este éxito de la negociación colectiva en la Comunidad Autónoma. No en vano, el Índice de Precios de Consumo (IPC) se ha disparado en las Islas hasta el 3,2% en tasa interanual en septiembre, con lo que el incremento salarial medio pactado en la región entre los sindicatos y la patronal es 1,2 puntos inferior al alza de los precios en Canarias.

Dicho de otro modo: por cada cien euros de sueldo, cada uno de esos 80.760 asalariados isleños cobra o empezará a cobrar en lo que queda de año 102 euros. Sin embargo, por lo que antes pagaba cien euros, ahora paga 103,2 euros. En definitiva, les habría venido mejor seguir cobrando lo mismo y que los precios tampoco se movieran. Aunque esto último es incontrolable.

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