La 'guerra de la leche' está lejos de haberse acabado. Tras un verano movido con protestas por parte de los ganaderos, los productores aseguran que viven una situación desesperada con alzas de costes desbocadas y precios de compra por parte de la industria por debajo de los mínimos admisibles. Denuncian las principales organizaciones agrarias que se está produciendo un cierre masivo de granjas lácteas en España: en seis años han cerrado 6.000 ganaderos. En la actualidad quedan poco más de 11.500.

Las organizaciones ASAJA, COAG y UPA han lanzado un proceso nacional de movilizaciones cuyas primeras citas se han concretado en Galicia, Castilla y León, Andalucía y Cantabria. El objetivo de las protestas es exigir a las industrias lácteas y a la gran distribución que reconozcan la subida de costes y dejen de “presionar y ahogar” al primer eslabón de la cadena. "Hay que reforzar los controles para que la ley de Cadena Alimentaria se aplique de forma eficaz. Las industrias lácteas siguen teniendo la sartén por el mango e imponen condiciones inasumibles a los ganaderos", denuncian desde las organizaciones. "Por ese motivo vamos a volver a alzar la voz, para exigir a todos: Administraciones, industrias y cadenas de la distribución que entiendan y se hagan cargo de la situación que atraviesa el sector".

Los organizaciones de ganaderos se movilizarán delante de las industrias que a su juicio están impidiendo que los precios de la leche suban en el campo, como en Francia, Alemania o Italia. Las organizaciones agrarias también estudian lanzar un boicot contra las marcas de referencia que en su opinión están bloqueando la subida de precios al ganadero y el cumplimiento de la cadena de valor. ASAJA, COAG y UPA apuntan directamente a "las dos grandes industrias lácteas que controlan y manejan el sector lácteo español": Lactalis y Capsa.

El sector ganadero ha pedido al Ministerio de Agricultura que "no se deje ningunear" por las industrias lácteas, en especial por las francesas, "que solo vienen a España a esquilmar un ya muy diezmado sector lácteo". "La ley se debe aplicar. Se están quedando con nuestro sudor y con las subidas de precio insuficientes de la distribución. No tienen escrúpulos", recalcan. El ministerio ha mantenido tras el verano una posición tibia ante el conflicto latente que se respira en el sector lechero y en la distribución.

La subida de los cereales, de la electricidad (necesaria para el ordeño y la refrigeración de la leche), de los combustibles y el bajo precio que las industrias pagan a los productores han conformado una tormenta perfecta, por lo que los ganaderos están dispuestos a afrontar en las próximas semanas un endurecimiento de las protestas.