Según el informe de ESADE de julio de 2021, el impacto de la covid-19 en las cadenas de suministro y las formas de consumir abre la posibilidad de revisar el modelo de producción y de consumo preponderante en el mundo desde los inicios de la segunda revolución industrial, un modelo sumamente extractivo de los recursos naturales y perjudicial para los ecosistemas y para la biodiversidad. Cabe esperar que los procesos de recuperación pospandemia sean más sensibles hacia las cuestiones medioambientales reduciendo así la huella de carbono. 

Sin embargo, las empresas analizadas en este estudio –106 empresas del total de 134 de compañías cotizadas con sede en España– comunican de manera muy diversa el impacto de sus actividades en el medio ambiente. Se ha observado una gran variedad en la metodología aplicada por las empresas para el cálculo de los indicadores en materia de consumo energético e hídrico, así como para el análisis de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Una dificultad añadida en el caso del consumo energético es que la información sigue siendo limitada: en el 2019, el 64% de las empresas aportan datos sobre consumo y poco más del 45% sobre intensidad energética. Así, se estima que, en 2019, el consumo energético de las empresas que publican información al respecto es de 404 millones de megavatios. En cuanto al agua, el 63% de las empresas comunican su consumo, cifra que prácticamente no ha variado desde la primera edición de este Informe. Solo 11 de las 97 empresas de la muestra aportan datos sobre el consumo de agua reciclada o reutilizada. De media, estas empresas utilizan un 10,8% de agua reciclada en sus actividades productivas.

Además, aumenta un 5% el número de empresas que comunican la adopción de medidas para gestionar los residuos que generan, hasta alcanzar el 89%, cinco puntos más que en la edición anterior del Informe. Algo más de la mitad de compañías (el 52%) dan cuenta de las medidas para el tratamiento de residuos peligrosos en sus memorias. Aunque el nivel de reporte sobre la gestión de residuos generados es elevado y ha crecido progresivamente en los últimos años, la cantidad de información sobre gestión de residuos peligrosos ha retrocedido desde la primera edición del Informe. En ambos casos, las empresas siguen informando de manera superficial tanto del procedimiento aplicado como de sus resultados. 

Para cumplir con las demandas de los grupos de interés y cumplir la ley a nivel nacional será clave que las empresas reporten sus procesos de gestión de residuos de manera estándar y en línea con la información requerida por las autoridades competentes.