El precio de la luz sigue pulverizando récord tras récord, y no es una frase hecha. Si hoy se está pagando el megawatio hora a algo más de 124 euros (124,45), mañana su precio habrá superado los 130 (130,53), es decir, cuatro veces más que hace un año (36,20 euros). Una subida imparable que ya coloca la inflación de agosto en un 3,3 por ciento, su máximo en casi una década. Que el precio de la luz esté desbocado supone un mazazo para familias y empresas, pero también para la incipiente recuperación económica una vez que ha pasado lo peor de la pandemia. Esta tarde ha comparecido en el Congreso la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que ha afeado a las eléctricas su falta de empatía con la sociedad, pero ha rechazado imponer precios máximos.