La vehiculización de las dotaciones a la Reserva para Inversiones de Canarias (RIC) a través de la sociedad de capital riesgo RIC Private Equity ha propiciado la acumulación de proyectos por valor de 85 millones de euros que tendrán como destino principal la rehabilitación de la planta alojativa del Archipiélago. La primera piedra se ha puesto en la conversión del aparthotel Servatur Puerto Azul de la localidad grancanaria de Puerto Rico (Mogán) en un hotel de cuatro estrellas mediante la inversión de 34 millones de euros.

La rehabilitación del Hotel Merlín, también de cuatro estrellas, en Costa Adeje (Tenerife), es otra de las iniciativas para la que más avanzadas están las conversaciones. «En ambos [Puerto Azul y este] tenemos sendos acuerdos de intenciones que nos permiten ofrecer en este momento 41 millones de inversión RIC, unos 22 millones en este 2021 y los restantes 19 millones de euros en 2022», detalla el director general de RIC Private Equity, Enrique Guerra.

En cartera, todavía «en una fase muy preliminar de estudio», continúa Guerra, para el año próximo y 2023 hay una batería de ideas sobre la mesa. En Lanzarote pretenden invertir en la transformación de dos hoteles de cuatro estrellas y en la construcción de unas villas turísticas. El volumen total de inversión que se calcula para este conjunto de proyectos ronda una cantidad cercana a los 34 millones de euros. En Fuerteventura se trabaja en la idea de entrar con 10 millones en la construcción de un hotel.

Guerra sabe que el éxito de esta sociedad de capital riesgo netamente canaria depende totalmente de la confianza que se genere entre los propios socios de RIC Private Equity y entre los canarios que tengan dotaciones de RIC pendientes de materializar. «Queremos ofrecerles que inviertan con nosotros, así como lo hacen nuestros socios de referencia, ya que queremos ser un referente y una alternativa segura que permita consolidar el ahorro fiscal en sectores tractores para la economía de las Islas», explica el director general.

El vehículo inversor está inscrito en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) desde octubre de 2019. Además, opera de manera que la espalda siempre quede cubierta para que no haya sorpresas a posteriori. La disparidad en la interpretación de la RIC entre las empresas canarias –sus asesores– y los inspectores de la Agencia Tributaria (AEAT) ha derivado en casos en la judicialización de las operaciones e, incluso, en la obligación de devolver el beneficio fiscal más los intereses.

Cerificado de idoneidad

RIC Private Equity plantea a priori las actuaciones al Gobierno de Canarias, que si no tiene nada que objetar emite un certificado de idoneidad para el proyecto. Pero además, también la desmenuza ante la AEAT, lo que despeja el camino de posteriores y, a veces, onerosas discusiones.

Se trata de «la mayor socialización que puede existir conceptualmente del dinero procedente de la RIC», asegura Guerra sobre este «vehículo de materialización indirecta» al que se puede sumar «cualquier empresa, empresario y profesional» que tenga pendientes de materializar dotaciones.

En cuanto a la rentabilidad, si un inversor aporta 100.000 euros en diciembre de 2021, último momento para materializar la dotación correspondiente al ejercicio de 2016, se evita ingresar la cuota que eludió acogiéndose a la RIC más un interés de demora acumulado del 18,75%. El 30 de junio de 2022 (si el inversor es una persona física) o el 25 julio de 2022 (si es una mercantil), por la cantidad invertida en diciembre de 2021, el inversor ya no tiene que pagar 47.500 euros (si es persona física), o 29.688 euros (si es empresa).

Además, terminado el tiempo previsto para la inversión, en diciembre de 2026 RIC Private Equity le recompra sus acciones y le paga los mismos 100.000 euros que invirtió. Es decir, en toda la operación una persona física habría obtenido un 11,71% de rentabilidad y un 6,74% una sociedad mercantil. «Esta es la mínima rentabilidad a la que aspira el inversor de RIC Private Equity», detalla su director general.

La pandemia ralentizó el despegue de este proyecto, si bien también dio mayor margen para terminar de perfilar las aristas. Además, el parón ofreció más tiempo para el debate y el estudio en profundidad de las líneas a seguir, tanto con los socios como con los potenciales inversores.

Si bien la iniciativa arranca en el terreno turístico, RIC Private Equity ya anuncia que no se ceñirá en exclusiva a esta actividad económica. «En el sector de renovables, estamos decididos a apoyar el proyecto piloto que está realizando Canaluz Infinita para la reconversión energética de El Goro, Telde, que constituirá la primera comunidad energética de un polígono industrial en Canarias y cuyas obras se iniciarán en 2022 y durarán al menos dos años», avanza Enrique Guerra.