El mercado nórdico, cuarto antes de la pandemia en volumen de turistas aportados a las Islas tras el británico, el alemán y el peninsular, y esencial para islas como Gran Canaria, mantiene la vista puesta en el Archipiélago de cara a la próxima temporada alta. El turoperador Ving, la antigua división escandinava de Thomas Cook, mantiene cuatro conexiones semanales este verano y aún no ha dado a conocer la operativa de cara a la temporada alta. Sí lo ha hecho la aerolínea SAS, que ofertará 17 vuelos para venir a Canarias entre el 30 de octubre y el 26 de marzo.

Las Islas pelean por mandar al olvido la quinta ola y tienen las peores cifras de contagiosidad desde que estalló el problema. Sin embargo, turoperadores y compañías aéreas mantienen plena confianza en que las medidas adoptadas por el Gobierno canario y los efectos de la vacunación dejarán pista libre para que los aviones despeguen durante la temporada alta. Incluso, SAS ya prevé sumar once vuelos semanales más en torno a las fechas navideñas; del 18 de diciembre al 10 de enero.

En el primer semestre, el indicador de vitalidad del mercado que integran Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia se ha mantenido prácticamente plano. Solo se pudo recuperar un 4% de la clientela espantada por el coronavirus y las sucesivas restricciones. No obstante, hay buenas perspectivas. Solo en el mes de junio se logró cubrir el 27,6% de esa dura rampa hacia la recuperación.

Además, en julio las autoridades de esos países comenzaron a otorgar el protagonismo al certificado de vacunación, por lo que dejaron de exigir el cumplimiento de un periodo de cuarentena a quienes tienen la pauta completa. Salvo Noruega, donde la tasa de vacunación estaba ayer en el 36,30%, que obliga a un confinamiento de tres días a quienes llegan desde España.

En todo caso, el panorama actual no es válido para pensar en el despegue en invierno. Los anuncios de turoperadores y aerolíneas se harán realidad si la esperada mejoría de las cifras se concreta. De lo contrario, ellos tendrán un problema porque viven del negocio de trasladar de turistas a las Islas y estas tendrán otro aún mayor si el motor de su economía no gana revoluciones.

«Para Gran Canaria son esenciales, pero a ninguna isla le salen las cuentas sin los nórdicos», afirmó recientemente el director general de Grupo Dunas Hotels & Resorts, Ángel Luis Tadeo Felipe. Y más todavía para la planta «extrahotelera. Tanto en Playa del Inglés como en Mogán, hay complejos que abren en exclusiva para este mercado», añadió ayer el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT), José María Mañaricua.

Lo sabe muy bien el vicepresidente de dicha organización empresarial y presidente de la Asociación de Empresarios de Alojamientos Turísticos de Las Palmas (AEAT), Tom Smulders. «Se trata de clientes que repiten y alargan sus estancias, no se quedan solo una semana», comentó sobre el perfil del turista nórdico. A ello añadió su carácter «activo» en contraposición a otros que gustan más de pasar horas descansando en el hotel o la playa.

De ahí esa gran presencia que tienen en apartamentos o bungalós. Son modalidades de alojamiento que les proveen de la libertad de movimientos que muchos de ellos buscan «y que anima los ingresos de los taxistas, los supermercados y las tiendas en general», añadió Mañaricua.

El volumen de negocio que propiciaron los clientes de los cuatro países que integran el mercado ascendió en 2019 a 1.705 millones de euros, siendo los daneses los que más se decantan por la contratación de un paquete turístico (77,2%), seguidos de los suecos (76,6%). Son tasas que superan ampliamente la media de todos los visitantes del destino (56%), según datos del servicio de estudios de la empresa pública Promotur-Turismo de Islas Canarias.

Ving vela armas junto a otros de los preferidos de los viajeros nórdicos como Apollo o TUI Nordic. El primero de ellos cuenta con diez aviones y gestiona algunos de esos complejos de apartamentos y bungalós ocupados prácticamente en su totalidad por un mercado que también presenta una media de edad alta, lo que obliga aún más a «generar confianza», detalló Smulders.

El propio presidente de la AEAT reconoció que los turoperadores están «preocupados por las cifras actuales», pero «su confianza en la capacidad de Canarias para darles la vuelta» permanece intacta. En lugares «como Arguineguín, hay auténticas colonias», en este caso de noruegos, que deciden «hibernar», añadió Tom Smulders. Eso se traduce en la dinamización de un tejido empresarial local que está al borde del colapso.