El grupo Volkswagen presentó el pasado jueves sus resultados del primer semestre y lo hizo mostrando la recuperación de beneficios para Seat. Wayne Griffiths, presidente de Seat y Cupra valora ese esfuerzo para volver a beneficios y destaca el incremento de la demanda y el impacto de la crisis de los semiconductores en el sector.

¿Cómo valora este primer semestre del año?

Hemos vendido 280.000 coches en el primer semestre. Es un 45% mejor que en 2020, aunque también es cierto que el año pasado fue un desastre. El primer trimestre también fue malo. Buscamos siempre la referencia en 2019, sin crisis y siendo la marca que más crecía en Europa. El Cupra Formentor y los híbridos enchufables nos están dando un alto nivel de demanda. Está claro que aún las ventas aún no están en el nivel de 2019, especialmente en España, pero nos acercamos. En los países en los que el covid ha sido más fuerte es donde está costando más esa recuperación.

Pero no todo es culpa de la pandemia, ¿no?

Pensábamos que era lo único que nos podría frenar, pero ha llegado la crisis de los semiconductores. Nos hace sufrir. En la primera parte del año encontramos una manera de gestionar la situación modificando flujos de producción de algunos modelos. Si no podíamos fabricar ‘leones’ y ‘formentores’, producíamos ‘ibizas’ y ‘aronas’. Nos adaptamos al momento y pudimos seguir produciendo y llenando la fábrica. En las últimas semanas se ha complicado mucho más. Julio ha sido un mes difícil, muy complicado. Pero si somos capaces de fabricar el coche, lo hacemos. Esto demanda mucha flexibilidad de los empleados pero tenemos la suerte de tener una muy buena relación con la representación sindical, nos ayuda mucho. Aún seguimos con nuestro plan de fabricar en agosto, aunque hay muchos desafíos. Esto nos ayudará a compensar algo del primer semestre. Quiero agradecer la buena disponibilidad y flexibilidad de UGT y CCOO. durante todos estos meses.

¿Han cambiado mucho las cosas con la crisis de los chips?

Parece que hay un antes y un después de la pandemia con este tema. Y con muchos otros. Y es así. Ha habido muchos cambios y tenemos que acostumbrarnos. Los precios de las materias primas, la falta de chips. La maquinaria de la globalización se ha parado bruscamente, y hasta que no se vuelve a poner en marcha es un proceso muy lento. Cuando no se cierra el canal de Suez es una tormenta en Texas o que el covid se dispara en Malasia. Cada vez hay algo y este cambio es constante. La recuperación tarda más de lo esperado.

¿Cerrará un buen año?

Confiamos en la demanda, pero el gran reto que tenemos es fabricar los coches y tratar de ganar dinero. Tendremos que ajustar algunos costes. Pero vamos a seguir invirtiendo en electrificación que es nuestro gran objetivo. Electrificar Seat y España. Y seguir invirtiendo en el lanzamiento de Cupra sin dejar de invertir en los nuevos productos que estamos desarrollando. El que mejor se adapte a esos cambios constantes en la industria será el que pueda seguir adelante. No es fácil con empresas grandes. Es como un gran barco que requiere mucho esfuerzo cambiarlo de dirección.

¿No sería más fácil parar para ahorrar?

Tal vez, pero no queremos perder las oportunidades. Si puedes fabricar, hazlo. Yo prefiero siempre planificar para ganar y no para perder. Puede que no salga como piensas, pero nuestra obligación es intentarlo. Seguiremos luchando, las marcas funcionan, hay demanda. Salimos a ganar. No solo aquí sino en el país. España debe tener más confianza en sí misma y Seat, también. Somos capaces de competir y de ganar. Hay que creerlo. No vale salir a no perder o a empatar. El que hoy es conservador y sale a proteger, a seguir sobreviviendo, va a perder y va a desaparecer. España puede ser como cualquier país de Europa, pero aún debe creérselo.

¿Cuál es su objetivo?

Hay que pensar en el trabajo que podemos hacer y no en lo mal que te puede haber ido. No he venido aquí solo a vender 600.000 coches y ganar dinero con esto. Nuestro proyecto es muy grande, la electrificación, y es para el futuro. Eso es lo que cada día me motiva. Tenemos el proyecto Future Fast Forward para la electrificación en la compañía y vamos a seguir con el desarrollo de Cupra. Por eso estoy yo aquí. Con este proyecto estamos haciendo avances muy rápidos y muy positivos. Participamos en el Perte [Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica], lo apoyamos, y queremos estar preparados para tener el coche eléctrico en la planta de Martorell, en Barcelona, en 2025, un coche pequeño y urbano que va a democratizar la movilidad eléctrica, no solo para nuestras marcas, sino para todo el grupo.

¿La clave es electrificar Martorell?

Claro. Es el reto. Podríamos retrasarlo y ver cuando llegue el momento, pero hay que hacerlo ahora. Con la tecnología actual aún es caro fabricar coches, las baterías lo son y las fábricas de baterías aún no están preparadas, no existen. Somos pequeños en el grupo, pero tenemos que enfocarnos en esto. Hay que cambiar Martorell y pasar de ser una fábrica de coches de combustión a coches eléctricos. Mi labor es intentar que sea Martorell la referencia para los coches eléctricos. Y está funcionando porque ven que es una gran oportunidad para el grupo. Es un reto enorme, con toda la cadena de valor que engloba. Debemos enfocarnos en eso.

¿No hay Plan ‘B’?

No. Para que el grupo cumpla con el reto de vender el 60-70% de eléctricos en 2030, necesita un coche que democratice esta tecnología, urbano, en un segmento grande, eléctrico y a un precio accesible. El grupo Volkswagen y Europa necesitan este coche. Y España puede hacerlo porque tiene todas las condiciones para liderar la fabricación de vehículos eléctricos urbanos. Nosotros tenemos experiencia y una de las plantas más modernas. Otro argumento importante para ello es que hay que tener fuentes de energías limpias, renovables, y eso España lo tiene. No solo para fabricar los coches sino también para fabricar las baterías, y crear infraestructuras de recarga. No hay otro país en Europa con unas condiciones tan favorables.