El comportamiento del mercado laboral canario durante el segundo trimestre del año dejó algunos claros, y sombras de gran tamaño que describen las grandes dificultados que atraviesa el Archipiélago para recuperar cierta normalidad. Comenzando por el atisbo de luz, al acabar junio había en las Islas 271.800 parados, 900 menos que tres meses antes (-0,32%), pero, y aquí se cierne la oscuridad, 45.900 más que doce meses antes. En el último año, el incremento relativo de desempleados ha sido del 20,32%, porcentaje que cuadruplica el nacional, del 5,22%.

Dibujado el contexto, no sorprende comprobar que la tasa de paro canaria (24,71%) sea la más alta del Estado (15,26%). En el cuarto trimestre de 2019, el último no afectado por el coronavirus, separaban a ambos valores exactamente cinco puntos –13,78% en España y 18,78% en las Islas– y desde entonces la brecha prácticamente se ha multiplicado por dos hasta llegar a los 9,5 puntos.

La realidad sobre el diferente reflejo que el impacto de la pandemia tiene sobre el crecimiento del paro en el país y en Canarias es aún peor. En las Islas permanecen afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) 70.951 trabajadores –dato de junio–, a los que en virtud de esta condición se les considera ocupados como si estuvieran desarrollando su labor igual que antes del estallido de la pandemia.

El Archipiélago es la comunidad autónoma con el mayor volumen de personas que se mantienen bajo el paraguas de esta protección social, circunstancia que promueve la imposibilidad de ganar velocidad en la industria turística.

¿Por qué entonces descendió mínimante el número de parados entre abril y junio? A la vista de los datos y en lo que respecta al sector servicios, porque el empleo público continuó creciendo –15.400 ocupados más en el trimestre y 45.900 en los últimos doce meses– y porque la hostelería recuperó efectivos de cara a atender la demanda en Semana Santa, la de los extranjeros que se atrevieron a venir cuando la situación epidemiológica estaba mejor que ahora y por los preparativos de cara al desembarco de los propios isleños que pasarán las vacaciones en establecimientos alojativos de la comunidad autónoma.

En esta rama, también animada en el último tramo del trimestre por la incipiente llegada de las rebajas en el comercio, se registraron 4.500 ocupados más que al terminar el primer trimestre. Un avance que se gana el calificativo de tímido al colocarlo junto al 15% de caída y 54.000 ocupados menos anotados el último año.

Todos los sectores contribuyeron a mejorar los niveles de ocupación en el segundo trimestre. Mil más, en la industria (-200 en el conjunto del año); 300 más, en agricultura (-1.100 en los últimos doce meses), pero sobre todo, el impulso lo dio la construcción, que aportó 10.500 empleos, lo que supuso un avance del 25%.

Es el nicho de actividad que mejor salud ha demostrado desde que estalló la crisis, con un balance anual de 6.100 puestos de trabajo creados. La construcción es, además, unos de los motores llamados a tirar del carro si, como demandan las patronales canarias, se generan políticas anticíclicas con fondos públicos.

«Es indispensable reducir al máximo cualquier atisbo de inseguridad que pueda estar aplazando o descartando decisiones empresariales» expuso ayer CEOE-Tenerife, sobre la necesidad de recuperar la inversión. En el comunicado que hicieron público, los empresarios de la provincia de Santa Cruz de Tenerife expusieron la necesidad «de intensificar el proceso de vacunación» y garantizar el respeto al Régimen Económico y Fiscal (REF) canario.

Por su parte, Héctor Fajardo, secretario de Organización, Comunicación y Coordinación Institucional de UGT-Canarias señaló la necesidad de actuar de manera inmediata para recuperar el empleo en el Archipiélago. «Está claro que nuestra situación es totalmente diferente», señaló, y comparó el 13% en que Baleares, otra comunidad que depende en gran medida del turismo, ha logrado mejorar sus cifras de desempleados desde junio del año pasado, con el 0,32% de Canarias.

Si la recuperación de 28.200 puestos de trabajo en las Islas no tuvo una traducción más intensa en la disminución del número de parados, fue porque se registró un aumento de 27.400 activos, personas que trabajan o manifiestan su intención de poder hacerlo. Un fenómeno que CEOE-Tenerife explicó «en parte» por «la mejora en las expectativas de conseguir un empleo, dadas las menores restricciones de movilidad y el avance en el proceso de vacunación».

También la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) abogó por «políticas diferenciadas» que atiendan las «singularidades» de las Islas. La patronal de Las Palmas incidió en que el sector privado de las Islas ha perdido 10.100 autónomos y 15.500 asalariados en el último año.

El incremento del paro en las Islas cuadruplica al estatal en el último año

El incremento del paro en las Islas cuadruplica al estatal en el último año Julio Gutiérrez