El encarecimiento de las materias primas básicas para el sector de la construcción amenaza con frenar la actividad en Canarias. La escalada de precios que desde hace meses experimentan el acero, el cobre o las mezclas bituminosas que se utilizan para el asfaltado de las carreteras, está llevando a las empresas del Archipiélago a una situación límite, que les hace temer que se tengan que paralizar obras por el desabastecimiento de algunos materiales.

El incremento de los costes, que en algunos casos se han duplicado en tan solo un año, y la imposibilidad de que el constructor pueda renegociar el contrato de obras que ya se han iniciado, puede llegar a hacer inviable continuar con los trabajos «por el alto desequilibrio económico que implica, que puede provocar que a una empresa le resulte más fácil dejarla que seguir acometiéndola», explica Salud Gil, presidenta de la Asociación de Empresarios Constructores y Promotores de la provincia de Las Palmas (AECP).

«Hace décadas que no se conocía una subida tan fuerte y rápida», apunta Óscar Izquierdo, presidente de la Federación Provincial de Entidades de la Construcción de Santa Cruz de Tenerife (Fepeco), algo que no solo pone en peligro «la finalización de muchas obras que ya se están ejecutando», sino que también genera mucha «incertidumbre para poder formalizar inversiones que estaban previstas para los próximos meses».

Pero, ¿cuál es el motivo de esta escalada de precios? La paralización de la producción experimentada el año pasado en los meses más duros de la pandemia ha hecho que la disponibilidad de materiales no sea suficiente para atender una demanda que se va recuperando de forma paulatina. El acaparamiento de materias primas que están llevando a cabo países como China reduce todavía más la oferta en el mercado, lo que está provocando un importante alza en el precio.

La paralización de la producción experimentada el año pasado en los meses más duros de la pandemia ha hecho que la disponibilidad de materiales no sea suficiente para atender una demanda que se va recuperando de forma paulatina

De esta manera, según los datos aportados por la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan), el precio de algunos materiales está incrementándose de manera vertiginosa desde el año pasado. La subida del acero supera ya el 78%, el precio del cobre ha aumentado un 102%, mientras que por el aluminio se debe pagar ya un 56% más que en 2020. También son importantes las subidas de las mezclas bituminosas, un 85%, así como del petróleo, que en solo doce meses se ha disparado un 106%.

Las patronales de la construcción han alertado de que «el incremento desproporcionado» de las materias primas afecta tanto a las construcciones de ámbito privado, como a las obras que se están ejecutando mediante contratación públicas. ¿Cuál es el problema en este último caso? Que mientras en las obras privadas puede existir un mayor grado de flexibilización una vez se han iniciado los trabajos, la reforma de la Ley de Contratos del Sector Públicos de 2007 dificulta la existencia de mecanismos de revisión de precios en los pliegos de contratación. Por lo que, las empresas han formalizado contratos por una cantidad que tras el alza de los precios queda totalmente desfasada, ya que los costes vinculados al material son ahora mucho más elevados y no tienen más remedio que asumir el sobrecoste, lo que puede poner en peligro la viabiliadad de la empresa.

Pérdidas empresariales

Izquierdo señala que las compañías de la provincia tinerfeña han llegado a acumular pérdidas de hasta 60.000 euros en algunas construcciones por el alza del precio de los materiales «lo que puede significar tener que paralizar la actividad de la empresa».

Por eso, las patronales del sector en Canarias se han unido a la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) que ha remitido a Bruselas una reclamación para que se implementen mecanismos de revisión de precios específicos para los contratos de obras que están en ejecución.

En este sentido, solicitan que se habilite una norma legal que permita resolver esta situación mientras persista la «espiral inflacionista de precios de los materiales», así como que las administraciones concedan prórrogas a los contratos cuya ejecución se vea afectada por dificultades en el suministro de materiales esenciales, eso si, sin aplicar la cláusula de penalización por el retraso de los trabajos, al tratarse de una situación ajena a los constructores. Además, la patronal de la construcción nacional también reclama a la Comisión Europea que los nuevos contratos incorporen mecanismos de revisión de precios, para así sortear nuevos problemas en el futuro.

«Europa tiene que tomar cartas en el asunto», asume Gil, para quien la actual situación puede llegar a poner en riesgo la recuperación económica en el continente. Si no se pone remedio, el Archipiélago puede enfrentarse a una cascada de abandono de obras por fuerza mayor, al no poder hacer frente las empresas a los costes necesarios para poder terminarlas. «Es cierto que las empresas se presentan a riesgo y ventura a las licitaciones públicas, pero tiene un límite», concreta.

El encarecimiento de las materias primas es un problema que se recrudece para las empresas de la construcción en Canarias debido a la subida del precio de los fletes, –el coste del transporte de la mercancía por vía marítima–, provocada por la escasez de contenedores debido a la pandemia.

El sector de la construcción en Canarias importa el 90% de sus materiales de países del continente asiático y la vía marítima se convierte en la única alternativa para traerlos hasta las Islas. La insuficiencia de contenedores para abastecer la demanda del comercio mundial después de que la pandemia desequilibrara la logística marítima internacional ha provocado que el precio de los fletes se haya incrementado por encima del 70%. Un aumento que se deja notar en la cuenta de resultados de las empresas canarias, al tener que hacer frente a importantes sobrecostes.

Efectos en la industria

Si bien el aumento del precio de los materiales básicos para la construcción es notable, tampoco lo es menos el que están sufriendo estas y otras materias primas vinculadas a la alimentación como ciertos tipos de grano. Este encarecimiento tiene también un efecto importante en otras industrias del Archipiélago. El presidente de Asociación Industrial de Canarias (Asinca), Virgilio Correa, evidencia que de una u otra manera, todo el sector industrial de las Islas se enfrenta a una escalada de precios de ciertos materiales o recursos que puede alcanzar el 60%. «No es solo el trigo, el azúcar o la leche, son también los costes de los materiales de envasado o la luz», expone. Aunque las empresas suelen tener entre dos y tres meses de stock para hacer frente a cualquier contratiempo, «supongo que todo el mundo está pensando que en algún momento habrá que hacer actualizaciones de precios» en los productos finales, ya que se trata de sobrecostes «que no puede cubrirse solo con un aumento de las ventas».