Todos los países de la Unión Europea –salvo Irlanda– además de Noruega, Islandia y Liechtenstein están técnicamente listos para la entrada en vigor hoy del certificado digital, una especie de pasaporte sanitario que se ha elaborado para facilitar la libre circulación de los ciudadanos comunitarios durante la pandemia de covid-19. «Tenemos una buena evolución y prácticamente todos los Estados miembros [están listos], menos Irlanda debido a un ciberataque que ha hecho difícil para ellos alcanzar el objetivo y tener todas las soluciones técnicas en vigor», explicó el comisario de justicia, Didier Reynders, en vísperas de la entrada en vigor del nuevo reglamento.

Es un documento gratuito, disponible tanto en formato papel o digital, que contiene un código QR, y que permite certificar –en la lengua nacional y en inglés– tres tipos de situaciones posibles: que una persona ha sido vacunada contra el covid-19; que dispone de una prueba con resultado negativo; o que se ha recuperado de la enfermedad. El documento no será obligatorio para poder desplazarse dentro de los países miembros de la Unión Europea pero el objetivo es facilitar la libre circulación de los ciudadanos comunitarios dentro de la UE.

El certificado incluye el nombre, la fecha de nacimiento, fecha de expedición, información sobre la vacuna, prueba o recuperación de la enfermedad así como un identificador único. La información permanece en el Estado miembro de origen y no se almacena ni conserva cuando las autoridades de otro Estado miembro verifican el documento ya que solo se comprueba la validez y la autenticidad a través de la plataforma europea.

Todos los certificados disponen de un código QR único. Cuando las autoridades del país que se visita comprueban el documento verifican el código y la firma del viajero para certificar que cumple uno de los tres supuestos que permiten su entrada sin requisitos adicionales. Las personas vacunadas antes de la creación del certificado también tendrán derecho a obtenerlo, así como los niños.

Por el momento las vacunas consideradas válidas para el certificado son las autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA en sus siglas en inglés) y que son cuatro: Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Janssen. Los Estados miembros, no obstante, puede decidir si aceptan los certificados de vacunación autorizados por otros Estados miembros o las vacunas incluidas en la lista de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para uso de emergencia como es el caso del antídoto Sinovac. La vacuna rusa Sputnik V, que se administra en Hungría, no dispone de autorización ni de la EMA ni está en la lista de la OMS pero los Estados miembros son libres de decidir si la aceptan o no. La cancillera alemana, Angela Merkel, por ejemplo, se quejó en la última cumbre de líderes europeos de que Grecia permita a los viajeros entrar en el país con este antídoto no reconocido todavía por la Unión Europea.

El reglamento prevé los llamados test RT-PCR así como los resultados de una lista de test de antígenos validados por la UE siempre que sean realizados por profesionales sanitarios. Es decir, los autotest no son admitidos.

La recomendación aboga porque los Estados miembros no apliquen medidas restrictivas adicionales a los portadores del certificado –como pruebas PCR, de antígenos o cuarentenas– «a menos que sean necesarias y proporcionadas para salvaguardas la salud publica». Si un país decide finalmente aplicar de manera unilateral restricciones de este tipo, debido a la evolución de la pandemia o el aumento de casos de variantes preocupantes como la delta –en función de datos epidemiológicos del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC)–, puede hacerlo gracias al freno de emergencia, una medida que está incluida en el reglamento comunitario, pero eso sí, deberá notificar la decisión adoptada 48 horas antes a la Comisión Europea y al resto de Estados miembros.

Hay países que antes de la entrada en vigor del reglamento han decidido aplicar nuevas restricciones ante el avance de la variante delta del virus. Es el caso de Alemania, que ha prohibido la llegada de viajeros procedentes de Portugal. Desde el pasado 29 de junio, todos los ciudadanos y residentes alemanes que regresen al país están sujetos a una cuarentena de 15 días independientemente de si están vacunados o disponen de una prueba con resultado negativo. «Sabemos que hay debate por la preocupación de algunas variantes como la delta. Si algún Estado miembro tiene intención de volver a aplicar restricciones es necesario que informe a la Comisión y al resto de Estados miembros antes de organizar un proceso con nuevas restricciones», recordó ayer el comisario Reynders en vísperas de la entrada en vigor del certificado.

El objetivo es facilitar los desplazamientos entre los países europeos pero la Comisión Europea recomienda a los Estados miembros que lo utilicen también a nivel interno para otros usos como el acceso a establecimientos o eventos culturales para evitar la confusión y la fragmentación respecto a otro tipo de certificados que puedan existir. «Si es posible usarlo a partir de mañana ca

La validez del reglamento será de un año a partir de hoy. La norma no prevé una validez máxima para los certificados de vacunación ya que dependerá de nuevas pruebas científicas sobre la duración de la protección de las diferentes vacunas. Igualmente, el periodo de validez de las pruebas de PCR será de un total de 72 horas y de 48 horas para las pruebas de antígenos. En el caso del certificación de recuperación la validez será de un periodo total de 180 días.

En Canarias Sanidad ha establecido que se acceda a él a través de la página web www.miCertificadocovid.com, desde donde también se puede bajar la aplicación para smartphone (y en las plataformas de descarga iOS y Android). DNI y número de teléfono, que ha de ser el que tiene el SCS, bastan para obtener la información. Puede imprimirse o bien, guardar el QR en el móvil. En el caso de quienes han pasado la enfermedad, solo accederán a través del servicio digital de miHistoria. 300.000 canarios ya lo tienen.