La negociación para regular los alquileres empieza a desencallarse. Tras meses de bloqueo, PSOE y Unidas Podemos parecen haber encontrado un punto de entendimiento y tantean un acuerdo para congelar los precios de los inmuebles en las zonas con mercados tensionados. Socialistas y morados defienden que el pacto aún no está cerrado, pero empiezan a ver en los gestos del otro un posible camino para lanzar la Ley de Vivienda.

A primera hora de este miércoles, en la sesión de control al Gobierno, se empezaban a ver los primeros síntomas del deshielo en las negociaciones. El Ministro de Transportes, José Luís Ábalos, defendía que la norma en la que está trabajando su equipo buscará "controlar las subidas abusivas en los precios del alquiler" mediante la congelación de los precios. Horas después, fuentes moradas reivindicaban este paso: "El PSOE ha cedido a la propuesta de Unidas Podemos". No obstante, recalcaban que la propuesta no era suficiente.

El planteamiento del Ministerio de Transporte es poner tope a los alquileres en aquellas zonas que se declaren tensionadas por un periodo de tres años. Esta medida se aplicaría también a nuevos contratos. Es decir, durante este periodo de tres años, los propietarios no podrían alquilar los inmuebles por una cuantía superior a la del anterior contrato. Además, Transportes mantiene su propuesta de ofrecer incentivos fiscales a los dueños de pisos que rebajen los precios. No obstante, la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, encargada de la negociación por parte de Unidas Podemos, sigue exigiendo iniciativas más contundentes.

El punto intermedio

La congelación de los alquileres, según fuentes socialistas, lleva sobre la mesa desde hace más de un mes. Sin embargo, explican que desde entonces no han recibido respuesta por parte de los morados, aunque confían en llegar a un pacto en torno a esta nueva propuesta. En Unidas Podemos se excusan en que "la regulación que propone el departamento de Ábalos no permitiría bajadas de los precios del alquiler, tal y como recoge el acuerdo presupuestario entre ambas formaciones, ni daría cobertura a la ley catalana de vivienda".

En este sentido, el sector socialista es consciente de que no cumplen las exigencias de sus socios, pero defienden que están buscando "alternativas" que permitan llegar a un acuerdo. La posición de los morados, por el momento, es seguir negociando, aunque fuentes del partido dejan entrever que "los más de cuatro meses de retraso son ya injustificables ante la emergencia habitacional que vive nuestro país". Ambas posiciones hacen prever un posible entendimiento en las próximas semanas.