Turín es un lugar de contrastes. Una ciudad que evoca su pasado histórico y deja sitio para nuevos barrios y edificios que aportan un carácter moderno y fresco. La historia y la vanguardia se fusionan para dotar a sus museos y a sus calles de arte y cultura. Sus montañas y colinas, repletas de vegetación, junto con el río Po, hacen de esta zona un cóctel que mezcla lo urbano con la naturaleza, creando grandes espacios verdes en los que conectar con el entorno.

Las montañas, protagonistas del paisaje

El arquitecto Le Corbusier definió Turín como “la ciudad con la posición natural más bonita”. Desde sus calles es posible apreciar las imponentes montañas que forman su orografía. Unos picos, a menudo cubiertos por nieve, que permiten sentir el contacto con la naturaleza desde cualquier parte de la urbe.

La inmersión en lo rural no solo permite llevar a cabo rutas de senderismo y ascensos en escalada o deportes de nieve. La combinación con lo urbano y los vestigios de la historia hacen que estas zonas naturales se impregnen de cultura. Un ejemplo es el Fuerte de Fenestrelle, un conjunto de complejos fortificados unidos por un túnel que alberga la escalera cubierta más larga de Europa, a través de 650 metros de desnivel.

La historia y el arte, protagonistas de la ciudad

El pasado de Turín como capital de Italia ha dejado huellas históricas que se reflejan en la arquitectura y el urbanismo de la ciudad. Palacios, plazas y calles con pórticos diseñados por arquitectos como Guarini y Juvarra, y que son considerados Patrimonio de la Humanidad. La realeza y la religión acaparan algunas de las construcciones más impresionantes, desde el Palazzo Reale, que alberga un museo real en su interior, hasta la Catedral de Turín, donde se conserva la Sábana Santa.

Al recorrer sus calles principales, como la via Garibaldi o la via Po, la ciudad pone a los pies del visitante numerosos monumentos y obras artísticas. Es en estos lugares donde Turín demuestra que es un verdadero centro cultural. El Museo Nacional de Cine es buen ejemplo de ello. Se encuentra en el interior de la Mole Antonelliana y, además de su contenido dedicado al séptimo arte, el edificio que lo alberga es ya un símbolo en sí mismo de la ciudad.

Esta constante evolución, en la que el diseño se combina con el cuidado de la cultura del pasado, ha llevado a la Unesco a reconocerla como Ciudad Creativa.

Fuerte de Fenestrelle, símbolo de Turín. AFPT Archivio Provincia di Torino. Andrea Vettoretti.

La gastronomía, protagonista de las costumbres

Un viaje a Turín es, también, un recorrido por los sabores de su exquisita y variada gastronomía. La pasta fresca es uno de sus grandes atractivos. No pueden faltar los agnolotti, pasta hecha con huevos y rellena de carne, condimentada con salsa de ternera, mantequilla y salvia. Además, los entrantes siempre vienen acompañados de grissini, panecillos alargados. Carnes, embutidos, quesos, verduras y vegetales. Todos estos productos protagonizan su cultura culinaria y se pueden encontrar en el mercado de Porta Palazzo, que es el más grande de Europa.

Los postres merecen mención aparte. Turín es una de las ciudades más golosas de Italia y se considera la cuna del chocolate. Son famosos sus dulces de pastelería creativa como el bonet, con chocolate y amaretti, o las pequeñas bignole.

Pero lo más importante para mezclarte con los turineses es participar de su tradicional cultura del vermut. Hacia el final de la tarde, esta bebida, originaria de la ciudad, elaborada a base de hierbas, especias y azúcar, marca el final del día y da la bienvenida a la vida nocturna de la ciudad.

Vuelos sin escalas y con el mejor servicio

Gracias a la conexión que ofrece la aerolínea canaria Binter, se puede viajar a Turín, a partir de julio, en un vuelo directo, los martes y sábados desde Gran Canaria. No obstante, la compañía facilita el salto interinsular sin coste en los vuelos en conexión, por lo que hay facilidades para viajar desde cualquier isla.

Los pasajeros de esta nueva ruta disfrutarán de las ventajas diferenciales del producto Binter: el confort de sus nuevos aviones Embraer E195-E2 -el reactor de pasillo único más silencioso, limpio y eficiente de su clase, con una configuración que permite más espacio entre filas y la comodidad de no tener asiento de en medio-, a lo que se suma un servicio a bordo de alta gama, con amplias prestaciones para todos los pasajeros que incluye un catering de cortesía durante el trayecto.

Puedes consultar más información turística de Turín en el portal web www.turismotorino.org