La viticultura tradicional en Canarias está en claro retroceso en todas las Islas, según un estudio sobre la viticultura en el Archipiélago, en el que se percibe como un grave error a subsanar el que gran parte de los turistas no consuman ningún vino canario durante su estancia.

En el análisis, publicado por la Consejería de Agricultura con el objetivo de evaluar la estructura productiva del sector, se apunta que en Canarias coexisten dos tipos de viticultura, una más profesionalizada y otra más artesanal o tradicional que está en claro retroceso, ello además de que aunque las áreas vitícolas son muy diferentes en técnicas de cultivo, todas tienen en común la falta de agua de riego.

La situación de escasas precipitaciones de los últimos años, especialmente severa en la cosecha 2019-2020, está afectando a los cultivos de secano de todas las Islas y en muchas áreas las parcelas sólo podrían ser recuperadas para el cultivo replantando, añade.

Afirma también que la estructura de las explotaciones sigue siendo muy poco o nada rentable por su pequeña dimensión, si bien el promedio por explotación ha ido incrementándose en los últimos años porque están desapareciendo, principalmente, las parcelas de menores dimensiones y las menos rentables.

El asesoramiento y la investigación para obtener una buena productividad deben ir encaminados a aumentar los rendimientos medios, pues los precios actuales pueden mantener una viticultura viable si se mantienen buenas producciones medias. Y si bien con la alta edad media de los viticultores será complejo introducir cambios en las técnicas de cultivo de muchas superficies, sí se puede favorecer la terciarización.