Pepe Álvarez (Asturias, 1956), ha sido reelegido esta semana secretario general de UGT hasta 2025. Lo ha hecho con holgado aval y sin oposición, a diferencia de las elecciones de 2016, cuando se impuso a Miguel Ángel Cilleros por tan solo 17 votos. El sindicalista tiene claro que es el momento de apremiar para que se acometan las reformas laboral y de pensiones y se suba el salario mínimo.

¿Habrá acuerdo para prorrogar los ERTE?

El acuerdo es muy sencillo. El Gobierno tiene que repetir la misma fórmula con el mismo contenido hasta el 30 de septiembre.

Parece que la Seguridad Social no piensa lo mismo.

Plantean rebajar las ayudas para los trabajadores que sigan en ERTE y aumentarlas para aquellos que salgan. Si el Gobierno continúa en esa postura tendremos que ir a un acuerdo de última hora y se la juega a que no haya acuerdo. Nosotros no apoyaremos esa idea.

¿Hay una postura común entre sindicatos y patronal?

Sí. No tiene ningún sentido y el Gobierno tiene que ser consciente de que, si la campaña de vacunación funciona, los ERTE serán en breve parte de la historia noble de este país.

Entonces tendrán que negociar los ERTE poscovid. ¿Cómo deben ser?

El modelo que a mí me gusta es el alemán, donde hay un fondo estatal al que las empresas pueden acceder cuando hay caídas temporales de la producción o necesitan reconvertirse. Pero en Alemania hay muchas grandes empresas y aquí tenemos pymes, así que deberemos pensarlo según el tamaño y para clústers de empresas.

El Gobierno plantea costear ese mecanismo con los excedentes de las cotizaciones de paro. ¿Serán suficientes?

Ir avanzando para dar titulares cuando no nos hemos sentado aún para negociar no es bueno. Ese fondo se puede nutrir por muchas vías, el problema no será ese. Los despidos al erario público le cuestan más dinero.

Una negociación que sí está activa es la de la reforma laboral. Cuando Yolanda Díaz y Pedro Sánchez hablan de la reforma laboral lo hacen con palabras distintas, ¿dicen lo mismo?

Yo no encuentro grandes diferencias, aunque decir que dicen lo mismo tampoco sería razonable. El presidente [Pedro Sánchez] sitúa que la reforma laboral hay que derogarla con acuerdo entre las partes. Y si alguien condiciona que la CEOE esté de acuerdo, está impidiendo el acuerdo. Eso Yolanda Díaz lo tiene más claro.

Ahora han empezado a negociar para simplificar a tres los tipos de contratos: indefinido, temporal y de formación.

Ahí tenemos una línea roja para empezar a revertir este desbarajuste, esta incluso esclavitud a la que someten algunas empresas a sus trabajadores, especialmente a mujeres y jóvenes. No firmaremos nada que no baje la temporalidad cinco puntos en seis meses. Si no, no habrá funcionado. Después costará más, porque cada vez tendremos más contratos temporales que de verdad son temporales.

Otra mesa abierta es la de las pensiones. Usted calificó un primer acuerdo de «inminente», pero CCOO y CEOE no lo ven así.

Es inminente, eso lo saben CCOO y CEOE. Y CEOE puede firmarlo o no. Y lo digo porque el contenido de ese primer acuerdo nos afecta mucho más a los trabajadores que a las empresas. Si estuviéramos hablando del destope de las bases [de cotización] o de otras cuestiones sería más complicado.

En este primer bloque va la derogación del factor de sostenibilidad y ahora deberán negociar uno nuevo. ¿Escrivá les ha dicho qué fórmula contempla?

Nosotros no hemos dicho que no queramos hablar de este tema, pero ahora no. Un factor de sostenibilidad puede ser crear un nuevo impuesto sobre las nuevas tecnologías y que vaya directamente a la caja de la Seguridad Social.

La ‘ley rider’ sí está aprobada. ¿Acabará con la conflictividad en el sector?

Nos hubiera gustado que fuera más ambiciosa, que abarcara a todas las plataformas digitales. Ahí hay campo por recorrer, porque las plataformas han abierto una puerta que fomenta la desfiscalización y la competencia desleal entre empresas.

Si antes de acabar la legislatura no amplían esa ley o aprueban una nueva, ¿será un fracaso?

No, de ninguna manera. Para nosotros ya representa una puerta para litigar judicialmente con actividades de plataformas que no son riders. Convenceremos al Gobierno y si no la UE actuará. Todos los países europeos están en situaciones similares. La ley también ha obligado a las empresas a dar explicaciones de sus algoritmos. Eso fue muy difícil, porque las plataformas han actuado como lobby, por no decir otra cosa, e ido comprando voluntades. Estoy orgulloso del trabajo hecho por el sindicato.

El Gobierno tiene pendiente subir el salario mínimo, ¿lo hará?

Sí, no tengo duda alguna, como no tiene sentido que el Gobierno no lo subiera en enero. Ahora que empieza la campaña turística, que empezará una reactivación económica importante, es el momento de llegar a un acuerdo.

¿Hay posibilidades de que esa subida sea retroactiva a enero?

Creo que no. Si nos obsesionamos en eso acabaríamos bajando la cuantía de la subida y no le haríamos un favor a la gente. Si en enero no nos volvimos locos [cuando el Gobierno congeló la subida], fue porque un 0,9% no es razonable. Ahora esperamos tener mejores condiciones para subir el SMI a 1.000 euros [subida del 5,3%].

Con la patronal tienen pendiente hablar de salarios y negociar el nuevo AENC. CEOE dice que ‘ahora no toca’.

Estoy convencido de que las empresas exigirán a la CEOE que se siente a negociar. Si no aumentará la conflictividad laboral, porque los convenios hay que seguir negociándolos.