Pases de acceso digitales y nominativos; controles de temperatura a discreción; estrictos controles de aforo en actos y presentaciones; pasillos más anchos que en anteriores ediciones; recuento de personas en cada uno de los estands; servicios de comida y bebida adaptados a la normativa anticoronavirus; estancias hiperventiladas, sin recirculación del aire y con sistemas especiales de filtración de partículas; y, por supuesto, la obligatoriedad de la mascarilla, del mantenimiento de la distancia interpersonal y del uso del sinfín de dispensadores de gel hidroalcohólico distribuidos por toda la Institución Ferial de Madrid (Ifema). Y, por si fuera poco, habrá protocolos especiales de seguridad sanitaria durante las tres jornadas en que la feria abre sus puertas solo para los profesionales, es decir, entre este miércoles y este viernes –los visitantes podrán ir a Ifema este fin de semana–. Todas estas son, grosso modo, las medidas con que la Feria Internacional de Turismo (Fitur), que arranca este miércoles en la capital de España, se blindará contra la covid-19. La primera gran feria burbuja del país desde el estallido de la pandemia en marzo del año pasado. O el turismo en la burbuja.

La Fitur 2021 –que es la cuadragésima primera edición del encuentro turístico más importante del calendario mundial junto con la World Travel Market londinense– es en realidad un evento «híbrido». Habrá una parte presencial y otra para la que se aprovecharán las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, con reuniones online, visitas virtuales y charlas y presentaciones a través de Internet. La idea es que la cita sirva, al margen de para lo estrictamente relacionado con el sector turístico –con diferencia el más golpeado por la crisis del coronavirus–, también como ejemplo para posteriores ferias, y no solo en España, sino en toda Europa. Todo el Viejo Continente mirará estos días hacia Ifema, ya que la Fitur 2021 es el primer macroencuentro de este tipo en celebrarse en suelo europeo desde que el virus comenzara a hacer estragos en febrero-marzo del año pasado.

España vuelve a situarse así a la vanguardia del continente tras el concierto del grupo indie Love of Lesbian en Barcelona el pasado 27 de marzo. El concierto, celebrado en el Palau Sant Jordi de la Ciudad Condal, sirvió para estudiar hasta qué punto los actos masivos pueden ser seguros frente a la covid-19 si se ponen en práctica las medidas adecuadas. En aquel momento los promotores musicales de medio mundo estuvieron pendientes de lo que sucedía en Barcelona –el concierto-experimento demostró que no necesariamente hay incompatibilidad entre seguridad sanitaria y multitud– como ahora lo estarán los promotores de ferias y encuentros de lo que pase en Madrid.

«Ifema está especialmente preparado para ofrecer unas condiciones de alta seguridad sanitaria», explican desde la organización de la Fitur, donde no hay dudas del éxito de la cita. Los responsables de la seguridad de la feria exponen que el recinto madrileño cuenta con techos a gran altura y con un sistema de ventilación blindado contra el coronavirus. «La gran altura de los techos y los sistemas de ventilación, que renuevan la totalidad del aire tres veces cada hora, son características de enorme efectividad para evitar la propagación de patógenos por aerosoles».

Los próximos tres días, los tres dedicados a los profesionales del turismo, serán «de continuada interacción en reuniones cara a cara, asistencia a auditorios y salas y estancias prolongadas dentro de los estands», reconoce la organización, de ahí que las medidas sanitarias se extremen al máximo y con protocolos adicionales. Ya el fin de semana, cuando se abran las puertas de Ifema al público en general, habrá menos reuniones y disminuirá la interacción entre personas, si bien no se descartan medidas adicionales si en algún momento fuera necesario.

La urgencia por celebrar esta nueva edición de la Feria Internacional de Turismo, que la ministra del ramo, Reyes Maroto, ve como «la mejor campaña de promoción» que puede hacerse, es la urgencia de la economía misma, más aún en Canarias. El presidente del Gobierno regional, Ángel Víctor Torres, resumió la situación en una entrevista con la agencia Efe horas antes de la apertura de la feria: «Canarias no podía ni puede esperar: nosotros dependemos de esto; el 60% de nuestra población activa depende directa o indirectamente del turismo, y todo el año, porque no tenemos un turismo estacional, vivimos del turismo los doce meses».

Torres confía, siempre que no se produzca un nuevo revés en verano, en que el Archipiélago finalmente logre llegar a los cinco millones de turistas en 2021.