De cada cien reservas de vacaciones en España, menos de 14 son para venir a Canarias. Poco más de una de cada diez. Los mercados extranjeros siguen cerrados para las Islas, como es el caso del Reino Unido, o acaban de reabrir sus puertas, como Alemania o los Países Bajos. Las reservas de británicos, germanos o neerlandeses para disfrutar de unos días en el Archipiélago están así muy lejos de los años de normalidad turística. Por eso las instituciones y las empresas de la región confían en que los peninsulares tiren del carro durante el verano para ceder el testigo a los extranjeros a partir de septiembre-octubre, para cuando se espera que el coronavirus esté bajo control en Europa y el flujo de turistas empiece a normalizarse. Sin embargo, los datos de las reservas no invitan a ser optimistas de cara al corto plazo. Este es, grosso modo, el escenario en que Canarias llega a una nueva edición de la Feria Internacional de Turismo (Fitur), que arranca mañana en Madrid con el sector sumido en la mayor crisis de su historia.

Una vez que Alemania ha sacado a la Comunidad Autónoma de su lista de territorios de riesgo de contraer la covid-19, las Islas tienen en Fitur dos grandes objetivos: presionar a los representantes del Reino Unido para que Londres siga los pasos de Berlín y permita volar a Canarias sin tener que guardar cuarentena a la vuelta y asegurarse tantos turistas peninsulares como sea posible.

En cuanto al Reino Unido, el presidente del Ejecutivo regional, Ángel Víctor Torres, se mostró ayer esperanzado con que el Gobierno central concluya con éxito las conversaciones con las autoridades londinenses para sacar al Archipiélago de su lista negra. La propuesta de España es que se tenga en cuenta la situación concreta de cada región o territorio, es decir, que Canarias –que tiene una incidencia de menos de 50 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días– no pague el pato por el descontrol de la pandemia en otras zonas del país. Hay que puntualizar, eso sí, que la incidencia a 14 días sí supera en las Islas la ratio 100.000/50. En cualquier caso, la ministra de Turismo, Reyes Maroto, aseguró que Canarias está «a las puertas» de recuperar el mercado británico, hasta el punto de estar convencida de que ya en verano habrá visitantes del Reino Unido en las playas del Archipiélago.

El Gobierno autonómico confía en cerrar 2021 con alrededor de un tercio de los turistas que vienen a Canarias en un año normal. En el caso de los británicos, y siempre que Londres accediera a reabrirse a las Islas, esto es, a no obligar a sus ciudadanos a someterse a cuarentena a la vuelta del Archipiélago –lo que de facto reduce el turismo al mínimo–, la previsión del Ejecutivo se traduce en unos 835.000 visitantes de julio a diciembre. Ese es, aproximadamente, el número de turistas ingleses, escoceses, galeses y norirlandeses que está en juego con la decisión de las autoridades sanitarias británicas. Si se tiene en cuenta que el visitante del Reino Unido gasta en sus vacaciones en Canarias una media de 1.140 euros, está en el aire un negocio de 950 millones de euros en la segunda mitad del ejercicio.

En relación con los nacionales, en quienes instituciones y empresarios ven la tabla de salvación para el verano –máxime si se considera que Alemania sigue desaconsejando los viajes turísticos a las Islas pese a haberlas sacado de los territorios de riesgo–, las cifras que maneja la plataforma TravelgateX no son precisamente halagüeñas.

El Archipiélago apenas registra un 13,77% de las reservas de vacaciones en España, frente al más del 30% de Andalucía. La gran mayoría de todas las reservas, hasta el 86%, es de nacionales, con lo que los peninsulares están anteponiendo destinos próximos como el andaluz, adonde pueden llegar sin ni siquiera coger el avión, a destinos como los archipiélagos –Baleares se queda con un 13,34% de las reservas–.