Alemania ha sacado a Canarias de su lista negra de zonas de riesgo por el descontrol de la pandemia de coronavirus. Pero desaconseja volar al Archipiélago para hacer turismo. La decisión de las autoridades sanitarias germanas tiene así una doble lectura para la industria turística regional, que tiene en el Reino Unido y Alemania, por este orden, sus dos principales mercados.

Casi sin tiempo para celebrar la salida de la lista de territorios de riesgo a las puertas de la temporada turística estival, el sector recibió ayer un pequeño jarro de agua fría al conocer la letra pequeña de la decisión de las autoridades berlinesas. Es verdad que la Comunidad Autónoma es una de las cinco –junto con Valencia, Galicia, Baleares y Murcia– que han dejado de ser región de riesgo por coronavirus por la caída de la incidencia de la covid-19, con una tasa de menos de 50 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos siete días. Sin embargo, esto no implica que Alemania vea con buenos ojos que sus ciudadanos se vengan de vacaciones a Canarias, ni mucho menos.

Más bien al contrario: el Ministerio de Exteriores germano desaconseja abiertamente todo viaje al Archipiélago que no sea urgente y esencial, incluidos así los vuelos para hacer turismo. ¿De qué le sirve entonces a Canarias haber salido de la lista negra alemana? Pues para que el ciudadano de Berlín, Maguncia o Fráncfort que no haga caso a su Gobierno y se dé el salto a las Islas no tenga que someterse a cuarentena al regresar a su domicilio. En su caso bastará con que acredite no estar infectado de la covid-19 con una prueba médica. Por lo tanto, los alemanes que vuelvan a su país de cualquiera de las 11 autonomías que siguen consideradas en Berlín como territorios de riesgo sí tendrán que confinarse a su regreso. Esta flexibilización de las medidas sanitarias es clave para todo el Archipiélago pero vital para islas como Gran Canaria, donde el turista alemán es el más numeroso –en Tenerife el mercado líder es el británico–.