El Gobierno plantea que los autónomos –129.834 en Canarias, de los que 89.468 son personas físicas– paguen cuotas de entre 90 y 1.220 euros al mes cuando entre en funcionamiento el nuevo sistema de cotización por ingresos. Los trabajadores por cuenta propia que menos ganen pagarán menos y los que más, mayores cuantías, en un esquema de 13 tramos. Y, según los cálculos del Gobierno, de mediana un autónomo pagaría 275 euros al mes. Esta es la oferta que ahora mismo tienen encima de la mesa patronal y sindicatos, según un documento al que ha tenido acceso El Periódico. Este es el planteamiento del ministro José Luis Escrivá, pero no el de los agentes sociales.

Escrivá manifestó en su comparecencia del miércoles que un primer acuerdo en materia de pensiones era «inminente», aunque este no incorporará los detalles que trascendieron ayer sobre la nueva propuesta para los autónomos. El planteamiento ya trasladado hace semanas de posponer hasta el 2023 la entrada en vigor del sistema y que este no estuviera a pleno rendimiento hasta 2032 ya no gustaba a parte de la mesa. Y los tramos y cuantías de entre 90 y 1.220 euros tampoco son del agrado de todas las partes. El acuerdo pinta lejano y la reunión de pensiones prevista para el próximo lunes, cuando podía fraguarse un primer acuerdo, se pospuso ayer sin nueva fecha.

Según el esquema diseñado por los negociadores de Escrivá, la transición entre un modelo y otro sería progresiva. Con unas horquillas para el periodo de transición con poca distancia entre la máxima y la mínima; que se irán agrandando a medida que se implante el sistema. Ahora mismo la cuota mínima, con la tarifa plana, roza los 60 euros. Y progresivamente va subiendo hasta una cotización mínima de unos 288 euros al mes.

Con el nuevo sistema desaparecería la tarifa plana y los autónomos con ingresos más bajos, es decir, unos rendimientos de 3.000 euros al año o menos (250 euros al mes), pagarían 90 euros. Y, en el otro extremo, aquellos que tuvieran rendimientos de más de 48.841 euros anuales (4.070 euros al mes) pagarían 1.220 euros al mes de cuota. Un importe similar a los 1.245,45 euros que actualmente representan la cuota máxima que puede pagar un autónomo.

Es decir, según el esquema de Escrivá, los que pagan la tarifa plana pagarían más, a los que se les ha acabado pero ingresan poco pagarían menos y los que más ganan pagarían igual. No obstante, el quid del asunto está en esa franja media en la que se moverían la mayoría de los 3,2 millones de autónomos actualmente operativos en España. Estos pasarían a pagar según sus ingresos, cuando ahora mismo ocho de cada 10 pagan según la base mínima (independientemente de si ingresan mucho o poco). Si tenemos en cuenta la mediana (es decir, la aproximación a lo que pagaría más frecuentemente un autónomo), las diferencias entre lo que pagan ahora y lo que pagarían con el nuevo esquema serían escasas para un grupo importante.

Escrivá plantea este sistema de tramos a la patronal y los sindicatos, con un planteamiento de revisarlo cada tres años durante ese periodo de adaptación entre el 2023 (cuando pretende que entre en vigor) y el 2032 (cuando quiere que esté a máximo rendimiento). Hay agentes sentados a esa mesa que rechazan abiertamente la propuesta de Escrivá. Otros ven con malos ojos algunas partes, como el hecho de su largo periodo de transición, pero con buenos ojos otras. El punto en común es que no compran íntegra la última propuesta de Escrivá y ello alargará las negociaciones.

Si bien la reforma del sistema de cotización de los autónomos estaba dentro del segundo bloque de reformas que pretende Escrivá, los roces en esta materia pueden provocar alteraciones en los consensos sobre el primer bloque, referente a la fórmula de revalorización del sistema de pensiones. La «inminencia» del acuerdo en ese frente puede no ser tal debido a las diferencias en esta cuestión.