Los problemas en el Archipiélago no han hecho sino agravarse con la pandemia. Así lo explicó ayer el vicepresidente y consejero de Hacienda del Gobierno de Canarias, Román Rodríguez, ayer durante su intervención en un seminario web sobre los fondos aprobados por la Unión Europea (UE) para asistir a los países miembros tras el varapalo de la pandemia.

El responsable de las arcas canarias expuso el proceso de divergencia que padecen las Islas en el presente siglo. «En el año 2000, la renta per cápita era el 98% de la media del Estado y en 2019, del 80%; perdimos casi 20 puntos en ese tiempo», expuso. Todo eso antes de que el incremento de los contagios obligara a parar la economía.

Según las estimaciones de la consultora canaria Corporación 5, al terminar el pasado año dicho valor habría descendido hasta el 72%, como muestra del mayor padecimiento que la pandemia inflige a Canarias. A ello, Rodríguez añadió el avance de la tasa de paro (25,4%) «sin contar los 86.000 trabajadores que aún están en un ERTE», matizó. Sin embargo, en ejercicios en los que el sector turístico se anotó récords de llegadas, «la tasa de paro era del 20%».

El vicepresidente admitió la excesiva terciarización de la economía canaria como un factor que propicia el que las Islas sean la comunidad autónoma peor colocada en gran parte de las variables socioeconómicas, pero no el único. Añadió el rápido incremento de la población y la mayor necesidad de recursos.

«Algún día tendremos que sentarnos a hablar de este asunto, porque Euskadi tenía medio millón de habitantes más que Canarias hace 30 años y hoy tenemos ya 80.000 más aquí». En cuanto al cambio de modelo económico, afirmó que el «turismo es insustituible, aunque sí muy mejorable».